/0/11434/coverbig.jpg?v=6e298f53909ac99ad3523083331f557b)
Esta historia es la secuela de "La madre del hijo del CEO despiadado". En un inicio se narró cómo los caminos de Ángela y Archer se cruzaron una noche de lujuria, noche en la cual concibieron un bebé para luego nunca volver a verse hasta que ella supo la noticia y él no creyó su palabra. Ángela prometió vengarse y lo hizo justo en el cumpleaños de Archer, exponiéndolo frente a camara de televisión y medios de comunicación. Esta segunda parte también estará movida por el sentimiento de venganza pero, esta vez hay un cambio de roles, será Archer quién la buscará y quien querrá acabar con Ángela a la misma vez que se convierte en un excelente padre. ¿Podrá hacerlo? ¿Será capaz de destruir a la mujer que ama con locura, a la madre de su hijo? Descúbrelo en esta última parte.
Resumen:
Después de haber avergonzado a Archer Spencer frente a miles de personas el mismo día de su cumpleaños, Ángela tocó fondo, se había dado cuenta de que había arruinado la única relación amorosa verdadera que había tenido. Por una parte, había cobrado su venganza en contra del padre de su hijo por haberla dejado sola y no reconocerlo, pero, por el otro, había herido si único hombre al que había amado.
Esta es la continuación de la historia de "La madre del hijo del CEO"
Ángela había pasado toda la reunión provocando a Archer, mientras ella intentaba reconquistarlo, él quería acabar con ella de la peor forma que existiera. Se sentía usado, le había dado a ella todo de sí mismo y ella solo jugó con él.
Esta era su oportunidad de hacerle lo mismo, ojo por ojo y diente por diente, ese era el plan así que, cuando entraron al ascensor, no se contuvo más, la agarró y la besó con todas sus fuerzas, ella tendría que pensar que él había caído nuevamente y Archer estaba dispuesto a mover sus cartas a la perfección.
Si Ángela estaba confundida, él lo estaba el doble aunque tratara de auto convencerse de lo contrario . Comenzó a besarla frenéticamente, como si se hubiese estado conteniendo por años.
La besaba fuerte mordiéndole el labio inferior a su antojo. Definitivamente estaba descargando su enojo hacia ella de esta forma, era mejor así que pelear consigo mismo.
Ángela quería frenarlo, quería decirle que se detuviera, podía sentir en ese beso el enojo y la ira y pensaba que ella no era una muñequita con la que él podía jugar a su antojo y eso era precisamente lo que estaba haciendo, o lo que pretendía hacer. Ella lo intentó pero no se pudo negar a esa boca y él lo sabía perfectamente bien.
Nuevamente tenía cerca de ella ese olor a madera y canela que lo caracterizaba. Todavía tenía su mano sujetando su cara y con la otra comenzó a trazar un camino hacia abajo, definitivamente no había sido una buena idea utilizar un vestido ese día.
Llegó hasta la parte interna de sus muslos y con ayuda de sus dedos comenzó a cosquillearle por encima de sus bragas, una y otra vez, no se detenía "¿Cuánto tiempo tardarán en sacarnos de aquí?", pensó ella de forma desesperada para sus adentros, era consciente de que si alguien no llegaba, nada los frenaría a ambos.
– Archer, no podemos –balbuceó de la mejor manera que pudo, pero sentía que el aire en ese espacio estaba reducido y ya comenzaba a hacer calor- pueden llegar en cualquier momento.
– Tenemos quince minutos antes de que nos saquen de aquí, así lo indica el protocolo de la empresa, tiempo nos sobra para lo que tengo en mente -sus palabras fueron como una droga, pero directamente a su entrepierna, inmediatamente se humedeció.
Al él darse cuenta soltó una pequeña risita y corriendo sus bragas hacia un lado introdujo sus dedos dentro de ella de la forma más fuerte y profunda que pudo.
Soltó el agarre de su cara para intercambiarlo por la pierna derecha de ella colocándola en su cadera, así tenía más espacio para su jugueteo. Sus dedos no tenían piedad de ella, entraban y salían sin parar. Pudo sentir como el orgasmo venía en camino, pero él también, así que se detuvo.
– ¿Qué haces? –le preguntó frustrada.
– Esto no es un regalo para ti Ángela, es la forma en la que elegí desquitármela contigo, terminarás cuando yo quiera, si es que quiero.
Ella iba a contestarle, a preguntarle que quién se creía que era, pero si interior se llenó nuevamente, esta vez a un ritmo muy suave, lo que le permitía sentir como entraba cada falange, cada poro caminando en su interior.
La desesperación se apoderó de ella y comenzó a desabrochar su pantalón, él se lo permitió y cuando la tarea estuvo completada con sus manos la empujó por los hombros hacia abajo, poniéndola de rodillas frente a él.
De inmediato averla comprendió lo que él quería, este era su turno. Ella comenzó a juguetear con su lengua, casi sin tocarlo, sintiendo sus palpitaciones, pero justo cuando pensó que llevaba el mando, él colocó su mano en la parte posterior de su cabeza empujándola duro hacia delante y así lo hizo una y otra vez sin contemplación.
Se detuvo cuando ya no se pudo contener más y agarrándola por los muslos, la levantó desde el suelo y la puso sobre su cintura de forma que sus piernas lo rodeaban.
Al igual que hizo con sus dedos, lo hizo con su miembro, de una sola vez ella se sintió llena completamente y era tan agradable que por más que quería mantener sus ojos abiertos para mirarlo, no podía.
Sin clemencia se agarró de sus piernas y comenzó a moverse muy rápido, obligando a Ángela a colocar sus manos alrededor de su cuello y entrelazarlas fuertes porque sentía que en cualquier momento se caería.
Los gemidos guturales de Archer no se hicieron esperar, así que ella los acompañó con los suyos. El sudor les corría por todas partes, hacía el contacto con nuestras pieles resbaladizo y el calor imperioso.
Caminó hasta incrustar la espalda de ella contra una de las paredes del ascensor de forma bastante brusca haciéndola exhalar un poco de aire debido al impacto, pero así tenía más seguridad de no caerse.
Cuando Ángela pensó que ya no podía ser más intenso, comenzó a moverse aún más rápido y enérgico. Sus jadeos se convirtieron en gemidos, sus dedos se encajaron en los muslos protuberantes de ella y los dos explotaron al unísono.
La colocó en el suelo y de inmediato ella comenzó a arreglarse el vestido, el cabello, todo, cuando esas puertas se abrieran tenía que estar impecable.
– No te apresures, todavía nos quedan unos cinco minutos aquí -le dijo él con voz tranquila como si no hubiese sucedido nada.
– Vergüenza para ti -le respondió ella.
– ¿Qué has dicho?
– Lo que has escuchado.
– Terminamos ahora porque así yo lo quise, pero si querías que nos vieran en el pleno acto, solo tenías que decírmelo y lo hubiese prolongado -la voz de Archer era firme y seca.
– Sí claro, excusas y más excusas -ella siguió en su postura.
Sabía que con ese tema iba a lograr incomodarlo bastante, así se desquitaba el mal rato que la había hecho pasar más temprano en la mañana, él podría ser el dueño de toda la empresa, pero la vida y los sentimientos de Ángela no los iba a poder controlar a su antojo también.
– No vayas por ahí Ángela, mejor dime, ¿ya pensaste en la propuesta que te hice?
– ¿Cuál? –le preguntó ella haciéndose la desentendida.
– Tú sabes muy bien cual, la de vivir juntos, en familia -le especificó él.
– No lo sé aún, es que tú y yo no somos familia y no creo que le vaya a hacer ningún bien a nuestro hijo crecer en un lugar donde las chicas entran y salen constantemente como si fuera un burdel –él sonrió.
– ¿Quién ha dicho que mi casa es un burdel o que yo ande con otras chicas?
– Nadie lo ha dicho, no es necesario, yo lo vi esta mañana con mis propios ojos.
– ¡Ah, eso! ¿Te molestó acaso? Eso no fue nada, te lo aseguro.
– No, tranquilo, no me molestó en lo absoluto, pero sé muy bien lo que vi, no tengo casi dos años como nuestro hijo, a mí no me puedes engañar.
– Ángela, no te pongas celosa –le dijo con voz juguetona.
– Yo no estoy celosa cariño, yo solo digo lo obvio y déjame decirte –hizo una pausa- ¡Ah no, disculpe! Se me había olvidado. DéjeMe decirLe que el papel de chulito no le conviene para nada, el bebé es de los dos, pero la que decide sobre él soy yo, si continua con esa actitud puede ser que decida que nos quedemos en nuestro departamento en nuestra tranquilidad, así que piénselo mejor.
