/0/16556/coverbig.jpg?v=919fcbad43692e602bcc5bddb9d886aa)
Mia Douglas, una joven que ha vivido toda su vida bajo el temor y las restricciones de su enfermedad cardíaca, finalmente recibe un trasplante de corazón que le da una nueva oportunidad de vivir. A pesar de que las circunstancias del trasplante y su benefactor son todo un misterio, ella trata de seguir adelante. En su primer intento de disfrutar una vida más normal, su amiga Sol la invita a una salida para celebrar. Lo que comienza como una noche de diversión y liberación pronto se convierte en una pesadilla cuando Mia se despierta en la cama de un desconocido, desnuda, sin recuerdos claros de lo que ocurrió. El hombre que está a su lado no es otro que el mismo que había estado acosándola en los últimos días. Desconcertada, Mia descubre lo que ha pasado entre ambos, pero lo que él le propone es aún más aterrador: convertirse en su novia, porque "ahora le pertenece". Atrapada en una espiral de confusión, miedo y deseo de entender lo que realmente sucedió, Mia acepta sin saber las verdaderas intenciones de ese hombre, ni mucho menos el vínculo que este tiene con su nuevo corazón.
El sol apenas lograba colarse por las cortinas blancas de la habitación del hospital. Mia Douglas, de 23 años, yacía postrada en una cama, conectada a máquinas que parecían ser las únicas responsables de mantenerla con vida. Sus ojos, que alguna vez habían brillado con sueños y esperanzas, ahora estaban opacos, reflejo de los meses de lucha constante contra su propia fragilidad.
Hacía apenas unas semanas, el doctor Harris, su médico desde que era una niña, le había dado la noticia que tanto temía escuchar: "Tu corazón no resistirá mucho más, Mia. Necesitamos un trasplante con urgencia". La gravedad en su voz dejó poco espacio para el optimismo.
Ahora, mirando el techo blanco de su habitación, Mia sentía el peso del tiempo como nunca antes. Sabía que en la lista de donación ocupaba el octavo puesto. Ocho personas delante de ella que también luchaban por sobrevivir, y en sus pensamientos más oscuros, se preguntaba si siquiera llegaría a acercarse al primero.
La puerta se abrió suavemente, y su madre, Mary, entró con una bandeja en las manos. A pesar del esfuerzo por mantener una sonrisa, sus ojos enrojecidos delataban las horas de llanto que había pasado lejos de la vista de su hija.
-Mira, te traje un poco de sopa. Es casera, tu favorita -dijo Mary, colocando la bandeja en una mesa junto a la cama. Su voz temblaba ligeramente, pero trató de disimularlo, como siempre lo hacía.
Mia sonrió débilmente. -Gracias, mamá. No tenías que molestarte -su voz era apenas un susurro, pero trató de sonar animada por el bien de su madre.
Mary se sentó junto a ella, tomando su mano entre las suyas. -¡Claro que sí! Siempre lo haré, Mia. No importa qué pase... -su voz se quebró al final, y las lágrimas que había intentado contener comenzaron a rodar por sus mejillas.
-Mami, no llores -pidió Mia, apretando ligeramente su mano. Ver el dolor de su madre era casi tan insoportable como su propia situación-. Aún estoy aquí. Todavía no es el final.
Mary asintió, limpiándose las lágrimas rápidamente. -Lo sé, lo sé. Es solo que... no puedo evitarlo. Hemos luchado tanto, Mia, y verte así... me rompe el corazón.
Mia desvió la mirada hacia la ventana. Desde niña había aprendido a ser fuerte por su madre, quien siempre había estado a su lado en cada cirugía, en cada noche sin dormir. Pero ahora, con el panorama tan sombrío, incluso ella comenzaba a dudar de su fuerza.
La puerta volvió a abrirse, esta vez revelando al doctor Harris, un hombre de mediana edad con rostro serio pero amable. -Buenos días, Mia, Mary -saludó, ajustándose las gafas mientras revisaba un archivo en su tableta.
-Buenos días, doctor -respondió Mary, enderezándose rápidamente y secándose las últimas lágrimas.
Harris se acercó a la cama, mirando a Mia con una mezcla de profesionalismo y empatía. -Hoy solo quería revisar cómo te sientes. ¿Has tenido más molestias desde ayer?
Mia negó con la cabeza. -Nada nuevo. Solo el cansancio de siempre.
