ncada de un sueño. Las antorchas rodeaban el círculo ceremonial, sus llamas parpadeaban como si susurraran secretos antiguos. La manada Luna Azul esta
puños al costado de su vestido de lino, y su respiración, aunque calmada en apariencia, traicionaba su ansiedad. Era joven -solo dieciocho inviernos vividos
ella es
a. Su pareja
ceral, poderosa. Su lobo interior rugió de reconocimiento, estremecida por el vínculo mágico que los unía más allá de la razón. Pero Er
da la manada, esa resistencia
-dijo Erik finalmente,
tivo. Varios lobos se inclinaron hacia adelante, desconc
El mundo giró, y sus pies parecie
s audible, la garganta ce
y liderazgo marcados en cada línea de su cuerpo. Sus hombros anchos, su altura cercana a
-, pero eso no lo hace válido. N
dad. El aire en sus pulmones ardía, y n
No tienes linaje digno. Eres apenas una loba sin rango.
solo un rechazo. Fuer
otros lobos eran cuchillas: unas de lástima, otras de despreci
Era el Beta, el segundo al mando. Había visto lo que ocurrió cuan
o se i
puede equivo
enc
ncioso, gimoteaba con una mezcla de dolor y furia. El lazo estaba al
la, con voz temblorosa pero decidida-.
o. Un instante en que sus pupilas parecieron suavizarse. Pero fue efímero.
entes no es m
alabras, lo
Nadie se acercó a consolarla. Nadie la defendió. La ley del vínculo predestinado era sagrada,
aquí -sentenció Erik,
a. Pero no fue él quien pr
rme y aguda, se alzó
escontrolada permanezca entre nosotros. Su pres
a al Alfa. Siempre ambiciosa. Siempre a l
añadió, con una mirada v
los asintió lentamente. Otro simpl
, gritar. Pero no tenía fuerzas
uicio, sin defens
ester
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na, otras como loba. El bosque era un laberinto húmedo
ramas arañaban su piel. El frío le calaba los
ado algo sagrado. Y lo había hecho fre
s dé
tía en su mente
s derramó. Solo sabía que debía seguir corriendo. Por
e el cuerpo
a
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erbas secas. La habitación era pequeña, acogedora. Afuera
un gemido escapó de
-dijo una voz g
sabios y una sonrisa amable. Vestía una túnica sencilla y llevaba un
toy? -logró p
s de las tierras de los tuyos. Aquí, el o
ién
cionado y ocasional recolector de l
unció e
ué me s
junto a la c
tú... tú eres una pieza clave en
a. No entendía. Pero estaba viva. Y, por primer
dejando a su lado
a. Tu historia no ha terminado
paso hacia una nueva vida. Una que aún no compren