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Para conseguir suficiente dinero para salvar a su familia, Alice accedió a ser madre subrogante. Nunca conoció al padre del bebé y no tuvo la oportunidad de ver al bebé recién nacido antes de que se lo quitaran. Cinco años después, cuando le ofrecieron un trabajo para cuidar de un niño, aceptó de inmediato. Poco sabía ella que su vida estaba a punto de cambiar por completo.
En la entrada del Hilton Hotel se encontraba una mujer de mediana edad con una expresión fría.
Mientras miraba fijamente a la joven que acababa de salir del taxi, entrecerró los ojos.
La chica tenía unos dieciocho años, el rostro pequeño, elegante e inocente, y medía alrededor de 167 cm. Su cuerpo era esbelto; y su cabello, largo y negro, le llegaba hasta la cintura. Además, llevaba un vestido de gasa blanca que realzaba su figura. Al salir del auto, el dobladillo del vestido se balanceó suavemente. Desprendía un aura viva y pura, típica de una mujer joven.
¿Pero de qué servía ser tan casta y hermosa? Al fin y al cabo, tenía que venderse por dinero.
La mujer de mediana edad ocultó los celos que inadvertidamente transmitían sus ojos e instó a la joven en un tono poco amistoso: "¡Apúrate! Has firmado un contrato. No me hagas perder el tiempo. Sígueme".
Tras pronunciar esas palabras, se dio la vuelta y entró al hotel. Ella había reservado una habitación con antelación.
Al escucharla, Alice Luo tembló de pies a cabeza, apretó los labios con fuerza y fue tras ella agarrando su vestido con torpeza.
En el último piso de ese solemne y lujoso hotel, los pasillos pintados con ángeles y dioses eran interminables.
La mujer se pavoneaba con sus tacones, que pisaban la gruesa alfombra. Era como si estuviera caminando en las nubes.
La agencia la envió para llevar a Alice allí. Después de recorrer todo el pasillo, se detuvo frente a la única suite presidencial. Luego se dio la vuelta y miró a la joven, que no dejaba de temblar. No había rastro de humanidad en su rostro serio y estereotípico. Su tono sonó indiferente cuando expuso: "Entra y espera. El cliente llegará en una hora. Sé buena, ¿de acuerdo?".
El bonito rostro de Alice se puso blanco como la pared. Seguía en shock cuando empujó la pesada puerta para abrirla con sus manos temerosas. Ella no tenía más remedio que hacerle caso a la mujer.
El aire del interior estaba tan frío que se estremeció.
Las luces aún no estaban encendidas, y la habitación oscura era como una gran boca negra que estaba a punto de tragársela.
Estaba asustada por la frialdad y la oscuridad de su entorno. De hecho, vaciló durante un buen rato porque no se atrevía a entrar.
¿De verdad iba a hacer eso?
Parecía haber una voz en su interior que le preguntaba: "¿Estás segura de que quieres venderte por la enorme deuda que tiene tu padre? ¿Estás convencida?".
"¡Entra!", exclamó la mujer descontenta, al mismo tiempo que la empujaba, viendo que la chica titubeaba.
Esta última se tambaleó hacia adelante y acabó cayéndose.
Antes de que pudiera levantarse, la gruesa puerta se cerró de golpe, y la oscuridad la envolvió en un abrir y cerrar de ojos. El sonido de la puerta cerrándose sacudió su delicado cuerpo.
"Padre...". Alice se sentía abrumada por el miedo y la ansiedad, pero lo único que podía hacer era quedarse agachada y sollozar.
Estaba a punto de ponerse a llorar, pero tenía que evitar hacerlo.
Mientras sus pestañas se movían nerviosas, la amargura se apoderó de su corazón. Su mente estaba aturdida.
Al cabo de un largo rato, la joven se apoyó en la fría pared y se puso de pie lentamente. Sus ojos se fueron adaptando poco a poco a la penumbra. Entonces, echó un vistazo a su alrededor y vio el mobiliario.
Lo más llamativo era la cama extragrande que había en el medio, en la que parecían caber unas siete u ocho personas.
Conteniendo la resistencia y el dolor de su corazón, se dirigió al borde de la cama y se sentó.
La sábana oscura y limpia era suave, pero sintió que tenía espinas que se le clavaban en el corazón.
El fracaso de su padre en los negocios y la consecuente deuda que arrastró fueron el primer desafío al que se enfrentó en su juventud.
Ella tenía que soportar todos los días las duras palabras de su madrastra y los gritos de su hermanastra. Además, su padre estaba cada vez más ansioso y enojado, y acabó enfermándose de gravedad. Su tratamiento médico era muy costoso, por lo que su situación familiar empeoró.
Solo una gran suma de dinero le devolvería la paz a su familia. Sin embargo, ella acababa de ingresar en la universidad. ¿De dónde iba a sacar tanto dinero?
Un día, por casualidad, entró en contacto con una organización muy misteriosa que le ofrecía tres millones de dólares si tenía un hijo con un cliente desconocido.
Esa enorme cama que tenía delante de sus ojos era el lugar en el que tenía que quedarse embarazada.