El doctor asintió, tomando nota en su tableta. -Eso es bueno. Pero recuerda, si sientes algo fuera de lo normal, debes avisarnos de inmediato. Cada minuto cuenta ahora.
Las palabras colgaron pesadas en el aire, recordándoles a todos la urgencia de la situación. Mia trató de no pensar demasiado en ello, pero era imposible ignorar el reloj que parecía avanzar más rápido con cada día.
Cuando el doctor salió, Mary volvió a tomar la mano de su hija, esta vez con una firmeza renovada. -No importa lo que pase, Mia. Vamos a salir de esta. Juntas. Como siempre.
Mia asintió, aunque una parte de ella no podía evitar preguntarse si realmente lo lograrían. La esperanza era lo único que tenía, y por el bien de su madre, se aferró a ella con todas sus fuerzas.
El sol se filtraba por las ventanas del hospital, proyectando sombras que parecían bailar en la habitación de Mia. Aunque intentaba mantener su actitud optimista, el agotamiento en su rostro era innegable. Había pasado días esperando un milagro, pero el tiempo no parecía estar de su lado.
El doctor Harris entró a la habitación con una carpeta en la mano y una expresión grave. Mary, sentada junto a la cama de su hija, se levantó de inmediato, su corazón latiendo con fuerza. Ella sabía que no sería una buena noticia.
-Señoras Douglas -dijo Harris con tono suave pero firme-, hemos tomado la decisión de dar de alta a Mia. No tiene sentido que permanezca aquí si no hay un corazón disponible. Estar en casa podría ser más cómodo para ella en este momento.
Mary sacudió la cabeza, incapaz de aceptar lo que escuchaba.
-¡No! -exclamó con un nudo en la garganta-. Mi hija está demasiado débil. Ella necesita estar aquí, donde puedan cuidarla. No puedo llevarla a casa sabiendo que... -Se detuvo, incapaz de pronunciar las palabras.
Mia intentó calmar a su madre, tomando su mano con un gesto cariñoso.
-Mamá, estaré bien -susurró con una sonrisa forzada-. Quizá en casa pueda...
De pronto, su voz se apagó, y su rostro palideció. Mia comenzó a respirar de manera errática, llevando sus manos al pecho mientras un gemido de dolor escapaba de sus labios. Los monitores comenzaron a emitir un estruendoso pitido, alertando a todos en el pasillo.
-¡Mia! -gritó Mary, su rostro descompuesto por el pánico.
El doctor Harris reaccionó de inmediato, pulsando el botón de emergencia y dando instrucciones rápidas a las enfermeras que llegaron corriendo. Mientras tanto, Mary observaba con terror cómo colocaban una mascarilla de oxígeno en el rostro de su hija y realizaban maniobras para estabilizarla.
-¡No te vayas, por favor! -suplicó Mary entre sollozos, aferrándose a la cama de Mia.
Después de lo que parecieron horas, aunque apenas fueron minutos, lograron estabilizarla. Harris se giró hacia Mary, su rostro reflejando la gravedad de la situación.
-Señora Douglas, hemos hecho todo lo posible para estabilizar a Mia, pero debo ser honesto con usted. Su corazón ya no puede soportar mucho más. Si no encontramos un donante dentro de las próximas 24 horas, no podremos salvarla.
Mary sintió que el mundo se derrumbaba a su alrededor. Las palabras de Harris resonaban en su mente como un eco interminable. Mientras tanto, Mia, recostada en la cama, apenas consciente, murmuró con debilidad:
-No te preocupes, mamá... Estoy lista... pase lo que pase.
Mary, sin embargo, no estaba lista para rendirse. Entre lágrimas, salió al pasillo y marcó varios números en su teléfono, rogando a cualquier persona que pudiera ayudar. El reloj seguía avanzando, y cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad.
En una oficina cercana, el doctor Harris también hacía sus propias llamadas. Sabía que encontrar un corazón compatible era casi imposible en tan poco tiempo, pero no estaba dispuesto a darse por vencido.
El destino de Mia pendía de un hilo, y aunque el futuro se veía incierto, una cosa era segura: todos los que la amaban estaban dispuestos a hacer lo imposible por salvarla.
