la
stidio-. Es la discoteca más
o en el comedor de la mansión, hasta que vi a m
rada me penetró, se cruzó de brazos por mi pregunta. Soltó
ojos, casi chasqueó los dientes-. Eres el líder, actúa como tal, eso es lo que
mi mano derecha. No sabes cuánto -sonreí de lado, con
s -comentó, acercándose a la mesa para agarrar una man
con los que te acuestas? -inquirí,
esquivé con facilidad y solté una c
la trataban mucho mejor que a mí. Yo, al ser el hered
o llevó Silvana. Éramos lo contrario a "
esperará toda la vida -masculló, sacudiendo sus manos-. Y sabes l
era clara para nuestros padres, por eso decidieron dejarme a cargo y n
traerá nada bueno, Silvana -reí, para molestarla
eseó ser superior a mí, en cuestiones de título. Nunca
el dedo
ás lejos de mí-. Por cierto, ¿nada con tu mate? Ya tienes veint
o -dije, revisando mi celular-. La
má para que aparezca tu chica, o mi chico. ¿Cuál crees que aparecerá pri
a, sin
gocént
¿Se te olvida qu
ás probabilidades de aparecer -alegó, encogida de
o reunirme esta noche para el trab
diaba que hiciera eso. Inhaló hondo, calmando
agas de sicario -comentó, jugando con un mechón de su cabello-. L
-dije, con aires de grandeza.
sola a menos que vaya contigo. Como si
lestarla
hija de mami y
late, i
iero, hermanita -
y sifrina. Se preocupaba por cómo la veían los demás, y le encantaba dar ó
quejaba de cada cosa que hacíamos a la hora de trabajar. Lástima q
cómo concluyes la reunión, ¿vale
mpoco soy
ie
o mío, aunque esos eran los mejores lugares pa
aba a mí para hacer sus trabajos sucios, inclu
lé h
ar saliva-. ¿Qué haces aquí? Deberías estar prep
aba de avisar
rmal negro lo hacía ver imponente, todo lo contrario a mí. Cada vez que
esforzaba en actuar como un líde
más turbios como el océano de noche. Su cabello rubio estaba
Avísame de inmediato cuando termines -proclamó, con un
el trabajo, luego me da la hora y fecha... -murmur
s en familia a las ocho de la mañana, no vayas a estar a
la última vez que vi u
la idea, porque conociendo a papá, él no
pad
-. Necesito decirle unas cosas impo
mente esté en su habitación arr
acue
r más nada
ba de mi cuerpo. Aunque yo fuera el líder de la mafia y estuvie
pir
túpida discoteca. Fui directo a mi habitación, saludand
rme la camisa para darme un baño, y me v
, vaya deta
vería un tonto por ella. Era mi naturaleza, la de todos nosotros, si la veíamos directamente, perderíamos nuestra conciencia y
ás fácil controlar nuestra transformac
iera mi luna, cada
como líder dependía de que tuviera un heredero
s tenía qu