/0/15548/coverbig.jpg?v=6892856fe3a2a70de335698cecd40bc0)
Tras un acalorado enfrentamiento con su marido y su compañera, Emilia fue empujada escaleras abajo. Creía que moriría, pero cuando despertó de nuevo, se dio cuenta de que había viajado al pasado dos años atrás. Dios le ofreció una oportunidad de enmendar su camino. Esta vez, devolvería la gloria a su familia y haría que todos los traidores pagaran. Sin embargo, en el proceso de ascender a la cima de su carrera, conoció a un hombre muy intimidante y apuesto. Emilia no quería volver a involucrarse con otro hombre, pues se había demostrado a sí misma que ellos solo la arrastrarían hacia abajo. Sin embargo, sus constantes incidentes con él estaban rompiendo poco a poco el muro de su corazón...
Punto de vista de Emilia
Bebí mi último trago y agarré mi bolsa. Luego, volteé a ver a Camila, mi única amiga, quien tenía una ceja levantada mientras miraba su reloj.
"¡Emi, no seas así! Todavía es temprano", se quejó
"Tengo que irme. Kayden debe estar esperándome", contesté, negando con la cabeza.
"Amiga, ¡no me hagas reír! Ese hombre nunca se ha preocupado por ti. De hecho, sigo sin entender por qué sigues casada con alguien como él", refutó ella.
Sus palabras me lastimaron hasta el alma, aunque sabía que esa no había sido la intención de Camila. De hecho, ella estaba furiosa, pues llevaba tres años casada con Kayden Horrison y durante todo ese tiempo, él nunca me había mostrado ni una pizca de amor.
"Ay, Camila. Tú sabes mejor que nadie cuánto lo amo", suspiré resignada.
"¿De verdad crees esto vale la pena?", preguntó ella, tomándome de las manos.
Mi amiga estaba genuinamente preocupada. Yo también estaba consciente de que mi matrimonio no había tenido el mejor inicio, pero confiaba en que mi amor sería suficiente para hacer cambiar a Kayden Horrison.
Él siempre se había portado distante conmigo, pero cuando estaba en el punto más bajo de su vida, le pedí que nos casáramos y él no lo dudó ni un instante.
No sabía a ciencia cierta si valía la pena quedarme en ese matrimonio, pero yo esperaba que sí.
"Ya me voy, pero tú sigue divirtiéndote", le pedí a mi amiga, con una sonrisa forzada, tras abrazarla.
"Vete con cuidado", respondió ella, correspondiendo mi abrazo.
Me subí a mi carro y manejé en completo silencio a mi casa. Por más que intentaba evitarlo, las palabras de Camila se repetían una y otra vez en mi mente. No importaba lo que los demás dijeran, mi marido volvía todas las noches a casa, lo que indicaba que todavía era posible salvar mi matrimonio.
Sin embargo, cuando entré a mi hogar, fui testigo de la más cruel de las traiciones. Encontré a mi esposo en la escalera, en compañía de una figura femenina.
Mi corazón se aceleró cuando él le sonrió con amor a su acompañante. Me acerqué un poco a ellos y reconocí la identidad de la intrusa: Amelia Contreras, su ex y primer amor.
Ellos estaban en su mundo, así que ni siquiera se daban cuenta de que yo los espiaba desde las sombras.
"Tengo una sorpresa para ti, mi amor.", empezó ella, con una sonrisa que mi esposo correspondió.
Los celos me invadieron al ver los ojos del hombre que amaba llenos de alegría, amor y paz, algo que no pasaba cuando él y yo estábamos juntos. Las lágrimas inundaron mis ojos y mis manos comenzaron a temblar.
Estaba furiosa por su traición. Acabábamos de hablar el mes pasado y me había jurado que ya no veía a su primer amor, pero ¡todo era mentira! Lo había descubierto en el acto y en mi propia casa.
"¡Estoy embarazada!", exclamó Amelia.
No daba crédito a sus palabras. ¿Embarazada? ¿Kayden había sido tan c*brón como para embarazar a su amante?
En los ojos de mi marido apareció la sorpresa, pero pronto se convirtió en felicidad. Yo sentía que mi corazón se rompía en miles de pedazos.
