Un día más de trabajo, no había nada que llamara realmente su atención más que cumplir metas y mantener en alto su compañía dedicada a la fabricación de vehículos.
Había tomado bastante licor la noche anterior, sin embargo se levantó temprano porque su ejemplo es de suma importancia para sus empleados así que siempre fue el primero en llegar a la empresa; para el solo era un día más, quizás conocería una mujer que le proporcionara placer necesario para este día o quizá alguna de sus asistentes podría colaborar con sus demandantes deseos.
Nunca había amanecido con una mujer después de calmar sus instintos y no sabía lo que significaba una caricia porque siempre iba al grano. Estaba concentrado en sus labores cotidianas, ampliación de sus horizontes, para él lo único importante era seguir creciendo con sus negocios, Humberto era el típico joven frío, calculador, ambicioso e incalculablemente Exitoso; un hombre lleno de amigos que disfrutaba los placeres de la vida, no obstante el personaje más solitario.
Aunque aveces sentía un vacío infinito no llegaba el anhelo por amar y ser amado, por el contrario siempre concluyo que amar era solo un desperdicio de tiempo y ser amado un problema que crecería gradualmente.