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Lorena hija de uno de los mafiosos más peligrosos, es una chica que ha simple vista es hermosa, atractiva, cálida y un sin fin de buenos adjetivos, pero por el reciente atentado hacia su vida, su padre le pone un guardaespaldas Él, una persona decidida, fría, atractiva, un peleador por excelencia, cuida de una niña rica que es más que una mimada, fría, calculadora, sin remordimientos, ni arrepentimientos y juega con la muerte a su antojo. Desde ese suceso sus vida estará en constante peligro Leo podrá salvarla Lorena se podrá salvar ¿Ellos se pondrán salvar?
Lorena
Una habitación
Cuatro paredes blancas
Un frío adormecedor
Un olor a desinfectante
Una puerta marrón
Una cama dura
Y ese pitido desagradable
¿Una cama de hospital?
Espera ¿Un hospital?
Estoy internada en un hospital
Me siento tan tranquila, mis músculos están relajados y sin ningún poder sobre mi cuerpo.
¿Qué pasó?
Recuerdo haber estado en una rueda de prensa por los nuevos productos, las preguntas idiotas de los reporteros que no vienen al tema principal, un sonido sordo de bala, el empuje del guardia del lugar y de ahí todo es oscuridad en mi mente.
Supongo que al empujarme me golpee la cabeza y perdí el conocimiento, por eso, estoy en el hospital.
No siento mi brazo derecho
La sensación del los medicamentos está desapareciendo, así que trato de levantarme empujando mi brazo derecho, pero un dolor no me permite ni siquiera moverlo.
No me doy por vencida, hago lo mismo con el brazo izquierdo y me logro levantar recostándome en el espaldar de esta mugrosa cama. Al querer salir de la cama notó que una intravenosa está en mi mano derecha, me la quito para poder irme de este sitio lo más pronto posible.
Rebusque mi ropa y cuando di con ella me quite la bata y sentí un dolor punzante en todo mi brazo derecho, me lo inspeccione con la otra mano y mi mirada analítica notando unas vendas que presionan ¿una herida?
Eso quiere decir que me dispararon.
Que fue casi un trabajo excelente.
No me acuerdo de eso.
Quizás ese fue el impacto por el que estoy aquí.
Me coloqué la misma ropa con la que sucedió el atentado hacia mi vida a una velocidad lenta pero cuidando mi herida. Salí con la cabeza en alto con una sonrisa y resonando mis tacones por el pasillo que está tan desierto, lo que me indica que es un piso VIP.
Llegué hasta el ascensor con una gloria estampada en mi rostro porque saldré sin complicaciones del sitio.
Me quedé quieta esperando hasta que se abran las puertas metálicas, pero la suerte no está conmigo hoy, así que cuando se asoma el interior veo a Roberto hablando con un hombre.
Sus ojos van directos a los míos, entonando furia y desafiando mi actitud rebelde hacia su persona.
-Deberías estar en tu habitación
-No me gustan los hospitales, además estoy bien.
-No te pregunté tu opinión, te ordenó que vuelvas a la habitación
-No quiero estar aquí, estoy...-Salió del ascensor y me tomo con rudeza mi brazo herido y jalo hasta llevarme a dónde quería.
Me dolió un montón su brusquedad, pero aprendí a nunca mostrarle debilidad a ese hombre que se dice mi padre.
Me lanzó hacia el sofá y su rostro no mostró ni un ápice de preocupación por mí.
-Hola, estoy bien, gracias por preguntar-Mi mal humor y sarcasmo lleno el ambiente tenso y me dio una mirada furiosa y des aprobatoria
»No volveré a salir sin supervisión. OK. Nos vamos, ya me estoy hartando de estar en este mugroso hospital.
-No, nos iremos por tu descuido, casi pierdo a mi única heredera. Te vas a quedar hasta que te den de alta, y ya tendrás quien te cuide.
-Entendido, capitán
-A mí no me hables con sarcasmo.
-Yo puedo, yo quiero, lo hago, además usted ya no puede tener más hijos, así que me aguanta.
Pase mi vista por el hombre que hace unos minutos vi junto a Roberto. Es tan serio y parece una estatua. ¡Ah! Nos vamos a llevar tan bien.
Es el nuevo guardaespaldas de mi querido padre, Roberto, al cual como a los otros puedo hacer que trabajen para mí, informando todo lo que hace.
-¿Y ese?
-Tu guardaespaldas
-Qué gracioso-Una risita se me salió-No lo necesito.
-Sí, lo que pasó lo aprueba.
-Sé cuidarme sola, además iba a contratar a alguien más.
-Pues mira, te facilite el trabajo.
-No, gracias Roberto
-De nada hija
Y se fue dejándome con la palabra en la boca, me la va a pagar.
Fijé mi vista hacia ese hombre de músculos, a simple vista pude detallar que es frío, centrado, acata órdenes, es atractivo, su cuerpo fue hecho por dioses y está para comérselo.
Carajo, maldita la falta de sexo, me está afectando.
Maldito sea Roberto por controlarme
Luego de analizarlo un poco mi mirada fue a sus ojos vacíos color verdosos, quizá envié a alguien a buscar su expediente.
-¿Cómo te llamas?
-Leo
❤️🔪🤍
En verdad creyó que me iba a quedar aquí, pues no, después de una larga conversación con mi médico y un fajo de dinero, él me dio de alta.
Leo tiene las llaves de mi carro, ya que no puedo conducir. Nos subimos y pongo en el GPS la dirección de mi casa.
Parece que sabe conducir estos autos, cómo se contrae sus músculos al mover el volante y esa palanquita en forma de bolo me excita un montón, tengo un fetiche con sus manos que sacan de quicio
Maldita sea, tengo que saciar mis deseos carnales.
Tal vez mañana vaya a una fiesta y me saque estás ganas
El transcurso del hospital hasta mi casa es largo, tengo la oportunidad de entablar una conversación con Leo para no aburrirme y no seguir pensando cosas que me afectan.
-¿Has trabajado con otras personas como guardaespaldas?
-Sí, hace muy poco que me despidieron, ya no necesitó mis servicios-Su voz tan ronca hizo que mis pelos se erizarán.
-¿Cuántos años tienes?
-30-Tres años mayor que yo.
Ya entramos un poco en confianza, es hora de cambiarle en contrato a Roberto para que esté a mi favor y no en contra
-Leo hablemos seriamente, Roberto te contrató para cuidarme y también para que le informes lo que hago. ¿Verdad?
-Sí, señorita.
-Te pagaré el doble para que solo me cuides y le das falsa información de lo que hago.
-No, quien me contrató fue su padre.
-Pues te hago un nuevo contrato.
-No puedo firmar un contrato, si no se termina el otro.
-Te pago el triple.
-No, gracias-Nadie me rechaza de ninguna manera y en ninguna situación, esos dos me las pagarán.
Conocerán a Lorena Cruz
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