sonrisa de Isabella se desvaneció de mi vista mientras me doblaba sobre el volante, presionando
lles. Todo mi universo se había reducido a la traición y al dolor físico que
café. Su rostro se transformó al verme pálida y sudorosa. Corrió a mi
nes? ¿Estás bien?
ue todo lo qu
ientre. "Tranquilos, mis campeones, papá está aquí. Todo va a estar bien". Su preocupación no era por mí, era por su ma
e traía la comida a la cama, me leía libros. Pero su cuidado se sentía como una
oda la casa con velas y pétalos de rosa. Contrató a un chef privado para que nos preparara una cena románt
chos años más juntos, y por la fami
mor, ni alegría, solo un vacío inmenso. La cena fue una tortura. Él hablaba y reía, recordando nuestros primeros añ
mi teléfono vibró. Era un nú
os, abrazados. La foto era reciente, podía recono
e consolación. Mientras tú juegas a la casita, él y yo estamos construyendo un
uedaron fuerzas. Me miré en el espejo, pálida, demacrada. La mujer que me d
rto en su teléfono. No se había dado cuenta de mi ausen
misión en viv
sabe
rando cunas y ropa. Reía y hablaba
ía, sonriendo a sus seguidores. "Su papá y yo estamos tan emoci
os preguntó: "¿Pero no e
, sus pulgares moviéndose con furia sobre la pant
ya no están juntos. Él tiene derecho a ser
rraba de la ecuación públicamente, me negaba frente a miles de personas para proteger a su amante. Me
abia pura, volcánica, que quema
en su transmisión en vivo, mirando directa
amos que estoy eligiendo el vestido más bonito para un día muy
bo
el espectáculo de una boda mientras
huir. No iba a llorar más. Iba a destruir su pequeño y perf