el tablao de Triana, el lugar donde cre
perándome. Estaban sus amigos, los cachorros de la al
rente en el capó de un Hispano-Suiza clásico, impecable, b
en la dinastía Castillo, también estaba
y su sonrisa
Llegas justo a ti
, que ha ganado la apuesta más difíci
ones. La traición era una cos
apue
salió
ó de hombros, si
. El coche valía l
n coche. Mi herencia, mi familia, mi corazón. Todo lo había tirado por un
nsó que iba a suplicar, a llorar. S
ije, mi voz
mi a
me la cara, p
corativa que colgaba en la pared, una de las
rré. P
or y toda la humillación que sen
, ahogado. La guit
ndose una mano a la sien. La sa
edaron en silenc
una extraña sorpresa. Luego, una so
a," s
dej
pareció en la noche de Sevilla, dejándome sola con