La historia sigue a Maya Stone, una chica de 19 años, cuya vida tranquila en el hotel de sus padres da un giro inesperado cuando su amiga la involucra en un plan para confesarle sus sentimientos a Ares Bailey, un CEO importante, el cual se hospeda en ese hotel. Aunque Maya inicialmente se muestra escéptica, ya que Ares es un hombre mucho mayor a ellas, siendo una chica que jamás a experimentado los deseos carnales y mucho menos el amor, de pronto todo eso surge cuando ambos se conocen. Ares cae ante la belleza de Maya y aunque sabe que su diferencia de edades podría ser un gran problema, está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario para estar con ella y sumergirla al mundo de la Dominación. A medida que su relación se intensifica, ambos se dan cuenta de que están destinados a pesar de los obstáculos que enfrentan.
Daniel, un hombre acostumbrado a jugar con las mujeres sin remordimiento, ve su mundo trastocado cuando conoce a Serena, su prima huérfana que ha llegado para trabajar como sirvienta en su casa. Al principio, él solo la ve como otra conquista fácil, pero la dulzura e inocencia de Serena despiertan en él sentimientos que jamás imaginó. Mientras ella, sin sospechar sus verdaderas intenciones, empieza a enamorarse de él, Daniel se debate entre continuar con su juego o admitir que, por primera vez, una mujer ha logrado doblegar su corazón.
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
Ellie se conforma con gobernar su manada sola. Eligiendo llamarse Luna en honor a su difunta madre. Ella piensa que no necesita un Alfa, confiando en su padre, Michael, para que la ayude con lo que sea necesario. Michael no sólo quiere retirarse, sino que quiere tener nietos. Cuando se le ocurre la idea de celebrar un torneo para que los Alfas vecinos puedan competir por su mano, Ellie acepta a regañadientes. Lo que no planea es enamorarse de uno de ellos. Se queda extasiada cuando descubre que River siente lo mismo, pero aún así él debe ganar el torneo para hacerla suya. ¿Ganará River el torneo y su mano, o uno de los otros Alfas luchará por el premio mayor?«La última Luna» es una historia creada por ID Johnson, autora de eGlobal Creative Publishing.
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Natalie creía que podía derretir el gélido corazón de Connor, pero estaba muy equivocada. Cuando por fin decidió marcharse, descubrió que estaba embarazada. Aun así, decidió abandonar la ciudad en silencio, lo que llevó a Connor a movilizar todos sus recursos y ampliar su negocio a escala mundial, todo en un intento por encontrarla. Pero no había rastro de su mujer. Connor se sumió poco a poco en la locura, poniendo la ciudad patas arriba y dejando el caos a su paso. Natalie apareció años más tarde, adinerada y poderosa, solo para encontrarse de nuevo enredada con ese hombre.
Olivia Abertton es dulce, divertida y cariñosa, la «niña de sus ojos» para su padre, Ernest Abertton, a pesar de ser hija de una relación extramatrimonial. Gabe Clifford es el director general de la mayor empresa farmacéutica del mundo. Inteligente, astuto, un hombre sin corazón, capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quiere. Pasó años preparando su venganza contra los Abertoon. Seguía siendo amable y alegre, incluso cuando todo a su alrededor parecía desmoronarse. Quería destruirla para poder saborear cada lágrima de Ernest Abertton, el hombre al que había dedicado su vida a ver sufrir. Ella estaba enamorada de su hermano. Él tendía la red y ella era la presa. De lo que Gabe no se daba cuenta era de que la venganza podía ser mucho más dulce de lo que imaginaba. Olivia, por su parte, nunca imaginó que pudiera existir alguien tan desalmado y sin escrúpulos como aquel hombre. Un deseo de venganza más grande que nada. Una mujer decidida a cambiar su destino. Un matrimonio tratado como un negocio. La utilizó como una forma de venganza contra el hombre que más odiaba. Sólo que no esperaba que conocerla sería su peor castigo.
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
¿Qué esperas de tu cumpleaños? ¿Dinero? ¿Joyería? ¿U otras cosas? Lo que sea, pero por lo menos debe ser un día maravilloso. Lola Li, una mujer linda, encantadora e inteligente, graduada en la comunicación audiovisual a una edad muy temprana. Todo el mundo pensaba que Lola tendría un futuro muy prometedor pero las cosas no salieron como se esperaba. Su fiesta de cumpleaños de 22 años fue una pesadilla para ella. Cuando terminó su fiesta de cumpleaños, su mejor amiga la traicionó, su novio la abandonó y su familia se arruinó por completo. Cuando se despertó al día siguiente, Lola se encontraba tumbada en la cama de una habitación de hotel. Con el corazón acelerado, solo podía recordar vagamente a un hombre extraño con el que estaba anoche. ¿Había venido para salvarla? O, ¿era un demonio que lo estaba persiguiendo?