i en sus palabras hay algo más. Me sorprendo pensando que quizá no so
sta? - intento llevar su juego a un terren
veces los clientes desean algo... más. Deben sentir que estás volcada en ellos, que comprendes sus necesidades
osigue como lanz
uce al cliente. Haz que sienta que si
ntido, y ya no estoy segura de que e
parecido a un proceso de selección normal. ¿Será acaso una moda? ¿O realmente... me está poniendo a p
l. Me sonrojo. ¿Qué diablos está pasando aquí? ¡Este hombre parece comp
. - trato de bromear,
ente - responde con calma, y su mir
undo, sintiendo el calor
yo demostrara cómo sé vender... - empiezo a tartamudear, de
e aproxima: con la lentitud de un depredador, lo cual me paraliza y me deja sin poder
por un producto - murmura, casi al oído. - Necesitan atención,
o también como mujer, esperando algún tipo de re
nte? - pregunto en un hilo de voz, sin esta
camino entre la complicidad y el desprecio. - ¿Te atreves a d
san sobre mis hombros, impidiéndome moverme. Siento mi r
¿verdad? - su voz suena suave e inocente
que no era lo que debía decir. - Vine p
mo y aprieta mis h
on voz profunda y baja, atr
mis codos, hasta el borde de la
arece no escuchar. La sensación de sus toques, ese cont
la impresión de que espera una reacción, t
si algo apretara mi garganta, impidiéndome inhalar con normalidad. Sus dedos tiemblan levemente al ro
oz ahora casi un sus
? - su mano me presiona contra el respaldo del sill
ño irreal y no puedo creer qu
, y un escalofrío me recorre. - Pero quiero ver hasta dónde estás dispuesta a lle
ue parece querer escapar. Siento un temblor, como si estuviera al borde de un precipicio, sin p
ajada: es demasiado seguro de sí mismo, cada gesto medido, y esa serenidad impenetrable... me atrae como
luego ¿cómo voy a trabajar aquí?». Mi razón se enfrenta al deseo. Quiero alejar esos pensamientos, pero el aroma de su perfume- intenso, con notas de a
er mía? - pregunta, y mi
se enredan en la confusión: su proximidad, esas palabras... Todo parece tan irreal, como
labios en mi cuello. Su aliento, cálido y desafiante, me quema la piel. Quedo inmóvil, incapaz de reaccionar. El air
Quiero evaluarte no s
y el magnetismo de su perfume. Lo conozco apena
cuerpo se tensa al borde del abismo. Sé que, si cedo, todo cambiará para siempre. Dormiría con el primero que se
. Quiero abrir las pierna
podemos... - solo
a un lenguaje distinto al de mi mente. Tiemblo bajo sus caricias,
ano por mi pecho. Con un pellizco en mi pezón, sient
ención. Inclino la cabeza hacia atrás, ofreciéndome, y él no tarda en aprovecharlo. Sus beso