Sabía que era muy vergonzoso, ¿pero qué más podía hacer?
Como estudiante universitaria, no tenía ningún medio para ganar dinero.
Sin los tres millones de dólares, su familia se hundiría en la miseria y su amado padre moriría.
A medida que pasaba el tiempo, no se oía ningún otro sonido en la habitación, salvo la respiración superficial de Alice.
Ella estuvo esperando hasta que sus manos y pies se enfriaron.
Sintiéndose mareada, y a punto de quedarse dormida, escuchó un 'clic'.
A eso le siguió el sonido de la puerta abriéndose. Había llegado alguien.
Entonces, se espabiló de inmediato, se levantó y retrocedió dos pasos hacia la esquina.
La oscuridad de la habitación la sofocaba.
Tras varios segundos, la puerta se cerró.
¿Era el cliente?
El cuerpo de la joven se tensó, aunque hizo todo lo posible por mantener los ojos abiertos de par en par. Ella consiguió vislumbrar una silueta alta de pie en silencio.
A pesar de que no veía su rostro con claridad, pudo percibir el aura poderosa y agresiva que emanaba su cuerpo. Esa presencia solo podía pertenecer a un rey.
"¿Quién es?", preguntó Alice con voz temblorosa. Se sentía tan aturdida, que no sabía qué hacer a continuación.
Hasta ahora, todo había sido muy surrealista. ¿Realmente iba a dar a luz al hijo de ese hombre?
Este entrecerró sus agudos y fríos ojos para observarla detenidamente. Tras ese análisis dedujo que la chica aún estaba en la pubertad. Ella se había levantado con gracia y su cintura era tan delgada que un solo brazo podría envolverla.
El hombre no respondió a su pregunta. Pero tras varios segundos, se escuchó una risa baja.
"¿Pero tú ya has cumplido la mayoría de edad?", preguntó con indiferencia.
Mientras le hacía la pregunta, caminó hacia ella.
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Madison siempre había creído que se casaría con Colten. Pasó su juventud admirándolo, soñando con su futura vida juntos. Pero Colten siempre le fue indiferente, y cuando la abandonó en el momento en que más lo necesitaba, por fin se dio cuenta de que él nunca la había amado. Con la determinación de empezar de nueno y sed de venganza, Madison se marchó. Tenía por delante un sinfín de posibilidades, pero Colten ya no formaba parte de su vida. El hombre, por su parte, corrió a buscarla presa del pánico al darse cuenta de ello. "Madison, por favor, vuelve conmigo. Te lo daré todo". Sin embargo, fue su poderoso tío quien abrió la puerta y le dijo: "Ella es mi mujer ahora".
¿Qué esperas de tu cumpleaños? ¿Dinero? ¿Joyería? ¿U otras cosas? Lo que sea, pero por lo menos debe ser un día maravilloso. Lola Li, una mujer linda, encantadora e inteligente, graduada en la comunicación audiovisual a una edad muy temprana. Todo el mundo pensaba que Lola tendría un futuro muy prometedor pero las cosas no salieron como se esperaba. Su fiesta de cumpleaños de 22 años fue una pesadilla para ella. Cuando terminó su fiesta de cumpleaños, su mejor amiga la traicionó, su novio la abandonó y su familia se arruinó por completo. Cuando se despertó al día siguiente, Lola se encontraba tumbada en la cama de una habitación de hotel. Con el corazón acelerado, solo podía recordar vagamente a un hombre extraño con el que estaba anoche. ¿Había venido para salvarla? O, ¿era un demonio que lo estaba persiguiendo?
Ellos no saben que soy una chica. Todos me miran como si fuera un hombre, un príncipe. Su especie compra humanos para satisfacer sus lujuriosos deseos. Y cuando ellos llegaron a nuestro reino para llevar a mi hermana, intervine para protegerla. Fue así como ellos también terminaron comprándome. El plan era escapar, pero mi hermana y yo nunca tuvimos una oportunidad. ¿Cómo iba a saber que nuestra prisión sería el lugar más fortificado de su reino? Se suponía que debía quedarme en el anonimato, pues no tenían un uso para mí. Solo era alguien a quien nunca debían comprar. Pero entonces, el hombre más poderoso de la salvaje tierra, su despiadado rey bestia, se interesó por ese "principito bonito". ¿Cómo podremos sobrevivir en este reino brutal, donde todos odian a los de nuestra especie y no tienen piedad de nosotros? ¿Y cómo puede alguien, con un secreto como el mío, convertirse en una esclava sexual? Nota del autor: es una novela de romance oscuro, apta solo para mayores de edad. Espera varios temas sensibles, como la violencia. Si eres un lector experimentado de este género, buscas algo diferente y estás preparado para entrar sin saber qué es lo que te espera, ¡entonces sumérgete en esta aventura! . De la autora del bestseller internacional "La Esclava Más Odiada Del Rey"
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta. - ¿Juntos? - ¡No! Muertos. -Tú siempre tan romántica. -Y tú, tan estúpido. -Ya hablo doña perfecta. -Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz. -Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes. -Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba. Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia. - ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica. - ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces. -Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella. - ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo. - ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO. ¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera? ¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.