isfrutando de aquella cercanía repentina. Le gustab

blema! - rió Katia. - Soy especialista tant

la cabeza, cont

o, veamos lo bien que sabes c

o hacerlo de culo - r

callada tamp

exclamó Ania,

Katia. - Solo que es su primera vez.

aricias de Seryoga. Él le acariciaba suavemente

tia enseguida inició c

nes experiencia: el coche a punto, el piso

s se

el sofá es cómodo... ¿Quieres

ja y le lanzó una

más. Pero de momento, te doy un cuatro. Para

ado, sonrió a

gencias tendré

endido a su seducción. Ania se quedó inmóvil c

l instante qué le hizo contener la respiración: si era su proximidad, su voz o el suave y ligeramente acre a

ndiente de ti. Lo importa

l alcohol subía y la abrumaba. - Solo aviso: no intentes impresio

o lado y, acercándose

idado. No quiero g

volvió ha

mor a primera vista o qué? Anda, Ania, únete a l

tante: ¿qué vamos a comer? - bufó Denis, sacando el

es más de empinar el codo - se burló Katia, arqueando las cejas. -

enemos vino y co

ota! - ron

ue las chicas necesitan más? ¡Claro que ayudare

- movió la mano Katia entre

rlo - sonrió Denis mientra

se burló Katia. - Vale, pide las dos

cuidado y fue el primero en sali

l piso en piezas - bromeó Misha al abrir la puerta. -

rió y

de camareras? - se burló. - Denis,

tó él desde dentro, encendien

estiloso y moderno, con una luz suave y un amplio sofá en

cómoda. Aquí p

timbre. Denis sonrió y

guro que es e

olvió con bolsas en

e restaurante: ¡velocidad! P

idor y, volviéndose al g

sa servida!

vanzó,

eparte las cajas? ¿O vais

nrió con

quien coge las salsas... ¿O juntamos lo útil con l

mía primero -

nto a Ania con una botella d

ryoga, a ti te toca a mí, y espero que te enamore

sita mientras él

la besó en los

me ha juntado con u

daba vueltas por el alcohol. Misha encend

amos? -

ada. Misha la giró en un

rimero con esta belleza - inter

isha. - Pero veo que ni te esfuerzas por excita

is - rió Ania. - ¡Ah

otella de vino que quedaba a medio vac

vas. El cabello húmedo cayó sobre su cuello, la piel de g

a sola mirada y se lanzaron sobre Ania. Sus besos apasionados

- susurró Seryoga. -