y.
sle a
no v
le a la
y por
sle al
ame s
le al r
e ol
le al s
no g
le a lo
n más
once
is ojos
uevo h
podré
pi
cansados,
rrán m
i corazó
corazón des
.
vaya ha
aré vo
que no
dré p
rcado m
y perderlo todo, el amor envuelve a todos, lo mata todo y lo vuelve a la vida en un instante, destrona a los reyes, enloquece a los psiquiatras, de
rlo, pero cuando ya está dentro lo hacemos gritar, anhelamo
s sentido así,
lo
hacer el error, o la trampa donde han caído; inconsciente o... conscientemente luchan por huir uno del ot
libres y tambié
de su mente, un túnel llamado... que se yo, masoquismo tal
rversos, pero en realidad, ningun
erá la
a sabe
s entonces
tera de
ue se mete en tus huesos...; esos amores te arrastran a lo más hondo de tu alma; esos amores extraños de los cuales no te puedes zafar, so
ue debe
l, que amar de ese mo
a esos brazos, a esos labios, a esos ojos que traspasan tu alma y te dejan indefenso... quizás, y solo quizás, pues es difícil entender el alma hu
. Mi alma a
traño es que no en el dolor ajeno, como muchos estarán imaginando, más bien en su propio dolor. Es
y a
r y d
encerradas en un alma... mi alma, su alma; que grita y gime por ser liberada del peso que lleva a cuestas. Que lleva dentr
su mente pervertida, su cuerpo... ¡Ooooh Dios mío
sé nada... solo una cosa sé, y nadie podrá negarlo y es
posee mi alma, y co
nte, ahora hago lo que q
o!! Enfermo de
la vez; porque ella está enferma también po
ella y yo somos el mundo; ella es mi m
ante, pero la verdad, la horrorosa verdad que aprisiona mi ser, es que... me he quedado sin fuerzas, mis manos están cansadas y mis la
y no puedo, no quiero... no me atrevo a salir; me maldije muchas veces, y después me arrepentí, volví a ser fuer
ué sirvió
cabellos rojizos, su olor me vuelve loco, junto a ella mi cordura se deshace y vuelvo a ser aqu
, no fue mía; corrió para liberarse de mí, se fue lejos y no volvió. Pero ahora
cree que es de
e seduce, m envuelve
energía diabólica que me atrae hacia su cu
los dos, y este amor me tiene loco ¿o la obsesión por su cuerpo
le preg
e mí; lo bueno y lo malo, lo santo y lo profano, la luz que
or de mentes, ese que tiene miles de años destruyendo vidas, de
¿me pregunta
furioso y triste frente al espejo–, oye tú idiota
resp
susurro de una respirac
ta que está
uelvo a insistir con
enc
radiza–, no sé lo que siento, estoy confundido, asustado, c
peto con rabia y con unas ganas inmensas de romper
rase salió
undos. Como si aquel grit
s yo no tenga la respuesta a esa pregunta. Al menos no ahora mismo. ¿Pero
, no esperaba eso. Pero sé
o en el alma y en mi cuerpo–, si no la amara no es
una media sonrisa en los labios– esa es la ver
iona su cuerpo, el placer que te produce y todo lo que te
e nombre. ¡Gabriela, Gabriela, Gabrie
o la mano cuando nadie me la dio, la que estuvo ahí cuando todo
. Mi verda
ngañarte a ti mismo y engañarme a mí, muchos como tú saben la verdad y prefieren creer en la menti
a mí mismo, de meterme en los huesos este fuego extraño, volver al pas
rte volver a la realidad. Est
res tú? –pregunto
ando. ¿Acaso no
oncie
ías Da