a que pasaba y le sonó el celular, se sonrió diciéndose a sí misma que ya estaba paranoica con tantas cosas, afuera todo está muy tranquilo, subió y vio que Manuel se había vestido
to en la expresión del ros
tomara todo, tenía mucho tiempo que no lo veía y la verdad debo reconocer que no me he
a me parece ge
res uno
. Cuéntame más
en el color de los ojos y cuando te molestaba se
os detalles, igual si te estoy cuida
estoy pensan
o de la pequeña cocina, Ángela saco unas galletas de avena para acompañar el té y q
raría el olor y el humor y te hubiese re
go doctorcita que yo no soy pr
está
nuevo era algún carro en la calle tratando de dormir, pero hubo insistencia y hasta golpes en la puerta así que decidió levantarse, se colocó una bata por encima de la pijama y corrió a ponerse unas pantuflas sintiéndose presionada o apurada por los golpes y el timbre abajo que no paraban, pensó que podría ser otra emergencia, pero cuando ya estaba próxima a abrir la puerta de un golpe la habían abierto y antes que ella pudiese reaccionar ya estaban entrando a la fuerza unos diez hombres altos con actitud militar vestidos de negro de aspecto amenazante y fuertemente armados, seguían las ordenes de uno de ellos que tenía gafas y un tatuaje de dragón en el brazo izquierdo, uno de los que parecían soldados o más bien mercenarios siguiendo las instrucciones del líder tomo a Ángela por los brazos impidiendo que se moviera, le amarro las manos con fuerza y la cargo sobre uno de sus hombros como
or buscar a los niños exploradores, de seguro hubiesen si
s dificultades para encontrarlo y su me
lito su nivel de negligencia con esta operación, me dispararon y he sido operado, todo antes de que
estaba herido ¿E
lo cuento y si ya estoy un po
minutos porque antes de que se diera cuenta, ya Manuel estaba dando órdenes de que se fuesen y la llevaran a ella porque alguien debía cuidar de él, ese fue el motivo que dio, pero internamente sabía que tenía otros planes para Ángela, justo cuando comenzaban a bajar al primer piso para irse Manuel se desmayó soltando un quejido de dolor, es tan
r que tanto y en algún momento le pareció que subieron una loma y habían muchas curvas. Cuando finalmente se detuvieron escucho que se abrían las puertas del vehículo que iba delante de ellos donde se supone que estaba Manuel, a lo lejos le pareció que escucho su voz, pero no estaba segura, parecía que discutían algunas cosas, pero no le era posible identificar exactamente lo que hablaban. Del vehículo donde ella estaba se baj
lvado la vida, de cuidarlo aun cuando se portaba como un patán, de ayudarlo cuando querían matarlo, de darle posada y comida este hombre la trata d prisionera. Ángela se llena en ese momento de ira y resentimiento en contra de Manuel por su falta de a