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"Haría lo que sea para salvar la vida de mi hermano" Esas fueron las palabras que salieron de mi boca una mañana de diciembre y el las escucho,Gabriele Romano, un peligroso mafioso cuya vida no es para nada recomendable, pero él me quería a mí, quería poseerme, y yo le dije que si. Y ahora quiere que lo llame "Papi"
- Niño lindo, allí hay alguien esperándote.
Giro mi mirada y justo en una esquina se encontraba una despampanante chica con vestido rojo, sus piernas estaban perfectamente humectadas y cruzadas. Mi polla se remueve dentro de mis pantalones y una sonrisa aparece en mi rostro.
Y no es por presumir pero soy el chico más guapo de esta discoteca, mucha de las chicas y chicos se acercan a la barra solamente para verme y con suerte tener una noche caótica conmigo. Y no solamente eso, le hago ganar mucho dinero a mi jefe y me dan buenas propinas.
- Mi turno termina ahora mismo. - Le respondo a Fred, mientras que quitó el mandil para dejarlo en sus manos.
Arreglo mi cabello con las manos y salgo de detrás de la barra para acercarme como todo un galán hacia aquella chica cuya sonrisa se hizo más grande al verme, para mi mi no es difícil conseguir un polvo de una sola noche, incluso he llegado a ser nombrado como Narciso, aunque me gusta como me veo en los reflejos no me he llegado a enamorar de mi mismo. Pero tengo que admitir que soy un maldito bombón de chocolate y le gusto a muchas personas.
- Hola. - me siento al lado de la chica, lo suficientemente cerca para que se sintiera intimidada. - No te tu mirada durante toda la noche.
Sus mejillas se sonrojaron a pesar de las luces titilantes de la discoteca.
- Es que eres muy guapo. - Respondió ella con timidez.
- ¿Qué te parece si nos conocemos en otro lugar? - Extiendo mi brazo un poco para acariciar su labio inferior.
La chica suelta un jadeo y en sus ojos podía ver un destello de lujuria, ella me quería y yo me iba a entregar sin problema. La mujer asintió con su cabeza, la tome del brazo y la guie por un largo pasillo hasta llegar a la parte trasera de la discoteca, sin llegar a salir del lugar.
Era una especie de habitación, donde cualquiera del personal podía tomar un descanso.
Al momento de cerrar la puerta, ella se abalanzó sobre mí y comenzó a devorar mi boca, y por supuesto yo no me podía quedar atrás. Mis manos comenzaron a trabajar rápidamente quitando cada prenda de ropa de su cuerpo hasta dejarla completamente desnuda.
La senté sobre el sofá y me agaché, coloque sus piernas sobre mis hombros y mi lengua salió para pasarla por todos aquellos hermosos pliegues. La mujer gimió con fuerza al sentirme y una ligera sonrisa se dibujo en mi rostro, me gusta ver a las mujeres disfrutar de una buena comida de coño, he tenido que escuchar a muchas decir que sus novios, esposos y exes, no les daban buen sexo oral y tampoco un orgasmo.
Pero allí estaba yo para repara el daño de otros, la mujer extendió sus manos y las enredó en mi cabello empujándome un poco más adentro de ella.
- ¡Dios! - Exclamó ella mientras liberaba todo su orgasmo en mi boca, cada gota que salía de ella la lamia con avidez.
Me levanto del suelo mientras que limpio mi boca y sus alrededores con la manga de mi camisa, para luego dirigirme a mis pantalones y sacar un condón de uno de los bolsillos, para luego dejarlos caer al piso y dejar ver todo mi esplendor. La mujer rápidamente se puso de rodillas y metió toda mi longitud a su boca, cierro los ojos disfrutando de la sensación y lo caliente que se siente su boca.
Esta era una vida que no pretendía dejar nunca.
...
Le di una calada a mi cigarro, ya hacía una hora que aquella mujer se había ido dejándome solo en la habitación.
- Veo que ya terminaste con tu víctima de la noche.
Me gire para ver a Jhon Weyler, mi mejor amigo y dueño de la discoteca.
- Si. - Respondo dándole otra calada a mi cigarrillo.
Jhon se sienta a mi lado y me quita de las manos el cigarrillo para el también darle una calada.
- ¿Cómo está David?
Una pequeña punzada atravesó mi pecho, mi vida no era la mejor de todas, mis padres fallecieron en un accidente de tránsito, dejándome a cargo del hermano de mi padre, para aquel entonces era joven y solamente quería disfrutar de su vida, pero al tener la responsabilidad de dos niños, las deudas crecieron, se hizo de acreedores, tarjetas de créditos sobregiradas.
Tuve que ver muchas veces como los prestamistas lo golpeaban hasta dejarlo inconsciente, así que para ayudarlo a pagar todas sus deudas, comencé a trabajar desde muy temprana edad. Para aquel entonces, gracias a mi belleza logre llamar la atención de muchos empleadores y por supuesto clientes se interesaban en comprar, solamente si yo los atendió, aquello tambien llamaba la envidia de mis compañeros de trabajo, ganado el odio y rechazo ellos, pero solo uno en especial se quedó a mi lado y conoce mi historia.
Jhon tampoco llevaba una buena vida, así que para ganar dinero, luchaba en peleas clandestinas y era muy conocido en ese mundo, hasta que conoció a su esposa y gracias a ella cambió, y logró construir un imperio con discotecas en todo el país, gracias al dinero de las peleas.
Fui su primer trabajador, y a pesar que no ganaba mucho dinero, me quede a su lado como símbolo de lealtad. Pero lo que más me estaba dando dinero, era acostarme con aquellas mujeres, que pagaban únicamente para que las follara.
- David debe estar en casa durmiendo. - Respondo. - Llevo la mitad de la matrícula para su universidad.
- Sabes que puedo ayu...
- Ya me has ayudado lo suficiente Jhon. - Lo miro con gratitud. - Eres mi mejor amigo, y no puedo abusar de tu generosidad.
- No digas estupideces Eliot, nosotros somos casi hermanos, y no tengo ningún problema en prestarte un poco dinero para que David vaya a la universidad.
- Es que... siento que es mi deber esforzarme, para que David no lleve la misma vida que yo llevo, el debe ser un abogado, doctor, bombero... lo que sea que quiera ser, pero esta es mi meta personal ¿Entiendes?
- Si, lo entiendo, pero nunca está demás aceptar la ayuda de tu mejor amigo. - Me codea.
- Gracias por tu propuesta,lo pensaré. - Lo miro fijamente a los ojos. - Haría lo que sea para salvar la vida de mi hermano, y que no tome el mismo camino que llevó
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".