tas. Conduje sin rumbo fijo, las luces de la
. Ricardo tenía razón en eso. Aparte
ez años. Fue un día horrible que borró mi mundo de un solo golp
acogieron en su casa. El señor y la señora Vargas fueron amables, pero siempre estaban
ser, me leía cuentos por la noche y secaba mis lágrimas
estaba
legué, él era un adolescente malhumorado que me veía como una intrusa. Me ignoraba la m
ra del príncipe inalcanzable. Veía destellos de amabilidad en él, momentos en los que defendía a al
nte años. Luego, Ricardo fue a l
abía que estaba librando. Él estaba completamente hechizado. La miraba con u
vio como una amenaza, o tal vez solo como un estorbo. Me lanzaba miradas de desdén cua
ompasión. "Siempre tan callada. Debe s
nada. Para él, Ca
os, sintiéndome cada vez más invi
co, rompiéndole el corazón a Ricardo en mil pedazos. Él quedó devastado. Se
diaba verlo sufrir, pero no podía evitar sentir una chis
d se deterioró rápidamente. En su lecho, con la familia re
otro. Elena, eres la única que puede sanar el corazón de mi nieto. Ricardo, es
da suplicante de su abuela lo detuvo. Asintió, con los ojos llenos de do
ia civil pequeña y sombría. La abuela murió do
ma casa, pero como extraños. Ricardo era educado pero distante. Cumplía c
to termine," dijo él, con una frialdad que me heló los huesos. "Un año. Le
esperanza tonta de que un año sería suf
ía casado. Vi el dolor final en los ojos de Ricardo, pero también vi
ese día, t
día. Una noche, mientras veíamos una película, tomó mi ma
Empezamos a reír juntos. Una noche, después de una cena con amigos donde actuamos como la p
ero fue real. Esa noche, nuestro ma
rtaba con café, me dejaba notas cariñosas, me llamaba durante el día solo para saber cómo estaba. Em
y aterrorizada. Quería decírselo en nuestro aniversario, hacerlo e
se convirtió e
es, Camil
un terrible error. Que su matrimonio era una farsa, que el hombre la
mi mundo perfe
reía mío, se vio arrastr
el asiento del copiloto
casa Vargas, una mujer que había sido más u
é, mi v
s? El señorito Ricardo es
pe. Solo... nec
u tono lleno de desaprobación. "La vi cua
nrisa amarga. Lupe nunca se h
e. Es po
Esta es tu casa. No dejes
," dije, las lágrimas volviendo a
Escuché su suspiro al
nca te ha merecido." Su apoyo incondicional fue un bálsamo pa
. Iré a u
Es pequeña, pero es tuya. No voy a
oferta, sintiendo una inmensa gratitud. Al m