/0/6988/coverbig.jpg?v=da7ef0a9f736a546b299551dc35a3bd5)
Rosina quedó embarazada accidentalmente después de pasar la noche con un extraño. Y para colmo de males, como resultado de un trato que hicieron, se vio obligada a casarse con el hombre con el que había estado comprometida desde la infancia. Aunque su matrimonio fue solo un trato, parecía que el destino quería que ella se enamorara de este hombre. A medida que se acercaba el nacimiento, el hombre le rompió el corazón al pedirle el divorcio, ella finalmente se rindió del juego de amor. Inesperadamente, sus caminos se cruzaron de nuevo más tarde. El hombre afirmó que siempre la había amado. La pregunta es si Rosina está lista para volver a estar con él.
"¿Es tu primera vez?".
El aliento del hombre rozó la oreja de Rosina Bentley, enviando un escalofrío por su espalda. Sin embargo, ella no se atrevió a abrir los ojos.
"Relájate. No voy a hacerte daño", respondió el hombre con una voz ronca.
Antes de que Rosina pudiera responder, él le pellizcó la barbilla y la besó con fuerza.
Todo le dolía mucho.
Aquel dolor desgarrador hizo que su mente se quedara en blanco por un momento.
Finalmente, el hombre la soltó y se dirigió al baño. Rosina arrastró su cuerpo cansado afuera de la cama, se vistió y salió de la habitación.
De repente, el sonido de su teléfono atravesó el silencio de la noche.
Rosina revisó la pantalla y sus ojos se abrieron con pánico. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia el hospital.
Sintiéndose impotente y desconsolada, Rosina le rogó al médico entre sollozos. "Por favor... por favor, salve a mi madre y a mi hermano...". Rosina firmó el documento con una mano temblorosa y se lo entregó al médico.
Este la miró con un suspiro. "Ya no hay nada que podamos hacer por su hermano. ¡Lamento mucho su pérdida!".
Las palabras del doctor fueron como un golpe bajo. Aturdida, Rosina sufrió un fuerte mareo y estuvo a punto de desmayarse.
Sus rodillas se doblaron y se derrumbó en el suelo.
Hacía ocho años, cuando Rosina tenía diez años, su padre las envió a ella y a su madre embarazada a un país extranjero, solo para abandonarlas. Ambas no tuvieron más remedio que valerse por sí mismas.
Más tarde, nació su hermano menor, pero a los tres años le diagnosticaron autismo. Rosina y su madre trabajaban a tiempo parcial para llegar a fin de mes, pero el repentino accidente automovilístico empeoró su situación.
Incapaz de soportar el dolor, Rosina perdió el conocimiento.
"¿Señorita? ¡Señorita! ¡Enfermera! La señorita se desmayó...".
Un mes después, Rosina estaba subiendo en el ascensor a su piso designado.
En su mano, llevaba una bolsa de comida.
La condición de su madre había mejorado después del tratamiento. Sin embargo, cuando escuchó que su hijo no había sobrevivido, se deprimió tanto que perdió mucho peso.
El ascensor se abrió con un timbre.
Rosina respiró hondo y caminó hacia la sala de su madre. Pero antes de entrar, escuchó a alguien hablando adentro.
"Josie, tú y la señora Walsh eran mejores amigas, y acordaron que sus hijos debían casarse. Tu hija debe ser parte de la familia Walsh...".
"¿A qué diablos te refieres, Perry Bentley? ¿De qué demonios estás hablando?". Josie Morris fulminó con la mirada al hombre que estaba al lado de su cama.
Era el mismo que la había abandonado con su hija en un lugar extraño, a pesar de que se encontraba embarazada. En ocho años ni siquiera se molestó en ubicarlas. ¡Y ahora tenía la audacia de aparecer de la nada y querer casar Rosina con un desconocido!
"Es el hijo mayor de tu mejor amiga. Es bastante guapo. Además, ya conoces a la familia Walsh. Rosina tendrá una vida próspera cuando sea parte de esa familia...". Sin embargo, la voz de Perry empezó a apagarse con vacilación.
El señor Walsh era ciertamente un hombre noble y apuesto, pero hacía poco tiempo había quedado discapacitado. Un mes atrás, había viajado al extranjero por negocios y una serpiente venenosa lo mordió. El veneno paralizó sus nervios, dejándolo paralítico de la cintura para abajo.
Si su hija se casaba con él, su matrimonio no tendría alegría ni sexo.
"Me casaré con él".
De repente, la puerta se abrió y Rosina entró agarrando con fuerza la bolsa de comida. "Me casaré, pero con una condición".
Perry miró hacia la puerta y se quedó atónito. No había visto a Rosina en ocho años.
Había crecido mucho. Su piel estaba hidratada, pero era demasiado delgada, como si estuviera desnutrida. No le parecía tan encantadora como su hija menor.
"¿Qué condición?", preguntó con el ceño fruncido.
