img Marina "La que nunca conoció el amor"  /  Capítulo 4 Un día después de... | 12.50%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 Un día después de...

Palabras:1157    |    Actualizado en: 27/05/2025

ción nítida de que acababa de suceder algo

sto

portero y la profe Miguelina, quien al vernos nos sonrió con cierta picardía. ¿Acaso sospechaba lo que habíamos hec

que queda bastante cerca de mi casa. Empiezo a creer que fue sólo una excusa para verme, pues

. Sonó el timbre de entrada, pasamos hasta el salón. En ese primer bloque

e pregunta Rebeca co

amos a dar una vuelta por los pasil

ía estar Emilio. Discretamente miramos dentro, pero él no estaba. No había

nte ¿le habría ocurrido alg

lida! ¿Te

a de ser hambre. N

cafetín. ¡

pizca de hambre, era sólo un vacío en el estómago de só

os a sentarme, Rebeca fue hasta el mo

pasado, que cuando hacen algo a escondidas, ven y sienten que todos los miran con dedo acusador? Así me sentía. Más aún cuan

dicen que existe la telepatía, una de las chicas de 3er año, s

Emilio? –preguntó Sofía, una

eo que su mamá está en

, él estaba bien. No me hubiese perdonado que

él. Deseaba que me abra

spués. Al terminar la clase, salí junto a Rebeca, afu

! –dijo Rebe mient

si yo no iría con ellos. Rebeca emoc

, te l

mirada escrutadora y libinidosa de su padre, me incomodaba. Para completar el cuento, él decidió dejar a Rebeca

ban clavados em mi busto y mis piernas. A rato, colocaba mus manos, intentando cubrirlas un poco

apuro? –m

pues ciertamente no

ner gasolina.

yudó a tranquilizarme um poco. Se estacionó en el puesto de gasolina. Mientras llen

no sé cómo comenzó a tocar asuntos algo más íntimos. Comentaba sobre lo difícil de vivir con alguien que

s novio

algo incómoda

Eres joven y

dí a su c

uchos chicos c

umpí inme

me ocupan esos

e eras má

? ¿A qué

ón. Conduce rumbo a mi casa. Cuando detiene el

–le pregunto co

as y sólo quiero o

umbrada a recibir ese tipo de regalos. Me sentiría comprometida y no te

nto su enorme mano,

enes como pag

me estampa un beso. Intento zafarse, pero no puedo, él me sostiene por el brazo y la cintura. No me queda outra o

ose el labio y haland

i casa, abro y entro. Él arranca, acelerando el automóvil y dejand

i refrigerador. Río irónicamente al recordar los días de infancia cuando mamá se

s falta! –digo y cam

uiero contarle sobre lo ocurrido. Sé que no será fácil para ella. Finalmente

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY