de bodas, en una elegante casa no muy lejos de la finca de su suegro. Damián, con ese aire de arrogante galán de película, se bajó de su
odas las cosas tomen lugar y ceda su posición -murmuró con voz suave, como si
a que habría congelado una copa de vino. Damián ya debería saberlo: la dulzura de su nueva espo
vestido. El encaje blanco se deslizó por su piel como si supiera que estaba en una escena que r
acía en el suelo como un testigo vencido. Se quitó los tacon
la escalera, se gir
é que estarías desesperado por...tener sexo y completar nuestra
ompletamente excitado. Y eso
raban a la habitación, desabrochando lentam
z. Damián se acercó, le tomó las manos con una ternu
to... -comentó con un tono a medio camino
ótica en misa. Eso fue todo lo que Damián necesitó para confirmar su sosp
mpezó ella, su voz ahora con una vulnerabilidad que lo desarmó- M
ó con las pup
mo d
n nadie- aquellas palabras de Vanessa lo
o, con una mezcla de res
e darte una clase exprés en educación sexual con pr
viosa, pero respon
tengo...
-dijo él, con una sonrisa travies
r su piel como si dibujaran un mapa secreto, hasta llegar a sus senos, donde su pulgar ju
doler un poco -murmu
adre decía que n
l d
ondió con ironía. Él so
tonces... -le susurró ant
Vanessa lo miraba con una mezcla de sorpresa y deseo puro: ese hombre era un escándal
sus manos acariciaron su cadera, se estremeció. Y cuando su lengu
urró de pront
ó la cabe
n. Si vas a gritar un nombre
la cara, roja
Dios! Lo
vientre-. Pero voy a asegurarme de que n
Cuando su lengua encontró ese pequeño botón de placer, Vanessa pensó que el universo se había encendido detrás de sus párpad
ente. Sus cuerpos se unieron como si hubieran sido hechos para encajar. Entre su
urró al fin, es
antes de besarla como si el mundo se acabara en e
rato volvier
ta cama -musitó al tiempo que la
varme mañana de luna de miel. No me vas a negar la luna de miel que me
alborotados y replicó con un asomo de diversión en la