ualquier precaución: decidió salir a correr sin guardaespaldas, asegurando que solo serían unos minutos. Ahora no había rastro de él. Si algo le pasaba a John, Max no podría
cial no dejaban de sonar. Los líderes mundiales ofrecieron su ayuda para encontrar
retendrían a la persona secuestrada durante un mes. Annie l
bien. Más tarde les enviaré provisiones. John Meyer dormirá varias horas, tuvimos qu
s -respondió Michel. A su lado,
Meyer, verdad? -intuyó la respuest
s antes de admitir la verdad-. Sí, An
s habría aceptado. ¡Es John Meyer, el hombre más poderoso del país! Nos ence
caras. Además, quienes nos contrataron también son muy
necesitarán más nuestra ayuda. Nos encerrarán, y nuestros contratantes se dese
el dinero, suficiente para el tratamiento de
nte. Michel se puso una máscara y le entregó otra a Annie mientras llevaban a John a una habitación
có a John e intentó desp
reguntó preocupada, una v
un hombre grande y fuerte, tuvier
, Michel? Dijiste que estaría bien aquí, que debía
olarlo sin las cadenas? Lo siento, pero si se last
haciendo esto -admitió An
a tienes el dinero para tu madre.
última vez el cuerpo inmóvil del presidente an
n seguía sin reaccionar, y Anni
un hospital. Aún no despierta
s fuerte por su contextura física. Despertará, te lo aseguro. Ll
tó asustada. Un hombre de su
n peligro, solo grita
a la habitación de John. Dejó la bandeja en una mesa junto a la
ros y su ropa formal no hacía justicia a su físico musculoso, que ahora podía apreciar en su atuendo deportivo. Su rostro era bellísimo, con fac
Preocupada, se levantó para ir a buscar a Michel
uerza. Intentó incorporarse, pero las cadenas se lo impidieron. Fur