ro ese malestar volvía a mí, recordándome que, posiblemente, esa serí
ituación -. Al escucharlo, ese escenario de noche ideal se derrumbó, volví a la realidad, me puse nervioso y de forma agresiva repliqué - ¡Cállate de una puta vez, todo es culpa tuya, no quería hacer eso! H
endo sincero, aunque sea esta vez, reconozco que fui el causante de todo, el forjador de mi propio destino, el verdugo mis amores, un lobo disfrazado de oveja que se introdujo en un sin número de rebaños solamente para devorarlas ¿con que motivo? una ambición si
terna, solo bastaba con saltar al vacío, total, ya tenia cierta afinidad con él. Pero si buscaba otro camino. ¿Qué debía hacer con eso que estaba en el baúl? Doy por sentado q
deberías calmarte y analizar todas tus opciones, esto no estaba en tus planes, si haces esto no habrá vuelta
incipal de la suite, me tire sobre el sillón de cuero negro que había comprado, y comencé a frotar mis ojos intentando afinar mi visión, no podía creer lo que veía, la oscuridad continuaba esparc
mpletamente, ¡Era Noia! se podía distinguir una especie de cuerpo sentado, mirándome, pero sin rostro, era una gran sombra tenebrosa. En una postura soberbia, como si me estuviera analizando, me
me balanceaba de adelante hacia atrás y viceversa, repetía en voz alta con t
ble! -. ¿Algo terrible? -respondí irónicamente -. Había hecho cosas terribles, una y otra vez en los últimos dos años, me quite el auricular derecho por donde Aria hablab
con fuerza para no verlo, y me deje llevar por mis pensa
o? quemándolo hasta los cimientos y construyendo uno nuevo. Es allí cuando surgen las preguntas principales en la vida. ¿Qué quiero para mí? ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar por eso que tanto deseo?
que uno, al desear tanto algo, de "manifestarlo", el universo tarde o temprano te lo otorga. Estoy convencido que, ese pen
ue me quita el sueño, eso que por ley es mío, lo tendré a cualquier costo, y si el univer
frondoso árbol, lo tale, tome mi manzana y todas las demás, luego, queme ese árbol con la intención de que nadie más tuviera que esperar por sus frutos y entregue las manzanas, a quienes las merecían y me otorgaron gratitud junto con respeto por haber tenido la iniciativa de hacer lo que ellos no pudieron. Pa
(o lo que debería serlo, ya que no tenia facciones de ningún tipo) estaba junto al mío, ese rostro negro, macabro, siniestro me miraba fijo y de forma irónica pregunto - ¿De qué te sirvió jugar el héroe? todos a
a que sin mí, no hubieran podido adquirir jamás o hubieran demorado una eternidad para alcanz
ado, pero ya había perdido mucho tiempo y debía decidir qué hacer. Me quite toda la ropa, la tire en un balde de ácido clorhídrico que tenía en la bañera, me mire al espejo, el cual estaba roto, trizado en muchos fragmentos - me gustaba como
se postro en mis espaldas y me susurro al oído - Así me gusta, ¡Fuego, sangre y gloria! nunca olvides quién eres, ¿Vas a dejar que ganen quienes conspiraron en nuestra contra? Somos más que eso, o mueves el culo y cobramos co
o era un débil, un cobarde, un desertor, al menos quería explicaciones de quienes me tra
a conducir hacia lo desconocido, realmente el hedor era insoportable, no sabía cómo limpiaría toda la sangre que se había desparramado en el baúl, que, inclusive h
abas solo, no escuche nunca otra voz aparte de la tuya. Sostengo que deberías buscar ayuda profesional - sonriendo y de forma sarcástica le respondí - No seas tan exagerada, solo fue una charla amigable con Noia, ¡No seas celosa! - bromee y agregue - Aria ¿Recuerdas lo que t
e dije respondí - Bianca ya no está... no volverás a saber de ella- rápidamente me respondió sorprendida -¿Qué hiciste? ¿Qué ocurrió? ¡Tú la amas! -. Molesto y con ganas de terminar la conversación, le r
¿Qué más puede pasar? Porque siempre,
resiva, tan fuerte que el limpia parabrisas no daba abasto, se movía de derecha a izquierda y viceversa sin parar, sin descanso. El aguacero era d
ntañas me rodeaban, se divisaban rayos por las ventanas laterales, los truenos continuaban rasgando el cielo a
n hubiera caído desde el cielo! De inmediato frené, a pesar de la tormenta, decidí bajarme a revisar que había sido ese ruido, pero... no había nada... consternado ante l
es un momento oportuno, pero... creo que estoy teniendo o
importante es que...... - ¡QUE MIERDA ES ESOOO! - grité y la interrumpí, comencé a hacer zigzag con el auto. En la parte superio
, ¿Chocaste? ¿Estas bien? Si me lo pides, puedo llamar a urgencias - exclamo Aria de forma sumamente preocupada-. Aun estando alterado, confundido y al borde de un brote psicótico, no perdía el sarcasmo que me caracterizaba- Si si, Aria, la mejor idea que has tenido, tengo un cuerpo en descomposición en el baúl y quieres llamar a emergencias, estoy bien, solo que creí haber visto a ...- No pude terminar la frase, centré mi mirada en el centro de la carretera, y nuevamente lo vi, frotaba mis ojos una y otra vez, me golpeaba la cabeza con la esperanza de dejar d
no entendía nada ¿Lo apuñalaron?. Aria no paraba de hablarme por el auricular, el cual estaba a punto de caer de mi oreja, pero yo no podía emitir ni una palabra, lo que estaba viendo era una total locura. - ¿Papa? ¿eres tú? - pregunte con un miedo indescriptible, luego de lograr enfocar la vista. Era el, estaba con una especie de túnica negra, todo empapado por la tormenta. Cualquier persona se hubiera puesto contenta y se
na extraña claridad, como si alguien iluminara desde el cielo. Comencé a mirar hacia todos lados, no entendía nada, de repente, logre ver que en los laterales de la carretera, se encontraban personas paradas, todas vestían túnicas negras, estaban quietas, pe
s umbrales de la misma ciencia. Intente convencerme que eran alucinaciones y continúe a gran velocidad, totalmente
legue a esta situación tan