Instalar APP HOT
Inicio / Romance / La elegida del millonario
La elegida del millonario

La elegida del millonario

5.0
5 Capítulo
Leer ahora

Acerca de

Contenido

Mia Douglas, una joven que ha vivido toda su vida bajo el temor y las restricciones de su enfermedad cardíaca, finalmente recibe un trasplante de corazón que le da una nueva oportunidad de vivir. A pesar de que las circunstancias del trasplante y su benefactor son todo un misterio, ella trata de seguir adelante. En su primer intento de disfrutar una vida más normal, su amiga Sol la invita a una salida para celebrar. Lo que comienza como una noche de diversión y liberación pronto se convierte en una pesadilla cuando Mia se despierta en la cama de un desconocido, desnuda, sin recuerdos claros de lo que ocurrió. El hombre que está a su lado no es otro que el mismo que había estado acosándola en los últimos días. Desconcertada, Mia descubre lo que ha pasado entre ambos, pero lo que él le propone es aún más aterrador: convertirse en su novia, porque "ahora le pertenece". Atrapada en una espiral de confusión, miedo y deseo de entender lo que realmente sucedió, Mia acepta sin saber las verdaderas intenciones de ese hombre, ni mucho menos el vínculo que este tiene con su nuevo corazón.

Capítulo 1 1

El sol apenas lograba colarse por las cortinas blancas de la habitación del hospital. Mia Douglas, de 23 años, yacía postrada en una cama, conectada a máquinas que parecían ser las únicas responsables de mantenerla con vida. Sus ojos, que alguna vez habían brillado con sueños y esperanzas, ahora estaban opacos, reflejo de los meses de lucha constante contra su propia fragilidad.

Hacía apenas unas semanas, el doctor Harris, su médico desde que era una niña, le había dado la noticia que tanto temía escuchar: "Tu corazón no resistirá mucho más, Mia. Necesitamos un trasplante con urgencia". La gravedad en su voz dejó poco espacio para el optimismo.

Ahora, mirando el techo blanco de su habitación, Mia sentía el peso del tiempo como nunca antes. Sabía que en la lista de donación ocupaba el octavo puesto. Ocho personas delante de ella que también luchaban por sobrevivir, y en sus pensamientos más oscuros, se preguntaba si siquiera llegaría a acercarse al primero.

La puerta se abrió suavemente, y su madre, Mary, entró con una bandeja en las manos. A pesar del esfuerzo por mantener una sonrisa, sus ojos enrojecidos delataban las horas de llanto que había pasado lejos de la vista de su hija.

-Mira, te traje un poco de sopa. Es casera, tu favorita -dijo Mary, colocando la bandeja en una mesa junto a la cama. Su voz temblaba ligeramente, pero trató de disimularlo, como siempre lo hacía.

Mia sonrió débilmente. -Gracias, mamá. No tenías que molestarte -su voz era apenas un susurro, pero trató de sonar animada por el bien de su madre.

Mary se sentó junto a ella, tomando su mano entre las suyas. -¡Claro que sí! Siempre lo haré, Mia. No importa qué pase... -su voz se quebró al final, y las lágrimas que había intentado contener comenzaron a rodar por sus mejillas.

-Mami, no llores -pidió Mia, apretando ligeramente su mano. Ver el dolor de su madre era casi tan insoportable como su propia situación-. Aún estoy aquí. Todavía no es el final.

Mary asintió, limpiándose las lágrimas rápidamente. -Lo sé, lo sé. Es solo que... no puedo evitarlo. Hemos luchado tanto, Mia, y verte así... me rompe el corazón.

Mia desvió la mirada hacia la ventana. Desde niña había aprendido a ser fuerte por su madre, quien siempre había estado a su lado en cada cirugía, en cada noche sin dormir. Pero ahora, con el panorama tan sombrío, incluso ella comenzaba a dudar de su fuerza.

La puerta volvió a abrirse, esta vez revelando al doctor Harris, un hombre de mediana edad con rostro serio pero amable. -Buenos días, Mia, Mary -saludó, ajustándose las gafas mientras revisaba un archivo en su tableta.

-Buenos días, doctor -respondió Mary, enderezándose rápidamente y secándose las últimas lágrimas.

Harris se acercó a la cama, mirando a Mia con una mezcla de profesionalismo y empatía. -Hoy solo quería revisar cómo te sientes. ¿Has tenido más molestias desde ayer?

Mia negó con la cabeza. -Nada nuevo. Solo el cansancio de siempre.

