ier, allí estaba, en un exclusivo club de campo de la Ciudad de México, su discret
y, lo abordó con desprecio: "¿Esa chatarra de ahí afuera es tuya, Vargas?" Y Valeria, su amor platónico
sonrisa cruel, sugirió que Santiago fuera su chófer. Cuando intentó irse, Ricky lo golpeó, su arrogancia
vitoreaba, él observaba con una calma peligrosa que los arrogantes no podían comprender, ignora
ebotaron inútilmente del Mastretta. En ese instante, y con los guardaespaldas sujetándolo, Santiago discret