n un elegante hotel. Estaban cenando en el restaurant lujoso del lugar
ente listo para engañar a oficiales, periodistas, ilustradores y expertos en psicología. La patrulla se había ido y volvería a interrogar al señor Hamilton y a sus hijos... "si estaban en casa"... El malvado hombre no dudó en usar esas palabras en contra de los oficiales y decidió no esta
rro, un paparazzi iba a sacar una foto a Lizzie, pe
mpañía de su supuesto padre. No podía deci
ar palizas y soportar tantos golpes hace que termines no solo adolorida por los moretones, sino también por la tensión de pensar que vendrán más daños. Llevaba una larga pijama de seda, encima una bata. No podía dejar de
Elizabeth-. Solo querí
a lo e
ó una sonri
iente tener
s quince pero
s se r
reguntó Elizabet
está prohibido en l
escapemos. Hay una
contraron unos bañ
n el agua en la
dar? - preg
. ¿Y
. No
puede ser. Tiene
ara
un avión, lleguemos al mar y tengam
una isla
ntras no estemos con el se
temos juntos
lo uno va
tripa c
No digas
oy a ir cuándo sea libre? Digo, no hay n
quieres
rientada y sola. Y no sé qué haría.... Además no quier
quieres s
diablo con eso. Ya no voy a s
yo tambié
rez. Hamilton caerá con nosotros. Si el tiene sus
gua y riendo. Pensando que se trataba de dos adol
star en la piscina. Salgan de inme
o de Lizzie. Ella llevaba un bañador entero, pero dejaba ver sus
ta, de l
lda semi descubierta. Se podía ver l
ed Lizzie
n le hi
con un tabaco en la boca,
ste degenerado te oblig
ó a Daniel c
vigilante.- Voy a llamar a la
No hay necesidad, se lo ex
en el camino Hamilton le susurró a Elizabeth
estas heridas? Qu
ui
e auto flagele la espalda.
daño. Es el hombre que
rmano? ¿Cómo explica su
quilibrada y a veces mal
el ajedrez. Nos atacamos salvaj
ra? Esto es mucho salvajismo... Ma
n más cosas de Ajedrez, yo los llevaré c
la nada. Claramente, el señor Hamilton había vivido ahí. Pues envió a los muchachos a un sub sótano secreto construido
abía dado una droga para que ganara. Fingió tomarla, pero cómo siempre, la escupió antes
una carta. Lizzie no habí
vida en la cabaña. Ella esperaba una vida lujosa en Europa. Bajó el señor y abrió la puerta del sótano. Miró a Lizzie. Ella arqueó una ceja con desprecio
ósito, y las paga con Daniel. Seguro lo golpea. ¿Qué voy a hac
mientos al entrar al cuarto con una tost
ecesito hablar con
renda casa, con gusto lo llamo
ñor l
é qui
cto y firme. Pero necesito decirle algo. Sé que está torturando a Daniel mientras no
o puedo
star. Seré una campeona de ajedrez. Volveré a ganar. Pero quién g
tendió
- dijo el se
aba dispuesta a sacr