abuela agonizaba y solo un cos
ionista de arte, sin saber que era una tra
oteger a Máximo, mi idealista novio, mentí, diciéndole que me había vend
escapar de México, Máximo, ahora un frío "tiburón" de las fi
gastar el dinero y dejar morir a mi abuela, con Máximo creyendo sus ment
confundiría aún más. Cuando fui a denunciar a Sasha, ella simuló un accidente para que
un hombre que, a pesar de todo, siempre elegía
nueva vida. Pero antes, envié un último mensaje a Máximo con toda la
re. Pero, ¿podría el destino o el arre