/0/6921/coverbig.jpg?v=c83a04e7004d846806c1d99265c7b1b4)
Anne es una chica tímida y reservada, cuando se hizo novia de un hombre lobo pensó que al fin sería feliz, pero Apolo, su novio, empieza a actuar frío y distante con ella. Cuando un nuevo Alpha llega al pueblo para buscar a Anne su mundo se viene de cabeza porque su amor está entre dos chicos hombres lobos que podrían ser sus mates. ¿Dos lobos pueden tener una sola mate? Si es así solo uno podrá ser el ganador
Las vacaciones de verano habían terminado, el regreso al colegio sería martes, Carolina y los demás habíamos vuelto de un lindo viaje a la playa, nos habíamos divertido tanto, todo había cambiado desde la muerte de Paige que, por cierto, mañana cumple dos meses de fallecida. Acompañaríamos a Mike a dajerle flores mañana por la tarde. Apolo y yo estábamos de camino a mi casa, él estaba algo serio hoy. A pesar de que todavía quedaban unos días de verano en esta parte del país no hace tanto calor, siempre hay frío. El invierno comenzaría muy pronto y empezaría a nevar también.
Está de más decir que el lago se congelará. Es una lástima. Volveremos a disfrutarlo hasta el otro año.
-¿Qué harás hoy en la noche? -me preguntó. Nuestras manos estaban entrelazadas, mientras que con la otra el manejaba. Ya íbamos saliendo del bosque.
-Nada, creo que me quedaré en casa y arreglaré las cosas para la preparatoria. -respondí con total sinceridad. Lo miré, él me sonrió de lado.
-Pues creo que te tendrás que encargar de eso después... -me besó la mano-Ésta noche hay fiesta. Alcé las cejas. Y entonces recordé: La fiesta de bienvenida. Cada año después de finalizar el verano los Brown, junto con todos los de la manada, hacen fiesta.
-Está bien, ¿a qué hora pasas por mí? -cuestioné mirándolo.
-Yo... Creo que te miraré en la fiesta, tengo que hacer algo primero. -dijo. Fruncí el ceño, Apolo nunca me dejaba así, siempre que íbamos a un lugar él se ofrecía a llevarme, no le gustaba que llegara sola a ningún sitio y mucho menos a una fiesta.
-Ah... Está bien. -le sonreí, mirando por la ventanilla.
-¿Puedes llegar con Carolina y Kayler? Me sentiré mejor si llegas con ellos. -propuso. No lo miré. Aclaré la garganta.
-Claro, la llamaré.
Apolo aparcó el auto frente a mi casa, me sostuvo la mano y me depositó un cálido beso en los labios.
-Nos vemos en la noche. -sonrió. Le devolví la sonrisa y bajé del auto, con mi mochila puesta en mi hombro. Caminé despacio hacia la entrada de casa hasta escuchar el ruido del auto marcharse.
No sé qué pasa con Apolo hoy. Christian estaba con Carla en algún restaurante almorzando, me da gusto que mi hermano haya encontrado a alguien, y mejor si es amiga de Carolina. En mi casa no había nadie, como siempre, solo vivía con mi papá y él, digamos que no nos pone mucha atención.
Subí a mi habitación y dejé la mochila en mi cama, saqué mi teléfono celular y le envié un mensaje a Caro.
De: Anne. ¿Puedo ir con ustedes a la fiesta? Apolo dijo que me esperaría allí.
Dejé el teléfono en la cama y empecé a sacar mi ropa, segundos después el celular sonó.
De: Carolina. Claro que por supuesto que sí :) Aquí te espero.
Sonreí. Creo que ella fue lo mejor que me pudo pasar.
***
Aparqué el auto de mi hermano frente a la casa de Carolina, el auto de Kayler estaba allí, mi hermano llevaría a Carla en su moto, y a Gregory no lo he visto desde que volvimos. Pero algo me dice que Vanesa estará bien. Salí del coche y me dirigí a tocar la puerta, había luna llena hoy. Y el clima se etaba poniendo muy frío. Segundos después la puerta se abrió.
-Anne, pasa. -me dijo Carolina. Pasé. Ella llevaba un vestido negro que le llegaba hasta los muslos, y el cabello suelto como siempre. Se estaba acomodando una arete. -Kayler ya casi está listo. -comentó analizándome. -¿Qué te pasa? -cuestionó poniendo sus manos en la cintura.
-Nada, -contesté de inmediato-Es que no hubiera querido incomodarles, quizá ustedes querían estar solos.
Me miró mal.
-Obvio no, además, necesitaba hablar con alguien y qué mejor que con mi mejor amiga y prima de Gregory. -me tomó de la mano y me dirigió a la sala.
