ble, pero no me molesté en desvest
lo que pregunté,
que los escuche. -dijo sin parecer molesta-. Algún día me a
la vi ponerse de pie mientra
con ellos, porque no es así, pero deberías revisar tus amistades. -Advirtió, ca
o abierta para que saliera del vestuario. Y entonces finalmente me
a tanta curiosidad que poco después de terminar de ves
sta el campo donde estaban los demás de nuestra clas
? -Preguntó, burlona
ué diji
as, necesitas se
ié el enfoque, sin entender si
a como si hubiera es
e no lo creo, Ma
era adivina? ¿Cómo podría saber que t
i fuera a contarme un secreto-. reconozco cuando a
pocos segundos. Pensé en decirle que se jodiera, en darle un puñetazo en la cara y luego decir
estaba claro que ese era mí secreto. Finalmente, c
té, esperando que nadie decidiera pasar por ahí y me v
ullosa, en
reto. Vaya, creo que n
so significaba, pero enten
tí, tratando de sonar casual, pero ella parec
caminando de regreso en dirección al pasillo, pero
a sé qué es
n, apuesto que eres virgen. -Gruñó
uedo hablar al respecto, entonces ¿qué tal ser un poco más claros y amables? -Le pr
dándose cuenta de lo que estaba tratando
cómo jalársela o aprender a
cosas que
onfesé, mortificada por decirlo en voz alta-. Él me pone muy n
os en blanc
n poco cansada-. ¿Qué
eso... él tiene esa atmósfera toda confiada y se ve increíble con traje y corbata, pero también tiene ese ta
condido? -dijo, frunciendo los labios en
rdida por estar hablando de eso con ella.
l compartimiento del medio, buscando algo. Después sacó una cantim
ijo cuando abrí la tapa para oler lo que había dent
ebidas a
mochila a su hombro de nuevo-. Devuelve la c
la bebida, pero pronto me di cuenta de que no deb
así que buena suerte con tu sugar daddy. -Fue lo último que
lla cuando estuviéramos en medio de otras personas. De hecho, parecía con
todos los demás me hacían creer. De hecho, de todas las personas que conocí en esa escuela y que siempre
que le gustan los hombre mayores, sin duda atraería atención para mí, así que la dejé seguir adelante y esperé un rato, después de esconder la ca
ara y tropezar con el cordón desatado de mis zapatos, corrí a los vestuarios y
cinco y diez minutos, así que caminé aún más rápido hasta que finalmente llegué y, en lugar de ir a
por el cabello, la cara y la ropa, tratando de no parecer tan desarreglada. Y entonces, finalmente llamé a la puerta de m
, forcé la puerta, dándome cuenta de que estaba abierta y la habitación... vacía. Las toallas y las sábanas qu
ostrara que estaba equivocada y que Ares no se había ido de esa manera, pero su ropa ya n
endo que se me revolvía el estómago cada vez que él me mirara. La ira nunca será la palabra adecuada para describi
pasajera. Y antes de que mi visión se volviera borrosa a causa de las lágrimas o antes de que saliera de a
a y tomé la pequeña nota, deshaciendo sus dobleces con mano
o me gustan las despedid
pocas, al lado de todo lo que había pensado en decirl
había conquistado y oficia
tuve mi primera desilusión amorosa. Y con el whisky bara