Todavía recordaba lo que me había dicho durante los primeros días de nuestro matrimonio. No quería tener hijos pronto, pues aún estaba preparándose para ser un buen padre; sin embargo, me prometió que me diría cuando estuviera listo. Por esa razón, yo tomaba pastillas anticonceptivas. No obstante, al verlo tan dichoso porque sería el padre del hijo de otra mujer tuve que reconocer su traición: ¡ese inf*liz me había estado mintiendo!
"¡Me haces el hombre más feliz del mundo! ¡Muchas gracias, nena!", respondió él.
Las lágrimas rodaron por mis mejillas, pero inmediatamente las sequé y comencé a caminar hacia ellos. Mis tacones hacían ruido mientras subía las escaleras, así que ellos voltearon a verme casi de inmediato.
Sentí un fuerte dolor en el pecho cuando Kayden colocó a Amelia detrás de él. Para él yo no era más que una bruja despiadada que quería lastimar a su tierna e inocente princesa.
Lo que esos imb*ciles ignoraban era que yo seguía siendo legalmente su esposa. El recordar eso aumentó mi ira. Era incapaz de contenerme.
"Kayden, ¡¿cómo pudiste hacerme esto?! ¡Me juraste que ya no había nada entre ustedes! ¡Eres un m*ldito mentiroso!", le grité, mientras lo golpeaba con mi bolsa.
"Emilia, déjate de est*pideces", soltó él con frialdad, apretando con fuerza mi muñeca.
"¿Est*pideces? ¿Te parece que ser un p*nche infiel es una est*pidez? ¿Sabes qué? ¡Váyanse a la chingada tu p*ta y tú!", solté, con el ceño fruncido y las lágrimas escurriendo por mi rostro.
"Emilia, no vuelvas a insultar a Amelia. Serás legalmente mi esposa, pero ella es mi verdadero amor", declaró.
«Su verdadero amor», repetí en mi cabeza.
"¡Qué raro, Kayden! No te referiste a ella así la última vez que hablamos. ¿Por qué me haces esto?", le pregunté.
"No tengo que darte explicaciones. Yo puedo hacer lo que se me antoje. Y ya deja el tema por la paz, o tendré que divorciarme de ti, ¿entendiste?", me amenazó, con el ceño fruncido.
¿Divorciarnos? ¿Cómo se atrevía a decir eso cuando en la mañana había conseguido una inversión nueva para su empresa? ¿Quién se creía que era?
"P*ndejo", le dije, tras zafarme de su agarre y cachetearlo con todas mis fuerzas.
"Emilia, no lastimes a Kayden, por favor. No es culpa de nadie, en el amor no se manda", intervino Amelia.
"¡Cállate, p*rra!", escupí, mirándola directamente a los ojos.
"¡YA TE DIJE QUE NO LE HABLES ASÍ A MI AMADA, EMILIA! ¡ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE LO DIGO!", exclamó Kayden, apretando mi cuello con su mano.
"¿O qué? ¿Te divorciarás de mí? ¿Eh?", pregunté con un hilillo de voz, pues me costaba trabajo respirar.
"No me tientes", contestó él, apretando los dientes.
"Kayden, no puedes hacer eso. No eres capaz de dejarme", lo provoqué.
"Eres más ingenua de lo que creía, Emilia. Claro que puedo. Yo nunca te he amado", contestó él, con una sonrisa siniestra. Acto seguido, quitó su mano de mi cuello.
Las lágrimas volvieron a rodar por mi rostro. Quería contestarle algo hiriente, pero mis labios solo temblaban. Me había dolido en el alma escucharlo decir eso.
"Nunca te quise. Solo te usé y tú fuiste tan est*pida como para creerte mis mentiras", añadió, dando unos pasos hacia atrás.
"Y ahora ya no me sirves, Emilia. Llegó el momento de que me deshaga de ti y por fin pueda vivir al lado de la mujer que amo", remató, regresando con Amelia, mientras me miraba con desprecio.
Al principio creí que moriría. Mi dolor era tanto y mi corazón estaba tan roto que no estaba segura de que pudiera volver a amar a alguien. Sin embargo, la ira comenzó a llenar mi corazón: los últimos tres años habían sido una mentira y yo había sido una imb*cil por creerle a ese poco hombre.
