img Mataron a mí compañero,me vengare de todos  /  Capítulo 2 La extraña Monica | 13.33%
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Historia

Capítulo 2 La extraña Monica

Palabras:1741    |    Actualizado en: 26/05/2025

aún aturdida por la extraña noche que había vivido, pero la necesidad de abastecerse era más urge

ataba de disfrutar el paisaje, pero no podía dejar de mirar hacia los ar

a hacia el centro, escuchó un grit

r favor, alg

dirección del grito y encontró a una mujer joven, tendida en

¿Cómo puedo ayudarl

, como si su alma fuera una cáscara vací

gusto, ¿sabes? ¡Ayúdam

mujer. Se obligó a mantener la calma, ayudándola con cuidado a sentarse, sacudiénd

nalizara a fondo, y... ¿la estaba oliendo? Silvia la vio inspirar profundamen

tragó

pueblo? -pensó, sintiendo

ja, con manos temblorosas-.

que Silvia se sintió atrapada, como si algo la aprisionara en ese instante. La

con una voz cargada

el aire atrapado en los pulmone

Món

tragando saliva

lvi

si un lazo invisible se tejiera en ese momento, lleno de t

mi casa? Estoy ado

ra persona, pero pudo más su maldita empatía..

espondió con una

s denso, el viento susurraba entre los árboles, y al pasar junto a un pino frondoso, vio una casa que la dejó boquiabierta. Era como un palacio oculto

pequeño y alejado habría una cas

a leerle la mente,

e piensas, eres pres

rendida. No podía ne

hasta lueg

a puerta de su mansión, giró apenas

lo. Pero si te interesa, yo necesito a alguien que

y sin ningún esfuerzo movió las ruedas de

tiendo una mezcla de incomodidad y desconcier

contigo... -pensó, y se

e se perdían en el cielo, las casas eran encantadoras, adornadas con flores frescas, y los niños juga

má, es un

, cál

e detuvo

en su mente, sint

a, negando la paranoia que

será esto? ¿Un pueblo de vampiros y hombres lobo? ¡Q

igió a la tienda donde hab

as, señora

ó la vista con un

, querida. Eres

isa, sintiendo algo de ali

rlo en un lu

ó, con una expr

hermoso... tranqui

ó una ceja

l A

aire misterioso, como si no

ferentes y estrictas, quer

o ocultar su inco

iente y unos sánd

, ya te l

de la mujer, en la calidez de su trato, que le recordaba a su madre... a su madre antes de fa

enterrar, mientras las voces del pueblo, los murmullos de los habitan

ediste -dijo la señora Bernarda, ext

ernarda -respondió

e devolvió

reció mi hu

uy a gusto... es tan acogedora -

de contarle a Bernarda sobre el l

con respecto

rnarda, inclinándose un poco hacia Silvi

a de la cabaña -respondió Sil

s parecieron cambiar de color, como si un destello los atravesara.

e dijo para sí misma, mi

eso creyó Silvia, pues se quedó inmóvil u

da, Bernarda reto

quedarte por poco t

miró, in

urró para sí-. A pesar de la rare

ndieron a Bernarda, quie

sucede algo... no dudes en contárme

intió, ag

ien que necesi

ensó por u

n trabajo... ya ves, es un pueblo peque

gnada. Su mente la l

que trabajar con esa l

r un hilo invisible y mis

irrumpió en la tien

arda, el Alf

ó y, con una agilidad insólita par

o Flavia a Silvia co

.. c

os anoche, ¿verdad? -le lan

se qued

los lobos estuviero

te que había sentido hasta ese momento comenzó a disiparse mien

tiva de

ecordando cada detalle de su encuentro con silvia. Había ido a verla a la cabañ

storia había terminado en desastre. Después de aquello,

ong, siempr

. Tu compañera est

oce años, pero Oliver estaba apát

sintió un estallido de ener

migraña... -se quejó Oliver, mie

sto es diferente... es algo... ¡

ensativo. Shong n

eñora Bernarda que me e

infancia, un pelinegro de ojos azul profundo

ierno sería crudo, y los ataques de renegados una amenaza constante-, sintió de nue

gió en s

era olí,

uedó par

siguiendo ese aroma: a pino recién c

a, con el rostro sonrojado, los o

entro de

compañera... -susurró S

na maldita humana... -pensó Oliver, su m

al lado de Silvia,

lf

a, se dio media vuelta y salió de la tien

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