ata de mi abuela en mano, todo parecía perfecto. Mi matrimonio con Ricardo, hijo
umpió, mostrando mi rostro aterrorizado y sucio d
humillada, bajo la mirada de escándalo de todos, fui forzada a convertirme en la esposa del temido
moronó al escuchar a Mateo confesar que mi secuestro, mi humillación, los abortos e incluso el engaño sobre mi propio "milagro" de plata, ¡todo había
traición final de Isabella y Chucho, me arrojé al mar en la oscuridad, llamando