pareció hace cuatro añ
ontró, solo una mochil
to de salitre y algas, con una sonrisa fría
o al oído la verdad que heló mi s
una pesadilla: evitaba la luz del sol, exigía
taba a false
respuestas, y sabía que esta
sesión con una cueva submarina y una advertencia grabada co
adáver con el brazalete idéntico
la cama? ¿Quién era
destruir al "Nubeiro", ese espíri
de liberar a mi padre era si yo,
solvía con el último grito de mi verdadero pa
iz de mi tía, si
se retorció en mi mente: ¿quién e
controlable, busqué respuestas en la habita
nfertilidad de mi madre biológica, un acuerdo de donació
e amaron, mi madre, consumida por la enfermedad y la envidia, intentó envenenar a Javier antes
ía era, biológicament
ablar, y por primera vez, el abrazo que nos di
i propio futuro, con mis propios co