cruzó la puerta de la empresa
s, del calor de su cuerpo, del modo en que él la había hecho sentir como la única mujer en el mu
ien los ha
omenzaba a d
pasar junto a Natalia,
pero sus ojos se demoraron un segundo más
za. Se aferró a su rutina: encender el monitor, revisar el correo, planificar
el CEO – 10:30 a.m.
o la citaba, como si lo del viernes no hubiera
y las mangas arremangadas, un gesto que parecía intencionalmente casual, pero que en él tenía un efecto
mirarla, enfocado en los doc
a. El sonido del picaporte al
con voz firme, como si nad
. La observó por un mome
lmente-. Tres veces
se resquebrajaba. El aire pa
olos en este mundo. No
quiero d
a de pie. Caminó hacia ella, lento, deci
l... -s
ti, en tu piel, en cómo t
detuvo ella, aunque s
con hambre. Su mano se deslizó h
ro volver
o Isabela lo permitió, se transformó en un beso profundo, urge
vez no est
sonaron en el pasillo. Isabela empujó a Gabriel con suavidad,
La
sa de G
, aunque sus ojos brillaban con al
ró el control
con tono neutro, aunque sus oj
con rapidez, el
ba saliendo.
o de una travesura. Pero esto no era un juego. Laura no era tonta
el beso, la mano en su cintura, la mirada de Laura. ¿Qué tan cerca había estado de
, recibió una ll
la? Soy
edó h
¿
afé? Tengo algo de lo que me gusta
nvitación. E
día rec
e, con su vestido entallado y su sonrisa de por
tarse frente a ella-. Me gusta hablar
Isabela, intenta
dedos, apoyando los
ercanía entre tú y
mediato-. Paso mucho tiempo
iciones. A veces vemos cosas antes de que
El corazón le latía co
insinuan
ero no era una
riel puede ser encantador, generoso... i
espalda. No por miedo, sino por la certez
cibió un mens
ás b
o resp
no esta
a atr
deseo y e
rrecto y lo
. era que aún querí