-¿Qué pasa? -quise saber. Nos sentamos. -Es que Vanesa se va mañana y, hoy me dijo que no quería irse, le dije que era su último año de instituto y que tenía que seguir, faltan algunos meses para la graduación y yo... -se detuvo en seco-No se qué hacer. -se masajeó la sien.
Gregory. Siempre ha sido mala influencia.
-No te preocupes, -le dije-Hablaré con él, éste chico me va a escuchar. Sonrió satisfecha.
-Yo sé que algo más te pasa. -murmuró-Pero no me quieres contar, está bien, dímelo cuando estés lista. -se puso de pié. En eso, Kayler bajó las escaleras.
-Anne, ¿dónde está Apolo? -preguntó frunciendo el ceño. Yo también quisiera saber.
-Creo que debe de estar en tu casa, dijo que nos veíamos allí. -respondí insegura. Alzó las cejas sorprendido, pero luego actuó normal.
-Bueno, nos vamos. -Carolina cogió de la mano a Kayler y enroscó su brazo con el mío. Nos dirigimos a la salida. Pude notar que Kayler le depositó un beso en la sien. Me hizo recordar a Apolo, no sé qué pasa con él. Nos montamos al jeep de Kayler, éste arrancó y nos dirigimos a su casa.
También noté que Kayler y Carolina se tomaban de la mano mientras él manejaba, justo como Apolo y yo lo hicimos hoy. Lo sé, hoy estoy muy sentimental pero es que así soy yo, soy tan conservada, aburrida, y eso me molesta porque quizá Apolo se esté aburriendo de mí.
Después de varios minutos de estar en el coche, habíamos llegado a la casa de Kayler, bajamos del coche y nos dirigimos adentro de la casa, la música estaba super alta y había mucha gente, más que en todas las fiestas pasadas, con la mirada buscaba a Apolo, no lo divisaba por ningún lado.
Nos dirigimos a una de las mesas del fondo, en donde allí ya estaba Connor con Kenzie y también Vanesa, Gregory, Christian y Carla. Al llegar, todos nos saludamos.
-¿Has visto a Apolo? -le pregunté a mi hermano a lo bajo. Negó con la cabeza y volvió a lo suyo con Carla.
-Iré por cerveza. -dijo Kayler. Al irse, me acerqué más a Carolina.
-No he visto a Apolo. -le comenté. Ella frunció el ceño y empezó a revisar el lugar.
-Tal vez deberías llamarlo. -sugirió. Cómo no se me había ocurrido antes. Le dediqué una sonrisa tímida a Carolina mientras ella me miraba negando con la cabeza y riendo.
Saqué mi teléfono y marqué su número. Carolina se pegó al teléfono celular para escuchar. Lo puse en alta voz, éste ruido no dejaba oír nada. Repicó, repicó y repicó, pero no contestó. La miré.
-De seguro está aquí y no escucha el teléfono. -trató de excusarlo. Kayler apareció con tres vasos rojos. Cerveza. Le dio uno a Carolina y luego el otro a mí. Dudé, pero Carolina me codeó así que lo tomé.
-Kayler, ¿sabes dónde puede estar el tarado de Apolo? -le preguntó, pero se dirigió a mí rápidamente-Sin ofender. -sonrió, dándole un trago a su cerveza. Reí. Kayler lo meditó un poco.
-Creo que lo miré subir. -respondió.
-¿Con quién? -le inquirió ella. Comenzó a negar con la cabeza pero al ver que Carolina lo fulminaba con la mirada, éste rió un poco pero después se puso serio.
-Iba con Evelyn. -soltó. Sentí como que me tiraban un valde de agua fría. Carolina me volvió a ver, pero en su mirada no había nada de pena o así.
-Vamos. -me cogió de la mano y nos dirigimos escaleras arriba, no quería subir, claro que no, me daba miedo por lo que podía llegar a ver. Kayler empezó a ir detrás de mí y luego se posicionó a la par de Carolina. Nos detuvimos en seco.
-Son muchas habitaciones. -dijo ella. -Nos vamos a dividir. Anne, revisa las del fondo, Kayler... -lo miró-Tú sabrás donde revisar. Y yo iré por las de enfrente. Asentí cautelosa.
Comencé a caminar hacia las del fondo, me llamó la atención una puerta entre abierta, ¿estará él allí?. Comencé a temblar y a debatir si debería entrar allí. Armandome de valor me acerqué a la puerta, pero me detuve en seco al escuchar... Gemidos. ¡Santo Dios! ¡están teniendo sexo! Con todo el dolor de mi alma cogí el pomo de la puerta y la abrí, encendiéndo la luz en el proceso.
