mente y se encontró en una habitación de hospital, blanca y estéril. Al girar ligeramente la cabeza, v
ándose de inmediato. Su voz contenía un suspiro
Recordaba perfectamente la última imagen que vio antes de perder el conocimiento: la espalda de Laur
apresurado, como si necesitara justificar sus acciones. "Tiene un trastorno de coagulaci
a dejado tirado, a punto de ser pisoteado por una manada de caballos, sin una sola e
uó Laura, tomándole la mano. Sus dedos estaban fríos. "Rica
rusco le provocó una punzada de dolor en las costillas rotas y soltó un jadeo ahogado.
, cada palabra sonaba como si le es
o, ¿no puedes aguantar un poco? Solo esta vez, él siempre ha sido
desesperadamente un rastro de culpa, de arrepentimiento, de afecto por él. Pero en esos ojos
está muy bien...", recordó una enf
dudarlo. Casi a la fuerza, ayudó
o, te l
n prisionero. En el instante en que la aguja se clavó en su vena, sin
ra con curiosidad, al ver su expresión.
tenido un pánico irracional a las inyecciones. Antes, cada vez que le sacaban sangre, Laura le cu
lla estaba fuera de la sala, mirando su reloj co
gro. La enfermera lo ayudó a sentarse y descansar, pero él vio a Laura toma
ió. Se detuvo fuera de la puerta ent
aba envuelta en un grueso vendaje. Laura estaba sentada a su lado, sos
só", lo consolaba ella
niel. Allí, en la muñeca del hombre que había d
spués de una larga y devota peregrinación. Recordaba el día en que Laura se l
n de rodillas, estaba en la muñeca de otro hombre! ¡Le había reg
a antes había experimentado. No pudo soportarlo más y
ran la almohada. Resulta que cuando el corazón se rompe hasta el ex
e, una enfermera ent
lete este informe médico", le d
tuvo un momento en el apartado de estado civil. Luego, con una
untó la enfermera, sorprendida. "Ha puesto soltero e
calma aterradora. "Pronto
o, ¿qué
Laura estaba de pie en la entrada, mirándolo con