sión mientras Luciana, la mujer por la que sacrifiqué una
gía que firmara, que aceptara ser el "rompehogar
recorrió: esto ya
acusó de ser un maltratador y un alcohólico. Mi reputación se hizo cenizas, el estrés desató una enferme
acido, justo en e
quella vida pasada ardían en mi alma, pe
calma que la desarmó, pr