Camila tenía razón, no valía la pena seguir en ese matrimonio de m*erda.
Despacio enjugué mis lágrimas, inhalé profundamente para calmar mi respiración y me enderecé. Luego dije: "Entonces, ¿de verdad estás decidido a ponerle fin a lo nuestro?".
"Sí", contestó él, con una voz en la que no había ni atisbo de duda. Yo no pude evitar sonreír con ironía.
"Bueno, entonces mi abogado se pondrá en contacto contigo para entregarte el acuerdo de divorcio, así como el plan de desinversión", sentencié.
"¿Qué estás diciendo?", preguntó él de inmediato.
"Ya sabes, desinversión. No hay ninguna razón para que apoye a tu empresa ahora que nos divorciemos", me burlé.
"Emilia, ¡no hagas eso, por favor! Sin ese dinero, el negocio de Kayden quebrará", interrumpió Amelia.
"¡Ya te dije que te calles, p*ta!", le grité.
"¡EMILIA!", exclamó mi esposo.
Ignoré a Kayden y me concentré en Amelia. Fingía que era una mujer frágil, que estaba a punto de llorar, cuando en realidad era una c*lera doble cara que había logrado engañar a todos a su alrededor. No me extrañaba que nadie se diera cuenta de que en realidad era una mujer malvada, pues solo a mí me mostraba esa parte de ella.
"Yo solo quiero...", empezó, pero pronto rompió en llanto.
"Ahórrate el espectáculo y tus explicaciones", le dije, sin nada de paciencia.
Cuando Amelia intensificó la fuerza de sus sollozos y se cubrió la cara con las manos, casi le aplaudí. ¡Era una muy buena actriz! Sin embargo, mi humor cambió cuando me di cuenta del anillo que llevaba.
¡Esa sortija era mía! Y no era cualquier anillo: era el que mi abuelo me había dado como regalo de bodas. Lo había mandado a hacer, especialmente para mí, con un exclusivo diseñador el mismo año en el que nací y solo había uno en el mundo. ¡¿Cómo se atrevía esa p*rra a ponerse algo que no era suyo?!
"¡Una cosa es que seas una m*jerzuela y otra que seas una ladrona!", chillé, caminando hacia ella, con la intención de recuperar mi anillo, pues no iba a permitir que esa cu*lquiera profanara el recuerdo de mi abuelo, el hombre que me amó con todo su ser y a quien yo había defraudado.
"¡EMILIA, TE LO ADVERTÍ!", rugió mi esposo.
Antes de que pudiera poner un dedo sobre mi anillo, Kayden me había tomado de los brazos y alejado de su amante. Lo siguiente que supe fue que me dio una cachetada tan fuerte que me mandó hacia atrás, perdí el equilibrio y terminé rodando por las escaleras.
Escuché que Amelia gritó, pero yo no tenía tiempo para ella. Me sentía mareada y veía todo borroso. Sabía que estaba indefensa sobre el frío piso, pero por más que quería, no podía moverme.
Mientras mi visión se oscurecía, sentí algo húmedo en la parte posterior de mi cabeza.
Me dolía horriblemente la cabeza y el frío me calaba hasta los huesos. Esperaba que alguien acudiera en mi ayuda, o que al menos me abrazara en mis últimos momentos. Busqué a Kayden con la mirada y por el rabillo del ojo lo vi abrazando a Amelia. Incluso en un momento como ese, su prioridad era calmar a su amante.
Por fin me daba cuenta de lo ciega que había estado. Kayden nunca me había amado y jamás se había preocupado por mí, ni siquiera en mis últimos instantes. Me sentía rota en todos los sentidos.
Antes de que la oscuridad me consumiera por completo, me pareció ver las preocupadas caras de mis padres y de mi abuelo. Las lágrimas rodaron por mis mejillas, mientras el resentimiento llenaba lo que quedaba de mí.
«Abuelo, perdóname. Fui una tonta por no haberte escuchado. Nunca debí casarme con ese hombre cruel e interesado, que lo único que quería era mi dinero. Fui una est*pida por acabar con la fortuna familiar para complacer todos sus deseos», comencé.