Una noche loca bastó para que Roberta se enredara con su futuro jefes, ambos, sin conocerse tuvieron una aventura en una fiesta sin saber que a partir de esa noche Roberta quedaría embarazada de su jefe, si, su jefe porque Roberta al siguiente día tenía su primer día de trabajo en la empresa de Ricardo Grayson, el dueño de un imperio. Roberta y Ricardo prefieren dejar esa noche en el pasado, pero entre trabajar juntos y chocar con sus personalidades se va dando una atracción entre ambos que no puede ser porque Ricardo está comprometido con otra mujer y se casará en dos meses. Sin embargo, Rebeca se da cuenta de que está embarazada de su jefe y no tiene ni la menor idea de cómo afrontarlo.
Cuando las cancelaciones de becas se dieron en la universidad de Houston, Aileen quedó devastada ya que iba en su tercer año de universidad y no podría seguir estudiando gracias a eso. Un año después conoce al responsable de la cancelación de su beca y de las de muchas chicas más: Oliver Price, el dueño de un prestigioso club en las afueras de Houston: Moonlight y CEO de una de las empresas más importantes del país. Aileen decide vengarse con algunas travesuras, sin imaginarse que quedaría atrapada en la vida del hombre que más odiaba, pero había un pequeño problema y muchos secretos: Oliver le propone un trato para liberarse de las presiones de su padre: comprometerse con ella mientras su ex novia se casa. Aileen decide aceptar y firmar el contrato con la condición de que al terminar él le devuelva su beca. Ahora tienen que fingir estar muy enamorados pero el tiempo les hará entender que no habían fingido nada y que estaban completamente enamorados el uno con el otro.
Kenzie Coleman quiere olvidar todo lo vivido meses antes en Lewiston, decidiendo vivir en otro pueblo para comenzar de nuevo. Al llegar a Janesville, Kenzie cambia de identidad, pues le parece una buena oportunidad, creyendo que nadie la conoce ni la reconocerán. Sin embargo no contaba con que lo malo de su pasado, Clark, seguiría sus pasos y la acecharía sin dejarla en paz. Por otro lado, Connor, intenta olvidar la traicion, sin contar que su traicion vive bajo su mismo techo, así que arma un plan: torturarla por haberle sido infiel el tiempo que fueron novios. Sin embargo Kenzie no sabe lo que él es, no sabe que es un hombre lobo. Desapariciones y muertes empiezan a suceder en Janesville, los cuales ella querrá averiguar quién o que las provoca, teniendo un presentimiento de que quizás él y su nuevo grupo tengan que ver. Pero ¿podrá soportar la verdad? ¿Podrá seguir queriendo a alguien que quizás a asesinado a personas inocentes solo por querer olvidar una traicion que no fue más que un malentendido? Más drama, más misterio y más acción.
Lina Lane se muda con su madre a una nueva ciudad, sin pensar en la oscuridad que guardaba el mismo. Al tener de vecino al chico más guapo y respeto del pueblo no le da mucha gracia, pero cuando lo conoce se da cuenta de que es oscuro y misterioso, él y su grupo ocultan algo y ella lo querrá averiguar.
"No va a funcionar entre nosotros, Terence". "No me importa, Carla. Te quiero a ti sólo a ti". Nunca sabrían lo que podría suceder si él no se topara con ella o si ella no hubiera decidido acogerlo esa noche. A partir de esa mágica noche, todo había cambiado. Todo parecía diferente de la noche a la mañana. Carla estaba lista para enfrentar lo desconocido en el momento en que decidió tomar la mano de Terence. Pese a los siete mil millones de personas en el mundo, ellos lograron encontrarse el uno al otro penetrando en sus respectivas vidas. Incluso cuando todos le decían que Terence se había ido, ella no podía creer ni una sola palabra, porque Terence era un hombre de palabra y él se lo había prometido para siempre. La gente solían decir que algún día conocerías a alguien al que estarías dispuesto a dedicarle tu vida. Carla sabía que eso era verdad, porque así era cómo amaba a Terence. La Chica de Mi Vida es una novela extraordinaria que te hará reír y llorar, donde descubrirás que, a veces, el amor no está lejos de cada uno de nosotros.
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Su vida era perfecta hasta que conoció al hermano mayor de su novio. Había una regla en la manada Night Shade: si el Alfa rechazaba a su pareja, perdería su posición. Y la vida de Sophia estaba relacionada con esa ley, pues era una Omega que salía con el hermano menor del Alfa. Bryan Morrison, el Alfa actual, no solo era un hombre de sangre fría, sino también un encantador hombre de negocios. De hecho, su nombre era suficiente para poner a temblar a las demás manadas, pues era conocido por ser muy despiadado. ¿Y si por un giro del destino su camino se entralazaba con el del Sophia?
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".