El doctor asintió, tomando nota en su tableta. -Eso es bueno. Pero recuerda, si sientes algo fuera de lo normal, debes avisarnos de inmediato. Cada minuto cuenta ahora.

Las palabras colgaron pesadas en el aire, recordándoles a todos la urgencia de la situación. Mia trató de no pensar demasiado en ello, pero era imposible ignorar el reloj que parecía avanzar más rápido con cada día.

Cuando el doctor salió, Mary volvió a tomar la mano de su hija, esta vez con una firmeza renovada. -No importa lo que pase, Mia. Vamos a salir de esta. Juntas. Como siempre.

Mia asintió, aunque una parte de ella no podía evitar preguntarse si realmente lo lograrían. La esperanza era lo único que tenía, y por el bien de su madre, se aferró a ella con todas sus fuerzas.

El sol se filtraba por las ventanas del hospital, proyectando sombras que parecían bailar en la habitación de Mia. Aunque intentaba mantener su actitud optimista, el agotamiento en su rostro era innegable. Había pasado días esperando un milagro, pero el tiempo no parecía estar de su lado.

El doctor Harris entró a la habitación con una carpeta en la mano y una expresión grave. Mary, sentada junto a la cama de su hija, se levantó de inmediato, su corazón latiendo con fuerza. Ella sabía que no sería una buena noticia.

-Señoras Douglas -dijo Harris con tono suave pero firme-, hemos tomado la decisión de dar de alta a Mia. No tiene sentido que permanezca aquí si no hay un corazón disponible. Estar en casa podría ser más cómodo para ella en este momento.

Mary sacudió la cabeza, incapaz de aceptar lo que escuchaba.

-¡No! -exclamó con un nudo en la garganta-. Mi hija está demasiado débil. Ella necesita estar aquí, donde puedan cuidarla. No puedo llevarla a casa sabiendo que... -Se detuvo, incapaz de pronunciar las palabras.

Mia intentó calmar a su madre, tomando su mano con un gesto cariñoso.

-Mamá, estaré bien -susurró con una sonrisa forzada-. Quizá en casa pueda...

De pronto, su voz se apagó, y su rostro palideció. Mia comenzó a respirar de manera errática, llevando sus manos al pecho mientras un gemido de dolor escapaba de sus labios. Los monitores comenzaron a emitir un estruendoso pitido, alertando a todos en el pasillo.

-¡Mia! -gritó Mary, su rostro descompuesto por el pánico.

El doctor Harris reaccionó de inmediato, pulsando el botón de emergencia y dando instrucciones rápidas a las enfermeras que llegaron corriendo. Mientras tanto, Mary observaba con terror cómo colocaban una mascarilla de oxígeno en el rostro de su hija y realizaban maniobras para estabilizarla.

-¡No te vayas, por favor! -suplicó Mary entre sollozos, aferrándose a la cama de Mia.

Después de lo que parecieron horas, aunque apenas fueron minutos, lograron estabilizarla. Harris se giró hacia Mary, su rostro reflejando la gravedad de la situación.

-Señora Douglas, hemos hecho todo lo posible para estabilizar a Mia, pero debo ser honesto con usted. Su corazón ya no puede soportar mucho más. Si no encontramos un donante dentro de las próximas 24 horas, no podremos salvarla.

Mary sintió que el mundo se derrumbaba a su alrededor. Las palabras de Harris resonaban en su mente como un eco interminable. Mientras tanto, Mia, recostada en la cama, apenas consciente, murmuró con debilidad:

-No te preocupes, mamá... Estoy lista... pase lo que pase.

Mary, sin embargo, no estaba lista para rendirse. Entre lágrimas, salió al pasillo y marcó varios números en su teléfono, rogando a cualquier persona que pudiera ayudar. El reloj seguía avanzando, y cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad.

En una oficina cercana, el doctor Harris también hacía sus propias llamadas. Sabía que encontrar un corazón compatible era casi imposible en tan poco tiempo, pero no estaba dispuesto a darse por vencido.

El destino de Mia pendía de un hilo, y aunque el futuro se veía incierto, una cosa era segura: todos los que la amaban estaban dispuestos a hacer lo imposible por salvarla.

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Recién lanzado: Capítulo 5 5   Ayer04:24
img
1 Capítulo 1 1
Hoy, a las 04:20
2 Capítulo 2 2
Hoy, a las 04:22
3 Capítulo 3 3
Hoy, a las 04:22
4 Capítulo 4 4
Hoy, a las 04:21
5 Capítulo 5 5
Hoy, a las 04:22
MoboReader
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY