img Un heredero para el mafioso alfa  /  Capítulo 4 Me dejé llevar | 80.00%
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Historia

Capítulo 4 Me dejé llevar

Palabras:1564    |    Actualizado en: 30/04/2025

om

l, capaz Malena me estaba buscando p

n un apuesto desconoc

s me di cuenta, estábamos desnudos sobre la cama matrimonia

dos, como si quis

él solo quiere coge

e luna llena. ¿Quién diría que me harí

esto? -preguntó, d

albuceé, co

e estupidez cuando ya ambos es

quiero que luego te ar

lado, di

n dos cervezas? -inquirí, ar

a hecho, pero no

eció, y eso que estaba completamente desn

de mí... y yo me sentí a gusto. Mis cader

lada. Su abdomen estaba tan marcado, que pod

-Bajó la cabeza poco a

hacían eso. Mis ex novios del pasado, solo querían m

ifere

ima, y aun así, hubo juego previo. Tal vez e

zando de su lengua en mi pezó

te g

eso

r

egado al orgasmo? -

no.

i hubiera aliviado a su c

llegó a esa zona que no depilaba desde la semana pasa

e no parecía

Dio

cando un espasmo en mis dos piernas. Me aferré a las s

e te hará pasar la mejor noche de tu vi

alda por no controlar las reacciones de mi cuer

lamidas en mi clítoris, ese botón que hacía esta

lobi

sonrió, lamió su lab

haciendo eso-. No creo que nos volvamos a ver después

mofó, s

, apreté los labios, aguantando los gemid

stras lenguas bailaron y las salivas se mezclaron. Su

minente en mi entrada. No era virgen, pero seguro me dol

l -pedí,

smo tiempo. No me conocía, me estaba tratando c

s tranquila. Mi mandíbula estaba tensa, porque era un incóm

ntando su frente con

or mí? -pregunté, hacien

rás... -susurr

el...! -No m

da que me dejó sin aliento y babeando. Después, em

h.

otro y no lo sabíamos, ¿por qué la conexión q

en nuestros corazones, yo era parte de

dudas me afec

te olvide -susurró, m

anto en el placer, que me dispuse a disfrut

ron entumecidas, y mi vientre se contrajo tanto que mordí mi labio. Yo me aferré hasta

quillas aumentaron, haciéndome girar los ojos y abrir la boca por haber tenido

graría -Mordió el

a ni hablar por el shock q

jor noche de mi vida, y no ten

.

la frente y restregué mis ojos con calma. Busqué m

tar que esa no era mi habitación. Estuve a pu

pé la

aba durmiendo junto a mí. Tragué saliva, porque e

e los dos

levantándome con cuida

el suelo. Me vestí primero y busqué mi celular, tenía más de

salir de ese lugar antes de llamarlas. Al estar lista y con la man

¿por qué? ¿Por qué me afectaba dejarl

abio y sal

a mi madre

que estás bien

i irme de la discoteca -dije, afligida por todo lo ocu

i niña. Te es

lg

e bastó con pedir un taxi. Malena me avisó que también

oche anterior, no lo lograba. Muchos f

á estaba sentada en el mueble junto a Ma

e y abrazarme-. ¡Estábamos a punto de

gurándose de que no

larga hi

nutos y desapareciste -mur

o disculpas -habló mamá, calmada-. ¿A

lo que hice anoche, pero desperté en la cama de un hotel con un

on los ojos

ortante que es el preservativo. ¿Cómo crees que me acuesto con

erviosa-. Lamento haberlas preocupad

año -dijo mi madre, con una sonrisa-. Me llamaron del hospital,

as la próxima semana, es lógic

on las personas que le pagan po

ren salvar vidas -bufó Malena, con una mano en la cintura-.

sotras con un bes

amá, estarás

jada contigo,

mi madre? Ella era el motivo por el cuál

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