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Emborracharse y terminar en la cama de un desconocido no es buena idea. Bueno, no es un "desconocido" digamos que de tantas veces que Georgia fue obligada por sus amigas, ir a verlo en esos partidos de fútbol, en lo que "casualidad" juegan los novios de sus amigas, tiene que soportarlo, solo en los momentos que él está ahí, o tal vez un poco más. Desde ese entones Garrett dejó de ser un completo desconocido, a ser un conocido, sí un simple conocido, con el cual además de compartir una foto compartieron la cama. Y sin saber que unas semanas después alguien empezaba a habitar en el vientre de Megan, una chica de tan solo dieciocho años, que tenía su futuro casi planeado, "casi" porque desde esa noche su vida cambió, sea para bien o para mal. Ella debería enfrentarlo con o sin Garrett. Sin saber que sus padres, tenían otro plan, sin importarles si él se haría cargo del bebé o no. ¿Solución? Hacerse cargo de las consecuencias. Y ¿Garrett? bueno, eso lo decidirá él. Más allá de que compartió mucho más que solo una foto, no puede obligarlo a que se haga responsable del bebé. Al fin y al cabo, es su decisión. Gracias a ello, traerán un bebé a un mundo llenos de locos, pero sí, al menos ¿amor? Eso nunca le faltaría.
Las paredes parecen vibrar a causa de lo alto de la música. Cierro los ojos antes de dar un largo trago a la botella de agua que está en mis manos, para luego apoyar los codos en la mesa en la cual espero a mi amiga hace diez minutos. ¡¿Dónde diablo está?!
Escucho un bufido proveniente de mi lado izquierdo, intento ignorarlo, hasta que siento como tironea suavemente de mi cabello. Sí, me falta decir que estoy con el chico más egocéntrico que conozco, y que odio, por cierto. ¿A quién me refiero? A nada más ni nada menos que a Garrett- Garrett O'brien.
¿En serio Karen? No quiero pensar que esto está planeado todo para que esté con él.
-Vamos, princesa, solo será solo trago -repite Garrett por quinta vez en lo que va de la noche, esta vez tomando una de mis manos, apretándola con suavidad y haciendo un estúpido puchero.
¡Que tonto se ve, ni en sueños tomaría un trago con él!
-No, no quiero emborracharme -contesto con simpleza, a ver si esta vez deja molestarme.
-¿Es eso o no quieres terminar en mi cama? -responde, mientras la cercanía de su cuerpo me provoca escalofríos -Podemos hacerlo si lo deseas -agrega relamiéndose el labio inferior.
¡Ja! Sigue soñando niño.
-Eres un idiota, ni siquiera estando ebria podría estar entre tus sabanas -le digo tratando de sonar segura, sí porque no lo estaba.
Pero, su sonrisa de idiota me advierte que sabe que miento.
-¡Ge-Georgia! -el chillido de Karen me sobresalta un poco, haciendo que casi salte de la silla, en la que llevo más de media hora sentada.-¡Vamos a bailar! -grita arrastrando las palabras, su mano se envuelve alrededor de mi brazo, tironeándolo con fuerza.
Genial, lo que me faltaba, Karen borracha y Garrett que quiere que beba un trago con él. ¿Qué hice para merecer esto?
-No lo puedo creer -ruedo los ojos -¿Cuánto tomaste? -pregunto agarrándola bien del brazo para que no termine con su cara pegada al suelo.
Hoy no quiero ir al hospital y ni mucho menos a la comisaria. Sí, tal vez termine golpeando a Garrett para que deje de molestarme.
Karen levanta la mano e intenta hacer la cuenta con sus dedos, sin embargo, no tiene éxito. En su lugar niega con la cabeza y señala a Garrett.
-Tú, ¡Bésala de una buena vez! -dice con molestia -Hasta yo siento su puta tensión sexual -agrega y yo me tapo la cara con la mano que tengo libre.
¿No puede mantener la boca cerrada?
-Por dios Karen, cállate ya -le digo y ella se ríe, no sé si de mí o porque esta borracha.
Ella es como la mujer maravilla, la diferencia es que Karen usa el alcohol para decir la verdad y la mujer maravilla usa un lazo de la verdad y bueno agregando que no tiene todo ese "traje" que ella usa, solo es Karen ¿Cuánto más puedo pedir?
Volviendo a lo que dijo mi amiga, que por cierto no hacía falta que diga eso. ¿En que está pensando? Lo sé, en nada, porque dudo que con todo el alcohol que tiene encima puedo pensar algo inteligente para sacarme a Garrett de encima ¡y no lo contrario! ¿Quién dijo que quería tenerlo toda la noche pegado como si él fuera una garrapata en busca de refugio? Yo no, nunca lo pensé, ni lo pensaría.
