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Historia

Capítulo 3 III - Las tumbas de nadie

Palabras:1078    |    Actualizado en: 15/08/2024

hora la escuchaba todo el tiempo; incluso cuando dormía. Era un susurro

grimas, sintiendo el peso

poder místico capaz de conceder deseos, y que sus lágrimas podían curar cualquie

n tapices y muebles antiguos de madera oscura. En el techo, una magnífica pintura retrataba dos dragones entrelazados. El primero, de ojos rojos y

onderse en la enorme cama, sintiéndose diminuto en esa enorme habitación. ¿Quién vivía allí y por qué era to

me comedor. En el centro había una mesa de cristal con siete platos de hierro y un candelabro adornado con piedras preciosas que brillaban como estrellas. El lugar parec

ezó a devorarla. El alivio de comer algo hizo que

no! –exclamó co

? –preguntó u

a ver, ballena con patas! –resp

ûts ". Si voy allí, la derram

es

sterous recordara a los aburridos profesores que sus padres

ensación de navegar en un mar de nubes, lo que hacía inútil cualquier resistencia por su parte. S

todo comenzó. Ahora, había gente (o al menos lo parecían

tó –anunció una voz bost

on un gigante blanco, de ojos igualmente blanco

ién er

que estaba fumando y ahora mirando direc

tal, lleno de estrellas, pero lo que ponía nervioso a Asterous era el hech

–repitió, lanzando humo de c

a dorado como el dragón en la habitación. Cayó t

, cof ! ¿mi madre?

tengo ni la

en la empujó y salió corriendo del círculo de tronos. Corrió h

ió una y otra vez mientras se ace

eron instantáneos cuando vio los cue

R FAVOR! ¡NO! –Las lágrimas brotaron ju

a fumante tiró del brazo de Aster

endo dos estrellas en la oscuridad total de aquel desolado lugar. De las t

re obeso, con grasa corriendo por sus labios hinchados, mostrando

a? –preguntó la muje

sas entre ustedes. No quería arruinar mi hermoso champagne –

ue todavía era él) apareció ante ellos y agarró a la

o su tono arrogante, sin mostrar

a –ahora, mezclada con la voz infantil de Asterous, h

espondió ell

iana . Es su obligación, y si logran hacerlo bien, p

só al niño, provocando

disgusto la mujer de ojos dorados

debe haber desaparecido... –contempló el

o los "Goûts de diamant", lo que le hizo lanzarle una mirada amarga –Siete don nadies reciben el destino del mundo en sus

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