«Perdóname por haberme convertido en la esclava de ese monstruo ambicioso, en lugar de seguir siendo tu orgullosa heredera. No sabes lo arrepentida que estoy. Ahora me doy cuenta de que estaba completamente equivocada y si pudiera regresar en el tiempo, nunca me casaría con él ni cometería los mismos errores».
«Abuelito, si tuviera otra oportunidad, te aseguro que no caería en los engaños de esa basura. ¡Recuperaría mi orgullo y el de nuestra familia!», concluí.
Sin embargo, en mi lamentable estado, ¿sería posible que tuviera otra oportunidad?
El día que tuvimos un nuevo Alfa, mi familia se vio obligada a convertirse en Omega. Porque nuestro nuevo Alfa, Dareck, era un monstruo violento y cruel que no confiaba en ninguno de los guerreros originales de esta manada. Me negué a aceptarlo como mi Alfa, es un mal tipo, y se rumoreaba que la Diosa de la Luna ni siquiera le había dado una pareja. Pero irónicamente, al verlo por primera vez, yo estaba en celo por él. ¿Cómo pudo pasar esto? ¡Y él ya había encontrado una compañera! Hice todo lo posible por evitarle, pero él siempre se fijaba en mí, con su mirada cachonda... Lo peor era que, para completar la venganza de mi familia, tenía que acercarme al alfa Dareck, seducirlo y hacer que se enamorara completamente de mí...
Darya pasó tres años amando a Micah, adorando el suelo que pisaba. Hasta que su abandono y el abuso de su familia finalmente la despertaron a la horrible verdad: él no la ama. Nunca lo hizo, nunca lo hará. Para ella, él es un héroe, su caballero de brillante armadura. Para él, ella es una oportunista, una cazafortunas que planeó su camino en su vida. Darya acepta la dura realidad, reúne los pedazos destrozados de su dignidad, se divorcia de él, recupera su nombre real y, reclama su título como la heredera multimillonaria más joven del país. Sus caminos se vuelven a cruzar en una fiesta. Micah observa a su ex esposa cantar como un ángel, romper la pista de baile y luego frustrar a un malintencionado con una patada giratoria. Se da cuenta, con retraso, de que ella es exactamente el tipo de mujer con la que querría casarse, si tan solo se hubiera tomado la molestia de conocerla. Micah actúa con prontitud para recuperarla, pero descubre que ahora está rodeada de solteros elegibles: CEO de alto poder, bioquímico genio, cantante premiado, playboy reformado... Peor aún, deja bastante claro que ha terminado con él. Micah se prepara para una batalla cuesta arriba. Él debe demostrarle que todavía es digno de su amor antes de que ella se enamore de otra persona. Y el tiempo se está acabando.
El amor eterno de Camila por su difunta madre la llevó a hacer cosas que sólo una persona desesperada podría entender. Para salvar la empresa de su madre, aceptó casarse con un hombre que le doblaba la edad. No hay forma de escapar de la miserable verdad, pero el día de la boda se casó con el novio equivocado, que resultó ser el hombre más rico del país. Es como si los Cielos le hubieran dado otra oportunidad y ella no la dejaría escapar. Sin embargo, ¿podrá soportar la tensión cada vez que su falso marido esté cerca de ella? ¿Y si ella se enamora de él? ¿La atrapará? ¿O caería en una situación más complicada? *** El sueño de todo hombre era ver a su novia caminar por el pasillo hacia ellos, sin embargo, el hermoso sueño se convirtió en una pesadilla cuando Terrence encontró a una mujer diferente bajo el velo. Su novia se escapó y él se vio obligado a casarse con un extraño. Para hacerlo todo más complicado, acaba de ser nombrado presidente de la empresa y necesita mantener una buena reputación. Mantener a su novia falsa a su lado es la única opción que le queda. Sin embargo, ¿cómo puede lidiar con su autocontrol cuando la mujer con la que se casó por error es una diosa total de la tentación?