Garrett suelta una sonora carcajada, antes de acercarse peligrosamente a mi rostro, ya que yo me separé de él para socorrer a Karen. O bueno, para estar más lejos de él,
-Ni se te ocurra -lo amenazo apuntándolo con el dedo.
-Te mueres por besarme -contesta guiñándome un ojo.
Su confianza solo me causa risa.
-No, cariño, prefiero besar a un pez, sus labios parecen más apetitosos que los tuyos -respondo y el vuelve a soltar una carcajada.
«¿De qué carajos te estas riendo, idiota?»
-Está bien, ve a besarte con un pez, pero a mí no me negaras un trago -dice tironeándome hacia la barra sin importarle que Karen esté sosteniéndose de mí.
-Bien -bufo mientras intento que Karen nos siga el paso.
∞
Llegamos a la barra después de dar empujones y uno que otro pisotón, ganándonos un par de insultos, sin contar que Karen acaba de vomitar sobre mi chaqueta, con un solo uso.
¿Por qué todo me tiene que pasar a mí?
-Dos vodkas por favor-Le pide al barman, para luego sentarnos en los banquitos que estaban ahí.
Cuando me doy cuenta de que Karen, no está agarrada de mi brazo como si yo fuera un árbol o un mono. El busco rápidamente con la mirada entre la multitud, y no tardo en encontrar su larga cabellera rubia junto a un chico de nuestra edad, haciendo un baile muy extraño y dudo que moverse como pez fuera de una pecera se un baile. No creo que lo sea, pero cada quien baila como quiere, yo noy quien para juzgar.
Sin más me di vuelta, ya que esta de espaldas a la barra y justo cuando volteo nos está dejando los tragos, solo espero no arrepentirme.
-Aquí tienen -el hombre nos entrega nuestras copas, sonrío en forma de agradecimiento, para luego mirar a Garrett.
-Nuestra noche recién comienza -Dice Garrett chocando su vaso con el mío antes de darle un largo trago.
∞
A la mañana siguiente, me levanto con una terrible resaca, siento que todo me da vuelta y ahí es cuando miro detenidamente una de las paredes, en la cual hay un cuadro de 5ssos. Esperen, esta no es mi departamento ¿Dónde diablos estoy? ¿y cómo llegué aquí?
-Mierda -susurro cuando miro la lámpara que cuelga del techo y sobre ella veo mi ropa interior -no quiero saber cómo llego eso ahí -me digo, mientras intento enrollarme la sabana al cuerpo para poder ir al baño y cambiarme.
Es ahí, cuando recuerdo la canción "borró casete" de Maluma, se parece a lo que me sucede en este momento, no recuerdo tarda y estoy sola ¿Quién es el dueño de este departamento, y dónde está? No tengo idea, pero es lo que menos me importa en este momento, necesito irme de aquí, antes de que el vuelva.
Me cambio rápidamente sin colocarme la ropa de interior, por más que me suba sobre la cama no llego, mido 1,65, no soy Michael Jodan. Por suerte no le hice caso a Karen, sobre ponerme un vestido, en vez de eso escogí un Jean negro y una remera azul con estrellas plateadas que me tapa hasta las rodillas. Después de terminar con eso me saco todo el maquillaje, por suerte es aprueba de todo, bueno no de todo, pero no se corre si me paso la mano o algo así.
Me termino de peinar y vuelvo a la habitación por mi celular, miro hacia todos lados sin contarlo, hasta que lo veo sobre un sofá que está al lado de la ventana, casi se estrella contra el suelo, porque descubro que en donde estoy: me encuentro en el departamento de Garrett. Sí ese mismo que me insistió para que bebiera con él un estúpido trago, que fue más que eso.
¡Te odio!
-No, no puede ser -niego con la cabeza apretando mi celular, para luego salir disparada hacia la sala de estar -Tengo que salir de aquí cuanto antes.
Abro la puerta y me voy al lado contrario del pasillo, para salir por la puerta trasera, pero antes de que pueda llegar a la escalera él me llama:
∞
-¿Te vas sin despedirte? -pregunta Garrett y en este momento tengo ganas de revolearle los tacos y no hablo de esos que suelen comerse en México, sino, de esos que llevan un taco de bajo para verte más alta.
-¿Por qué tendría que hacerlo? -pregunto de mala manera, mientras me doy la vuelta y veo que me observa sorprendido, lo detesto, pero nunca lo traté tan mal -No sé cómo llegué aquí, no recuerdo nada y tú seguro te aprovechaste de que acepte un estúpido trago -agrego, pero me interrumpe, mientras se acomoda dos vasos de cafés, junto con una bolsa transparente con caja con cupcakes que lleva en la mano derecha.
Y no, no tengo ojos de halcón, pero esa es una marca que conozco, lo dice en la bolsa.
