ni
donde está mi habitación. No sé qué problema hay en la tubería del baño, p
que la pintura comienza a despegarse,
Gabriel. Coloco la llamada en altavoz y me recargo en la lisa par
suras de mis labios se elevan por escuchar su voz -. Sigo a
cabello hasta caer en mi hombro -. Dijiste que vendrías a dormir conmigo y te estoy esperando. Y bueno... -suelto una risita y me encamino al
verificando si no he colgado la llamada por error. Veo los segundos c
a, como si estuviese distraído o nervioso, aunque igual, solo pued
ansiosa -. Ten cuida
e igual me ama y
na zona muy tranquila. Consta de la sala de estar, la cocina, un pasillo largo con acceso al cuarto del baño y mi habitación al final. Sin embargo, el apartamento ya necesita m
idad no tengo tantos muebles, apenas he comenzado a comprar de poco a poco. Mi sala solo tiene una tel
Ni siquiera tengo una vajilla de platos presentables. En mi alacena hay al menos cinco
o para mi edad, pero lo bue
sofá y suspiro, esperando que pasen los
smo hombre que conocí en un
bajo la luz del sol, cabello castaño,
ar? Si hasta el ap
vida, pero eso fue muy necesario para obligarme a olvidar al hombre que tuvo por mucho
nos cuantos tragos a un bar para desestresarnos de nuestras labores y desahogar nuestras penas, y conforme pasaba el
tonces decidí centrarme solo en él. Lo conocí más a fondo, ya sobrios y sin la necesidad del alco
ió mi primer trabajo en un negocio en nuestra ciudad nata
misma de veintitrés que seguía aferrada a un amor imposible. Los años que he estado lejos y con mi mente enfocada en mí me han a
mi madre ahora tiene que vivir en un modesto departamento, igual que mi padre y mi hermano. Y a pesar de haber perdido todo cada uno
spejo que hay. Tengo mejor cuerpo desde que comencé a entrenar en el gimnasio de
al descubierto una de mis nalgas y mi
astro de lo que alguna vez fue. Y también porque no quería que Gabriel se incomodara con verlo cada que teníamos intim
más quería olvidarlo menos podía, pero tomar terapia psico
tra en mis venas, sin embargo, no me atrevo a preguntar qué ha sido de él, o a al menos concurrir a algún lugar de los
o por
eo la cabeza. Me abro más la camisa blanca, dejando al
co al ver la manera en la que lo recibo. Me pongo de puntitas para alcanz
elven el beso con la misma eufor
el gimnasio y yo con mi trabajo, por lo cual no hemos tenido un mo
Cierro la puerta con la ayuda de mi pie y desabotono los botones de su camisa con agi
iel ya no está tan bronceada a como lo conocí, pero aún sigue
o, aventándolo hacia el sofá, en do
y muevo mis caderas buscando fri
ara sostenerme con fuerza y evitar que siga moviéndome so
ión y aspiro su piel. Huele a perfume, huele demasiado
era incómodo con la situación. Levanto mi mirada hacia al de él y me levanto un poco con la ayuda de mis rodillas en el sofá, de tal manera
je negro, pero no hace nada por quitármelo ni por besar. -Quisiera, pero es que
edos por su cabello, despeinándolo
ntura y suspira. -Mejor mañana
ir el estómago vacío. N
er
ana,
sidad de tener sexo. Me siento como si fuera una adicta
leve beso en sus labios y me
en. Solo
pantalón, mientras que yo camino para apagar las luces, ignorando la mo
uedó desde la mañana y miro a mi amiga llevars
saría que vivimos en la distancia, pero no es así. En realidad la he ll
rándome por su celular. Tiene el cabell
so y me siento en uno de l
a, desayuné sola porque Gabriel se fue temprano al gimnasio, y acabo de l
contadora, ella es auxiliar, y como tiene mi misma edad logramos
no hay nada que me arruine el día, menos quedarme un poco más
be? ¿Te tiraste a alguien y
í. Levanto una ceja y llevo un
todo el malhumor con una
ando una carcajada se me e
la cabeza, bebiendo del
club que están por inaugurar -comenta, cambiando
s cejas.
a indi
erio que
ombros. -No, n
Pff. Es un nuevo club que está muy guay. Las instalaciones
erro mi
ent
lo he visto s
A
no te ha d
-. No, quizás tampoco sabe
como sea. Tenemos que ir. Está compuesto por dos edificios: uno es par
nsas que me dejarán entr
nte con tu ap
i apellido ya no es
os la guardia de ser posible pero hay que entrar
is cejas.
alto, pelo osc
mo lo
os segundos y se ríe forzosamen
ión de otra llamada aparece en mi celular. Abro mis ojo
rde, Pam, mi jef
erda. Llevo mi celular a mi oreja y trago saliva antes de co
mis uñas en el mármol de la barra, deseando i
u día de descanso, pero necesito que se pre
co y mi corazón se
problema co
enc
ntese en cu
o, yendo hacia el armario en mi habit
ón con rapidez y unas plataf
uve que verme en la necesidad de vender mi carro para a
oleta y la notificación de la aplica
atrás del auto. El conductor me mira como si estuviera embelesado por
itado en
mando el mensaje, que al
r mí? Tuve que
mirar por la ventanilla. Había tenido que vender algunas prendas de marcas y algunos bols
inca. Le pago lo correspondiente y atravieso la casill
de querer propasarse conmigo, pero nunca me he dejado siquiera intimidar. La idea de renunciar ha cruzado muchas veces e
s y todo lo que alguna vez yo tuve, pero sé que no es posib
zo mi espalda. No sé para qué razón me ha citado a
arriba a abajo con morbo. Paso a la o
es -saludo, nerviosa-.
nto. Lo hago, y entierro mis uñas en el reposabrazos cuan
Él exhala y estira su mano, tendiéndome el mismo sobre
a, despedida. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Ley de atracción yo s
ro... ¿por qué?
arpeta una hoja -. En ese sobre está el dinero que le correspon
la incertidumbre de qué es lo que haré
e ser mucho, no lo suficiente para sobrevivir al menos un mes, y menos por
illa y guardo el s
, así que me temo que tampoco puedo firmarle nada -el desconcier
a en mis hombros. Mis ojos pican por querer echarme a llorar. ¿Ahora cómo
la finca, encontrándome con Gabriel esperándome afuera
sos decididos y con una sensación de aho
zándose, y él aprieta la mandíbula -. Ni siquiera
erza y yo cierro mis ojos,
preocup
ro, soltando un sollozo lastimero -.
ndome el cabello. Y le creo, porque lo ha hecho e
no voy a compl
ucho s
conocido que tie
nto con confusión,
ecuerdo buscaba contadores con experiencia. Puedo ll
imiento de frustración. Miro a los ojos a Gabriel y él me l
es que
oy a deber, pero comentándole la situació
pio la cara. Gabriel saca su celula
le llamaré pa
que co
u cara. -Ese hombre no duerme
to y espero con paciencia. Saco de mi bolso el sobre y comien
y observo a Gabriel hablar por teléfono.
espaldo del asiento y co
ra la mensualid
para compra
andar a arreglar la tu
r entre mis gastos person
r siendo una niñ
oto me distrae, y Gabriel sub
sentarás en la oficina del
a mí, y casi puedo escuc
rdad? -
encargo de lleva
acerco para darle un b
te no sé qué