Nadia Castillo realizó su primer cambio a los 18 años. Descubrió que su novio Alonso Pacheco no era su pareja. El padre de Nadia era un Beta de la manada Sangre Roja, y ella había entrenado junto al heredero de la manada, Alonso, desde la infancia, y se enamoraron. Cuando Alonso y Nadia se casaron, él prometió nunca traicionarla. Gracias a sus propios esfuerzos, Nadia se convirtió en una Luna perfecta y manejó la manada de lobos junto a Alonso. Sin embargo, la vida le gana a la película cada vez y, al enfrentar la traición de su marido, Nadia se enfrenta cara a cara con su propia muerte. ¿Pero es realmente la muerte el fin? ¿Cómo luchará Nadia contra los planes de sus enemigos y los malentendidos de Alonso? Se dice que lo que no te mata, te hace más fuerte, y una patada en el trasero es un paso adelante. ¿Conseguirá volver más fuerte?
Shakira fue engañada por sus hermanastras y su madrastra, ¡e incluso por su padre biológico! Le robaron todo, su propiedad, su amor e incluso su hija. Pero justo antes de morir, tuvo la oportunidad de renacer. En su nueva vida, le ofrecieron segundas oportunidades. Y todo se repitió desde el momento en que su madre falleció. La mayor diferencia fue que se casó con el misterioso Wyatt, quien se casó con su hermanastra en la vida anterior. Con el apoyo de Wyatt, Shakira juró recuperar todo lo que le pertenecía.
Charlize se dio cuenta de que su matrimonio vacío de 3 años con Caín era sólo el comienzo de la trama, mientras que ser metida en la cama de un hombre desconocido por su marido es el final. "¿Así que fui arrojada a la cama de otro hombre por mi 'querido' marido?" El hombre puso su mirada profunda en su frágil cuerpo. Ella volvió a sus sentidos, tratando de luchar contra su pecho, pero, esto solo despertó que el hombre hizo más. Charlize hizo una decisión, luego, levantó la mano derecha y la puso alrededor del cuello del guapo alto, pero misterioso. En aquel entonces, nunca esperaba que el hombre que la abrazaba fuera el primo de su marido, el pez gordo que cambiaría su destino.
Cuando eran niños, Derek le salvó la vida a Norah. Años más tarde, Derek quedó en estado vegetativo tras un accidente automovilístico y Norah se casó con él sin pensarlo dos veces. Con sus conocimientos médicos, incluso lo curó. Durante dos años, Norah amó a su marido con todo su corazón, esperando poder devolverle su bondad. Pero cuando volvió su primer amor, él pidió el divorcio. Sin dudarlo, ella estuvo de acuerdo. Lo que pocas personas sabían es que ella, etiquetada como "abandonada", era en realidad una piloto de carreras, una famosa diseñadora, una genio hacker y una reconocida doctora. Lamentando su decisión, Derek le pidió perdón a Norah. De repente, apareció un encantador CEO, abrazó a Norah y le dijo: "¡Aléjate de mi esposa!". Sorprendida, Norah soltó: "¿Qué?".
Todo el mundo pensaba que Lorenzo quería de verdad a Gracie, hasta el día de la operación de corazón de su hija. Para sorpresa de Gracie, Lorenzo donó el preciado órgano que necesitaba su hija a otra mujer. Desolada, Gracie optó por el divorcio. Impulsada por su necesidad de venganza, Gracie se unió al tío de Lorenzo, Waylon, y orquestó la caída de Lorenzo. Al final, este se quedó sin nada. Consumido por el remordimiento, él suplicó por una reconciliación. Gracie pensó que era libre de seguir adelante con su vida, pero Waylon la retuvo con un abrazo. "¿Pensaste que podías abandonarme?".
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".
Lenny era el hombre más rico de la capital. Estaba casado, pero su matrimonio no tenía amor. Accidentalmente tuvo una aventura de una noche con una extraña, por lo que decidió divorciarse de su esposa y buscar a la chica con la que se acostó. Juró casarse con ella. Meses después del divorcio, descubrió que su esposa estaba embarazada de siete meses. ¿La mujer lo engañó? Scarlet estaba buscando a su esposo, pero, por error, los dos pasaron una noche apasionada. Sin saber qué hacer, se escapó presa del pánico, pero luego descubrió que estaba embarazada. Justo cuando estaba lista para explicar lo que le había sucedido a su esposo, este le pidió el divorcio. ¿Descubriría Lenny que la extraña chica con la que se había acostado era en realidad su esposa? Más importante aún, ¿su matrimonio sin amor mejoraría o empeoraría?
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?