"Mamá y yo regresaremos a casa, y tú tendrás que devolverle todo lo que le pertenece. Solo entonces me casaré con ese hombre", declaró Rosina apretando tan fuerte los puños que las uñas se le clavaron en las palmas.
"Rosina...". Josie intentó hacer entrar en razón a su hija.
La chica ya había sufrido mucho con ella. Simplemente no podía quedarse de brazos cruzados mientras veía cómo la obligaban a casarse.
"Está bien, está bien", aceptó Perry, ya que le preocupaba que su hija cambiara de opinión. "Te llevaré de vuelta si te casas con él".
"¿Y qué hay de las propiedades de mi madre?".
Al verlo dudar, Rosina hizo una mueca burlona.
"Estoy segura de que mi hermana es muy hermosa y merece un mejor esposo. Si se casa con un hombre discapacitado, toda su vida se arruinará. De todos modos, tú y mamá ya están divorciados. Lo justo es que le devuelvas todo el dinero que ella le dio a la familia Bentley".
Sintiéndose culpable, Perry evitó contacto visual con Rosina.
Finalmente apretó los dientes y se rindió. "Se lo devolveré una vez que te cases con él".
Su hija menor era muy hermosa. ¿Cómo podía dejar que se casara con ese hombre y desperdiciar todo su potencial?
Perry se sintió un poco más tranquilo.
No obstante, su odio hacia Rosina empeoró. Esa chica no solo tenía una lengua afilada, sino que también codiciaba su dinero.
"¡No seas grosera y cuida tus palabras!", exclamó con una mirada fría.
Rosina puso los ojos en blanco, ya que no quería discutir.
Ahora se sentía demasiado débil e impotente. No podía arriesgarse a ofenderlo.
"Empaca tus cosas. Partiremos mañana". Sin esperar una respuesta, Perry se dio la vuelta y salió corriendo.
Ellos no saben que soy una chica. Todos me miran como si fuera un hombre, un príncipe. Su especie compra humanos para satisfacer sus lujuriosos deseos. Y cuando ellos llegaron a nuestro reino para llevar a mi hermana, intervine para protegerla. Fue así como ellos también terminaron comprándome. El plan era escapar, pero mi hermana y yo nunca tuvimos una oportunidad. ¿Cómo iba a saber que nuestra prisión sería el lugar más fortificado de su reino? Se suponía que debía quedarme en el anonimato, pues no tenían un uso para mí. Solo era alguien a quien nunca debían comprar. Pero entonces, el hombre más poderoso de la salvaje tierra, su despiadado rey bestia, se interesó por ese "principito bonito". ¿Cómo podremos sobrevivir en este reino brutal, donde todos odian a los de nuestra especie y no tienen piedad de nosotros? ¿Y cómo puede alguien, con un secreto como el mío, convertirse en una esclava sexual? Nota del autor: es una novela de romance oscuro, apta solo para mayores de edad. Espera varios temas sensibles, como la violencia. Si eres un lector experimentado de este género, buscas algo diferente y estás preparado para entrar sin saber qué es lo que te espera, ¡entonces sumérgete en esta aventura! . De la autora del bestseller internacional "La Esclava Más Odiada Del Rey"
Ella se casó en secreto con una superestrella; sin embargo, su estado civil se mantuvo en conocimiento público. Ella lo amaba como a un perro, tan leal, tan sin vergüenza, pero él la alejaba constantemente solo por su egoísta razón de tomar venganza contra su madre. Después de su divorcio, ella accidentalmente se acostó con un atractivo desconocido cuyos ojos azules exudaban un atractivo sexual extremo, atrayéndola a una inevitable atracción fatal. Él era tan tranquilo y gentil, prometiéndole la felicidad eterna. "¿Ms. Cathryn Riley, se casará conmigo?" Su expresión era seria y sincera. Los dedos delgados del hombre sostenían una caja redonda de terciopelo rojo muy delicada y hermosa; dentro había un anillo de diamante exquisito. Asustada emocionalmente, ella le respondió, "He sido divorciada una vez. Espero que no me haga divorciar por segunda vez de nuevo." Keith sonrió y respondió suavemente, "Mi mundo nunca se ha centrado en nadie. Pero en los días venideros, mi mundo se centra en ti". Ella estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar lágrimas de felicidad. Estar con él le trajo una alegría eterna y su promesa eterna reemplazó su sufrimiento por el matrimonio fracasado.
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Su vida era perfecta hasta que conoció al hermano mayor de su novio. Había una regla en la manada Night Shade: si el Alfa rechazaba a su pareja, perdería su posición. Y la vida de Sophia estaba relacionada con esa ley, pues era una Omega que salía con el hermano menor del Alfa. Bryan Morrison, el Alfa actual, no solo era un hombre de sangre fría, sino también un encantador hombre de negocios. De hecho, su nombre era suficiente para poner a temblar a las demás manadas, pues era conocido por ser muy despiadado. ¿Y si por un giro del destino su camino se entralazaba con el del Sophia?
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".