expresión adquirió un caráct
ijo que estaba de paso y que necesitaba hablar co
is padres? -Repetí, aún sin creerlo. ¿P
obre ti. -Contin
nducía a mi casa, lueg
verdad. -Señalé la puerta, dándome cuenta de que
a de arriba a ab
a a desmayar en
ciéndolo para que ella pudiera lastimarlo-
su mirada, me pellizcó y lo hiz
real. Ares
ejé atrás y me dirigí hacia el pasaje interior, pero sentí mis pies con
metros de distancia entre los do
verme, ni siquie
las piernas largas y fuertes, las venas en sus brazos, hasta su rostro, con esos ojos que han permanecido tan vivos en mi
eguntándome por qué Ares causaba todos e
ar en palabras esa sonrisa contenida al verme, ni siquiera sería capaz de describir el tono de su voz
ablar conmig
ara estar molesta cuando Ares me engañó de esa manera. Sin embargo, tres meses después, la ira debería haber dado paso a un resentimiento más leve. Pero es
nalmente recuperé el control sobre mis pies, pero no sobre mis acciones, ya que caminar hacia él y
peé mis manos contra su pecho y vi el poco
ndolo de nuevo y viendo inclu
iera fantaseando, lo único que sus ojos revelaron fue una comprensión tr
o -dijo con calma-. No pensé qu
ermitirme un segundo de mansedumbre. Poco después, s
rrinchuda-. ¡Eres un mentiroso, Ares! Me hiciste creer q
abras porque sabía que estaba exagerando, pero el poco orgullo que tenía me hizo soste
e. Estaba actuando como una idiota, porque, por supuesto, Ares no había viajado
de una sola vez. Reducida a nada más allá que conformismo, porque ya me había convencido después de su partida de que todo mi
y su palma caliente y áspera permaneció e
que pudiera levantar mi rostro de nuevo-. Escucharé todo lo que quieras decir y t
ca y decía cosas que no esperaba escuchar, pero ahí, frente a sus últimas palabr
ultar lo mucho que me tomó desprevenida y aún más
screta que ya había conocido, y pareció
decirme a dónde pretendía lleva
bido, yo también era consciente de que
ecir que no, fueron subjugados, sin siquiera trata
mi mejilla y sus largos dedos acariciaron mi piel, su
ijo, con esos ojos oscuros brillando de una manera que
significaba hizo que mi cor
res esta
entí sus dos manos soltarme simultáne
que caminar a toda prisa hacia mi casa fue casi automático, y solo dejé de correr cua
on entusiasmo, y luego me tendió un
i padre con un sobre que él mismo había guardado en uno de los
a de uno a otro tratando de entender lo que estaba pasando-.
que tal vez estaba un poco desaliñado-. Él ya insistió en pagar el hospedaje ¡y se dio el trabajo de venir a Málaga solo para
e Dios, ¿qué