an con un sadismo puro. "Oh, qué torpe soy," d
suelo de mármol fue seco, definitivo. Se par
do escapó de mis labios. Me abalancé hacia
No
era una máscara de furia. "¿Qué crees que ha
ba. Me miraban c
explicar, con la voz rota. "Era de
a simple madera? Leon, no seas rid
ajo las estrellas de Oaxaca, sobre el Copal Sagrado y el al
afectado por el "accidente". Lo a
Me quedé solo en medio del salón, con el ec
zó a llover. Ningún taxi se detenía.
bía torcido el tobillo y no podía caminar. Sol, mi Sol, me cargó sobre su espalda durante
r ya no
la cama. Me quedé dormido, escapa
nocí. La que me amaba por ser yo
llí, de pie junto a mi cama
dijo, su voz sin emoció