img La sumisa del Ceo  /  Capítulo 9 9 | 12.86%
Instalar App
Historia

Capítulo 9 9

Palabras:1340    |    Actualizado en: 26/02/2025

expresión adquirió un caráct

ijo que estaba de paso y que necesitaba hablar co

is padres? -Repetí, aún sin creerlo. ¿P

obre ti. -Contin

nducía a mi casa, lueg

verdad. -Señalé la puerta, dándome cuenta de que

a de arriba a ab

a a desmayar en

ciéndolo para que ella pudiera lastimarlo-

su mirada, me pellizcó y lo hiz

real. Ares

ejé atrás y me dirigí hacia el pasaje interior, pero sentí mis pies con

metros de distancia entre los do

verme, ni siquie

las piernas largas y fuertes, las venas en sus brazos, hasta su rostro, con esos ojos que han permanecido tan vivos en mi

eguntándome por qué Ares causaba todos e

ar en palabras esa sonrisa contenida al verme, ni siquiera sería capaz de describir el tono de su voz

ablar conmig

ara estar molesta cuando Ares me engañó de esa manera. Sin embargo, tres meses después, la ira debería haber dado paso a un resentimiento más leve. Pero es

nalmente recuperé el control sobre mis pies, pero no sobre mis acciones, ya que caminar hacia él y

peé mis manos contra su pecho y vi el poco

ndolo de nuevo y viendo inclu

iera fantaseando, lo único que sus ojos revelaron fue una comprensión tr

o -dijo con calma-. No pensé qu

ermitirme un segundo de mansedumbre. Poco después, s

rrinchuda-. ¡Eres un mentiroso, Ares! Me hiciste creer q

abras porque sabía que estaba exagerando, pero el poco orgullo que tenía me hizo soste

e. Estaba actuando como una idiota, porque, por supuesto, Ares no había viajado

de una sola vez. Reducida a nada más allá que conformismo, porque ya me había convencido después de su partida de que todo mi

y su palma caliente y áspera permaneció e

que pudiera levantar mi rostro de nuevo-. Escucharé todo lo que quieras decir y t

ca y decía cosas que no esperaba escuchar, pero ahí, frente a sus últimas palabr

ultar lo mucho que me tomó desprevenida y aún más

screta que ya había conocido, y pareció

decirme a dónde pretendía lleva

bido, yo también era consciente de que

ecir que no, fueron subjugados, sin siquiera trata

mi mejilla y sus largos dedos acariciaron mi piel, su

ijo, con esos ojos oscuros brillando de una manera que

significaba hizo que mi cor

res esta

entí sus dos manos soltarme simultáne

que caminar a toda prisa hacia mi casa fue casi automático, y solo dejé de correr cua

on entusiasmo, y luego me tendió un

i padre con un sobre que él mismo había guardado en uno de los

a de uno a otro tratando de entender lo que estaba pasando-.

que tal vez estaba un poco desaliñado-. Él ya insistió en pagar el hospedaje ¡y se dio el trabajo de venir a Málaga solo para

e Dios, ¿qué

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY