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Ellos van por caminos diferentes, pero una tragedia los obligará a vivir juntos, para convertirse en una familia, ¿Normal? Han y Min no se soportan pero solo conviven por sus amigos y por su pequeño ahijado pero deberán vivir juntos luego de que sus amigos murieran en un trágico accidente, ya que, de otra forma su pequeño ahijado deberá ir a un albergue por lo que, deberán de dejar sus vidas cómodas de solteros para poder criar al pequeño, y aunque no se sorportan la convivencia les hará empezar a sentir amor el uno por el otro, ¿Serán capaces de amarse sin medida? ¿O los temores los hará separarse por siempre?
Min ya llevaba una hora esperando en su sala, él realmente quería llamar y cancelar su cita, pero siendo el hombre paciente y educado que era, respiró profundo antes de cruzarse de brazos y leer una de sus revistas sobre cocina porque ama la gastronomía en general, pero su gran pasión erradicaba en la repostería, recién había empezado con su negocio el cual parecía funcionar bien, por lo tanto, estaba feliz ya que aquello sería su boleto hacia su camino al éxito.
Ding, Dong, Ding.
-Por fin.- se arregló el corbatín e hizo muchas muecas frente al espejo para lograr obtener una sonrisa perfecta.- Le dije a Kyung Soo que no tenía problemas con ser yo quién recogiera al amigo de Jon gin a su casa pero claro, como es tan terco insistió en que me recogieran.- renegó antes de abrir la puerta con la sonrisa más amable que podía esbozar en aquel momento ya que moría de hambre.-Hola, Han, ¿Verdad?
-Lujan, ya sabes, Lu es igual a ciervo, soy un ciervo, el ciervo Han y creo que ya hablé demás.- Min levantó las cejas ya que había recibido una información extra, además, no esperaba que el amigo de Jon Gin se vistiera tan...particularmente, claro, si a eso le añadimos unos jeans rasgados, una camisa de granjero y una gorra pues inmediatamente se convertiría en un vagabundo cibernético pero bueno, algo de interesante debe tener aquel hombre como para que su amigo le haya arreglado una cita.
-¿Nos vamos?- sugirió sin perder la sonrisa de los labios.
-Claro, Kyung le dijo a Jon gin que eras muy apegado a los horarios por eso me disculpo por haber llegado tarde.- Mencionó mientras Min aseguraba la puerta de su apartamento.
-Oh no, descuida, tan solo esperé una hora, no es nada.- "Salvo que aún no como y mis intestinos están tratando de comerse entre sí." Omitió decir ya que era la primer vez que se conocían y el hombre probablemente tuvo algún contratiempo importante.
-Es que justo hoy fue la final dónde jugaría el Real Madrid y pues era inevitable perdérmela.- Min Seok lo escuchó y parpadeó varias veces ya que no entendía a lo que se refería.
-¿Quieres decir que llegaste tarde por ver una final de fútbol?- como sea trató de que su voz no sonara furiosa y realmente espera haberlo logrado.
-Sí... pero todo bien, ¿Cierto?- chasqueó la lengua antes de usar sus dedos de Elvis para poner aquella situación en el extremo más fresco que pueda existir en su cabeza.
Min agradecía que ambos estuvieran hombro con hombro caminando hacia la salida porque o sino Luhan viera perfectamente su ceño fruncido, él respiró profundo y una vez más, sonrió.- No hay problema.- dijo un tanto incómodo pero al salir hacia afuera, el aire chocó contra su rostro por lo que logró dispersar el medio enojo que sentía en estos momentos.- Kyung dijo que eras el director de cámaras en la KBS mediante los partidos de Basketball, suena interesante.
-Lo es, en realidad, todavía soy un aprendiz pero de vez en cuando me dejan tomar el mando, no me quejo, aquellas oportunidades no pasan todos los días por ello no debo de desaprovecharlas cuando se presenta.- "Bueno al menos tiene ambiciones" Min pensó para sí mismo.- ¿Y tú?
-En realidad, hace poco abrí mi propia pequeña empresa, no es grande pero me va bien, soy un Chef Patissier and Chocolatier...
-¿Es sobre pastelería?- A Min realmente le sorprendió que Luhan supiera sobre aquella rama de la gastronomía.
-Sí, no creí que conocieras sobre aquello, normalmente las personas no entienden de lo que hablo cuando menciono mi especialidad.- Al más bajo se le iluminaron los ojos ya que puede que su amigo haya tenido razón sobre salir a esta cita con el amigo de su novio Jon gin.
-En la vida toca aprender todo y, la madre de mi ultimo novio también se dedicaba a eso y comprenderás que él no dejaba de mencionar los buenos postres que hacía la señora.- Min Seok se paró de golpe y parpadeó varias veces ya que no entendía el grado de idiota que puede llegar a ser el hombre frente a él.
-¿Perdón?- Porque, es decir, están en una cita y la primera regla es no hablar sobre "ex's".
-Auch, creo que de nuevo hablé de más.
-¿Lo crees?- "Mantén la calma Min Seok, tan solo es una cena y más nunca volverán a verse" pensó antes de desechar lo que había dicho minutos antes sobre que su amigo tenía razón, el tipo eran un idiota, dio una profunda inhalada agradeciendo que finalmente ya habían llegado hasta la salida.
-Lo siento.
-Descuida, suele pasar cuando aún no superas a tu ex.- dijo a la ligera pero Luhan miró a ambos lados como preguntándose si fue a él a quién se lo dijo, iba a replicar pero no echaría a perder esta cita antes de la cena, Jon Gin le daría un sermón y... tenía hambre.- Bien y ¿Cuál es tu auto?
- Esa preciosura.- Min miró hacia el frente y abrió enormemente los ojos al ver un Ferrari azul, supuso que ese era ya que era el único auto aparte de una muy insegura motocicleta a la cual nunca se subiría ya que aquel transporte era de rebeldes.
-Debió costarte un ojo de la cara.- dijo impresionado.
-Considerando mi sueldo es como si hubiera sido un ojo de la cara, vamos, sube.- el más bajo sujetó el mango de la puerta de aquel Ferrari listo para abrirla pero de inmediato la alarma del auto empezó a sonar asustándolos a ambos.
-Lo siento, no sabía que tenía alarma.- se disculpó esperando que Lujan desactivara la alarma pero eso nunca pasó.-¿Qué sucede? Apágala.
-Lo haría si ese auto fuera mío pero no lo es.
-¿Qué?- Min abrió enormemente los ojos porque simplemente no se creía lo que el más alto le decía.-¿Este auto no es tuyo? Pero tú dijiste...
-La moto es mía, uff, si tuviera un Ferrari no estaría aquí en estos momentos.- ¿En verdad, él dijo eso? Él más bajo no se explicaba la falta de caballerosidad de aquel hombre.
-¿Qué?- Min no se lo creía y él realmente quería matarlo pero no era del todo su culpa, ya que él ni siquiera se tomó la molestia de preguntar.
El dueño del auto llegó un tanto furioso pero las habilidades vocales de Lujan lo calmaron logrando que se vaya tras dejar una ligera advertencia.
-Gracias.
-No es nada.- de pronto el celular del más alto empezó a sonar.
-Contesta, no te preocupes.
-No, para eso existe el buzón de voz.- para Min era como un sube y baja, Lujan tenía puntos a su favor como también en contra.
Iban a empezar otra plática pero el celular del más alto no dejaba de sonar.- Contesta.- el de mejillas un tanto regordetas estaba seguro de que debía tratarse de una muy importante llamada por la insistencia en ella.
-¿Seguro?- Lujan preguntó para asegurarse de que estaba bien.
-Sí.
Lujan lo miró en un dilema pero de todas maneras lo hizo.- Hola tú, persona que conozco.-"¿Eh? ¿Qué clase de saludo es ese?" Pensó pero no cuestionaría ya que cada quién con sus cosas.- ¿Así? Tienes un minuto para convencerme, jajaja, no...- Lujan miró por el rabillo del ojo a Min quién no pasó aquella acción desapercibida.- Solo dame dos horas, no, una hora y voy para allá, jajaja, no, ya sabes, caprichos de Jon gin.- Min abrió la boca enormemente ya que eso acaba de rebalsar su paciencia, ha soportado mucho del pedazo de hombre ese, que Min desde yá estaba dando por finalizado este intento de cita.
Lujan cortó la llamada y miró a Min.- ¿Nos vamos?
El más bajo puso una mano en su cintura.- Primero, sé que no quieres esto, yo tampoco, solo hemos sido obligados así que ya deja de fingir y listo, no saldré con alguien que no quiere hacerlo, segundo, nunca saldría con quién anda en una cosa tan peligrosa como lo es esa moto y tercero, lo creas o no, muchos hombres a diario andan rogándome con que salga con ellos.
-Wao, en todo este tiempo me estaba preguntando desde hace cuando no habías tenido sexo, ya sabes, con todo tu Patissier y Chocolatier era difícil calcularlo pero ahora puedo asegurar que hace más de cinco años, ¿Estoy en lo cierto?.- Luhan sonrió al ver el rostro rojo de la rabia de Min quién tan solo se dio la vuelta listo para caminar hacia dentro.
-¡Eres un idiota!- gritó sin mirar atrás en dirección al joven de sonrisa divertida.
Es decir, a lo largo de toda su vida había conocido a hombres muy idiotas e imbéciles que de por sí y por su mera presencia no encajaban con él, ni un poco pero realmente su experiencia con el patán de Luhan sobrepasó sus límites, el hombre es pequeño y podría parecer indefenso pero no, todos están equivocados porque Min tiene un carácter de los mil demonios que cuando se enoja, no hay quién lo pare porque explota de sobremanera y su amigo, sí, su pequeño mejor amigo lo escuchará por haberlo enviado a una cita que siempre se perfiló por ser desastrosa por el simple hecho de ser con Luhan, y ahora que lo piensa, Min sabe que habían mucha banderas rojas desde el primer momento en que aquel llegó tarde.
Porque ojo de loca no se equivoca y mucho menos él, cuya vida es un de las más íntegras de toda la ciudad, siempre ha tratado de ser un modelo a seguir, desde que era un niño ha tratado de hacerlo para tener orgullosos a sus padres.
-¡Dile a Jon Gin que fui un caballero!- le pidió burlón sabiendo que aquello molestaría aún más al más bajo quién no dudó en sacarle el dedo del medio porque aunque haya sido un hijo modelo, él también podía ser grosero con adefecios como aquel sujeto que sólo le ha hecho perder su tiempo.
Laura es una mujer que tras ponerle punto final a su vida monótona con su novio decide ir a Bali junto a su hermana para conocer un poco más del lugar y sentirse libre de toda la mierda que vivió en su relación de cuatro años, ella no busca el amor, realmente no busca nada, solo quiere sentirse libre y feliz, lo logra hasta quedarse hechizada por unos ojos azules fieros y electrizantes pertenecientes a aquel surfista llamado Kilian, aquel que le hace sentir miles de sensaciones y que más que asustarla, lo que hace es hacerle pedir más.
Han y Minseok son hermanastros, ellos nunca quisieron serlo pero sus padres se enamoraron, no tienen ninguna afinidad entre ellos y es más, se odian, no se toleran pero por una extraña condición de su abuela ambos se verán envueltos en un matrimonio por conveniencia, y es que, su abuela prometió dejarle toda su herencia al nieto que primero contraiga matrimonio pero como ni Han como Minseok quieren perder el privilegio ambos fingiran amor y se casarán, sin imaginarse que aquel odio con el paso de los meses se convertirá en amor.
-¿Crees en vampiros?-Seok abre los ojos enormemente por su repentina pregunta.-Vamos Seok, dime si crees o no. -Nunca he visto a uno, así que no. -¿Crees en Dios?- ladea la cabeza y asiente. -¡Sí!- Soo levanta una ceja y le sonríe maliciosamente.-Soo, nuestra familia es la familia más religiosa de todas las familias que viven en este pueblo. -¿Lo has visto? -¿A quién?-pregunta. -A Dios.-niega frenéticamente.- ¿Entonces, por qué crees en él y no en los vampiros?-se queda pensando y es cierto. -Buen punto, pero ¿Hacia dónde quieres llegar con todo ésto, Soo? Una historia, una leyenda, un trato, un acuerdo, tres pares de corazones involucrados en ésto, tres pares de almas queriendo vivir y amar. Tres seres muertos y tres seres vivos buscarán su destino marcado en la piel del otro. Cuando el sol se esconde ellos salen, cuando la luna se esconde ellos se ocultan. La pasión, el deseo, el dominio serán parte de su día a día. Pero, ¿Podrán enamorarse?, ¿Podrán procrear y vivir?, ¿La vejez se interpondrá entre ellos? Nada está dicho y nada se sabe, todo fluirá de acuerdo a sus instintos.
Se suponía que era un matrimonio de conveniencia, pero Carrie cometió el error de enamorarse de Kristopher. Cuando llegó el momento en que más lo necesitaba, su marido estaba en compañía de otra mujer. Carrie ya estaba harta. Decidió divorciarse de Kristopher y seguir adelante con su vida. Sin embargo, solo cuando ella se marchó, Kristopher se dio cuenta de lo importante que era ella para él. Ante los innumerables admiradores de su exesposa, Kristopher le ofreció 20 millones de dólares y le propuso de nuevo: "Casémonos de nuevo".
Lenny era el hombre más rico de la capital. Estaba casado, pero su matrimonio no tenía amor. Accidentalmente tuvo una aventura de una noche con una extraña, por lo que decidió divorciarse de su esposa y buscar a la chica con la que se acostó. Juró casarse con ella. Meses después del divorcio, descubrió que su esposa estaba embarazada de siete meses. ¿La mujer lo engañó? Scarlet estaba buscando a su esposo, pero, por error, los dos pasaron una noche apasionada. Sin saber qué hacer, se escapó presa del pánico, pero luego descubrió que estaba embarazada. Justo cuando estaba lista para explicar lo que le había sucedido a su esposo, este le pidió el divorcio. ¿Descubriría Lenny que la extraña chica con la que se había acostado era en realidad su esposa? Más importante aún, ¿su matrimonio sin amor mejoraría o empeoraría?
Su marido traicionó a ella y todo el mundo la consideraba como una asesina. Abrumada por el odio, Maria se divorció de su marido, James, y se fue de la ciudad. Sin embargo, seis años después, regresó con el rival más destacado de su exmarido. Como un fénix que se reencarna de las cenizas, juró hacer que todos pagaran por lo que le habían hecho. Ella aceptó trabajar con él solo para vengarse, pero no se dio cuenta de que ya se había convertido en su presa. En un juego entre el amor y el deseo, ninguno de los dos sabía quién ganaría al final.
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La expresión en el rostro de Nancy era difícil de definir, ya que había tomado una decisión que cambiaría su vida: se embarazaría de un hombre que no conocía. Y aunque solo lo hacía para poder pagar la operación que necesitaba su madre, en ningún momento se detuvo a pensar que esto cambiaría por completo lo que le deparaba el futuro. Tras haber pasado cinco años, ella se convirtió en una famosa pediatra, y un día, cuando salió del aeropuerto con grandes metas y sueños, el destino se le presentó en forma de una niña pequeña, cuyo padre no era otro más que el extraño hombre, Charles, quien en el pasado le había ayudado a Nancy a salvar a su madre. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo? Siga leyendo para descubrirlo en ‘Padre Por Sopresa’ con Manobook. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo?
No fue mi elección nacer hija de la mafia, pero elegí ser la esposa de la mafia. Después de la muerte de mi padre, mi abuelo era demasiado viejo y vulnerable para defender a nuestra familia de los enemigos de mi padre. Y la única forma de asegurar nuestra supervivencia era que yo me casara con el jefe del poderoso clan Mellone. Mi dote es un pedazo de tierra codiciado por el mismísimo jefe del clan. Yo, Giulia, odio a mi novio. Ya lo he dicho. Lo odio con una pasión feroz, que hace arder mi cuerpo Detesto todo lo que tiene que ver con él: su insufrible arrogancia, su sonrisa burlona, sus peligrosos ojos grises metalizados y su corazón corrupto y vicioso. La forma en que todos se someten patéticamente a cada una de sus palabras y se apresuran a servirlo como si fuera una especie de dios me irrita muchísimo. Pero lo que es peor, odio la vergonzosa forma en que mi cuerpo responde al suyo. Tiemblo por él. La intensidad de mi deseo puro me sorprende y me repugna. ¿Cómo puedo desearlo tan desesperadamente si lo odio tanto? Es como si fuera el mismísimo diablo y me hubiera hechizado.