-Alto ahí -responde, pasándose la mano por su cabello castaño oscuro, bastante brilloso, por cierto -Yo no te obligue a nada, ¿Qué clase de persona crees que soy? -pregunta con sus ojos grises oscureciéndose de poco a poco.
Respiro hondo mirando el suelo, mientras puedo sentir que sus ojos estaban clavados en mí. No hizo nada que yo no hubiera querido, pero no recuerdo que hice, o ¿Qué hicimos? Bueno, creo que eso se puede responder, pero ¿cómo llegué aquí? Eso aún no lo descubro.
-Lo siento -digo, cuando sus ojos se vuelven a conectan con los míos.
-Ven, tienes que desayunar -dice estirando su brazo, mientras con el pie empuja la puerta, ya que la había medio abierto
-Está bien -respondo para entrar otra vez al departamento.
Nos sentamos frente a la mesa, pero ninguno habla, hasta que el decide contarme lo que pasó.
¿Qué habré hecho? O mejor dicho ¿Qué no habré hecho?
∞
¡No puedo creerlo! Bueno, sí ¡Sabia que Karen tenía algo que ver en todo esto! Me va escuchar, ¿Cómo puedo ser amiga de una loca? No lo sé, pero lo que sí sé, es que no voy a tomar nunca más, el alcohol puede generar cosas que no sabía que sentía, como, por ejemplo, atracción por Garrett.
Oh odios mío, ¡Pasé la noche con Garrett O´brien!
∞
El destino golpeó la puerta de Jaylene, con la intención que le diera una segunda oportunidad al amor, que le juraría que esta vez no le romperían el corazón. Y sí, el destino cumplió con su cometido, haciéndola enamorar de esos pequeños ojos brillantes y, esa pequeña manito que de alguna manera le pedía que no la soltara. Las cosas para ambos eran difíciles, ella trabajaba todo el día, para ocultar la angustia y la vergüenza que sentía cuando su novio la abandonó en el altar para casarse con otra en la ciudad del amor, desde entonces decidió cerrar las puertas de su corazón hasta ahora. Emiliano no sabía que había traído a un bebé al mundo, quizás su ex; Rosie, no quería que él supiese que iba a ser papá, tal vez creyó que no se haría cargo. Un mes había transcurrido desde el nacimiento de su hijo, él no lo sabía y por la misma razón no imaginó que debía presentarse al hospital. Tampoco imaginó que esa noticia llegaría a sus oídos y transformaría su vida, sobre todo cuando se enteró que de él dependía el destino de su pequeño hijo. Y, tampoco sabía que del bebé dependía el suyo. Mucho menos imaginaría que, todo era parte de un plan perfecto de amor, pero no uno cualquiera; de un amor inseparable.
Hace cinco años, la familia Powell quebró. Madeline Powell dio a luz a gemelos; dejó uno con el padre del niño y se llevó al otro. Años espués, Madeline regresó como líder de Internet de opinión. Sin embargo, alguien se enteró de su regreso. El hombre la pellizcó por la barbilla y se burló fríamente: "Has publicado muchos videos en Internet, ¿qué tal filmamos algo picante juntos?". Los ojos de Madeline se abrieron y su garganta se secó. Al día siguiente, vio a un niño pequeño que se parecía exactamente a su hijo en la casa del hombre. Madeline no pudo evitar besar la mejilla regordeta del pequeñito. Sorprendentemente, el niño no estaba contento. Puso una cara solemne y preguntó: "¿Qué estás haciendo?". Madeline estaba furiosa. ¿Cómo pudo ese hombre haber hecho que su hijo fuera tan desagradable como él?
Para cumplir el último deseo de su abuelo, Stella se casó con un hombre al que nunca había visto. Sin embargo, los dos continuaron llevando sus vidas sin ser molestados. Un año después, Stella regresó a Seamarsh con la esperanza de conocer a su misterioso marido. Pero para su sorpresa, él le envió un mensaje pidiéndole el divorcio. Apretando los dientes, ella respondió: "¡Entonces divorciémonos!". Poco después, Stella se convirtió en empleada de Grupo Prosperity y trabajó directamente para el director ejecutivo del grupo, Matthew. Se decía que el apuesto CEO estaba casado y amaba mucho a su esposa. ¡Pero Stella no sabía que él era en realidad su misterioso marido! Decidida a centrarse en su carrera, Stella deliberadamente se mantuvo alejada del jefe, aunque no pudo evitar notar sus intentos de acercarse a ella. Un día, su marido cambió repentinamente de opinión y se negó a seguir adelante con el divorcio... ¿Cuándo descubriría Stella que Matthew era su marido? En medio de una mezcla de dulzura y mentiras, ¿adónde los llevaría el destino?
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
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