En cuanto terminó de decirle eso, las puertas del ascensor se abrieron, si lo hubiese planificado no le hubiera salido tan perfecto.
Ángela no le dijo nada más y salió caminando tranquilamente hacia su oficina, mientras en la cara de Archer pudo apreciar el enojo, era casi palpable. Su piel había tomado un color rojo encendido, parecía que iba a explotar en cualquier momento, algo que le permitió a ella regocijarse bastante.
En verdad, ya ella había decidido hacerlo. Si quería ganarse su confianza de nuevo y arreglar las cosas, esa iba a ser la mejor forma de hacerlo. Estaba totalmente consciente de que resultaría difícil, sobre todo cuando existía tanta tensión entre los dos, pero tenía que hacerlo, además al bebé le haría mucho bien criarse con su padre al lado, eso es lo que siempre ella quiso desde un inicio.
Por supuesto, no le iba a dar el gusto a Archer tan pronto, se demoraría un poco más en comunicarle la noticia. Todo no lo podía tener el señor jefe siempre cuando lo quisiera y la escena que le había montado a Ángela ese día había sido bastante desagradable.
No fueron celos lo que ella sentió, no era una persona celosa para nada, más bien se sentió lastimada, le dolió verlo flirtear con otra chica, hasta hacía muy poco era ella la que estaba en su lugar, pero no le podía reclamar nada a él, no solo porque no estaba en posición de hacerlo, sino también porque sería darle otro gusto.
Al menos era consciente que acababa de jugar muy bien. Sus coacciones no le fueron indiferentes en lo absoluto, tanto efecto surgió en él que no se pudo contener en el ascensor y casi podría jurar que se subió ahí solo con ella a propósito, pero no iba a cantar victoria antes de tiempo.
Entonces, la pregunta del millón era ¿Sentía Archer algo por ella todavía apartando toda esa ira que guardaba o fueron simplemente sus instintos más primitivos actuando por él?
Ella sabía que el sexo funcionaba en él, era una herramienta maravillosa, pero no quería que su relación se limitara solo a eso o que los avances que lograran se debieran solamente por ello. Algo se le tenía que ocurrir para que la relación avanzara más rápido, de lo contrario podía correr el riesgo de que la escena que le montó esa mañana, se convirtiera en realidad.
Nota del autor: Esta es la secuela de "La madre del hijo del CEO" para una buena comprensión de la historia es necesario leer la primera parte.
Rebecca Martin es la asistenta del joven CEO, Liam Edwards, uno de los más prometedores millonarios de Chicago. Para Rebecca, lidiar con su jefe arrogante, creído y desesperadamente apuesto, no es una tarea fácil. Harta de todo, decide renunciar a su trabajo justo el día en el que una de las ex de su jefe, Margot, se aparece en la oficina con su supuesta hija, la pequeña Maya quién rápidamente estrecha lazos con Rebecca. La pequeña impedirá que la asistente renuncie logrando que su padre y ella comiencen a acercarse cada vez más, pero las cosas no serán nada fáciles, Margot hará todo lo posible por arruinar la vida de ambos. ¿Logrará Rebecca descubrir el amor verdadero? ¿Podrá Maya afianzar su relación con Liam? ¿Qué estará Margot dispuesta a hacer para acabar con su ex? ¿Podrá el magnate más arrogante de Chicago dejar su pasado atrás?
Leana se lanza decidida una noche para conocer al hombre que tanto le gustaba, Polo, pero la experiencia no sale como ella se lo esperaba y sale corriendo espantada del lugar. Cuatro años más tarde a punto de graduarse, el destino le regala una oportunidad más cruzando sus caminos nuevamente solo para descubrir que él es el CEO de la gran empresa en la que ella siempre soñó trabajar y en la que comenzará su pasantía. Traumada por lo vivido con su madre, Leana se decide firmemente a no amar a ningún hombre pero ¿podrá lograrlo cuando su jefe saque su lado más pervertido? ¿Podrá una estudiante salir con uno de los CEOs más importantes de la ciudad? ¿Qué pasará cuando él quiera robar su inocencia? No todo es tan hermoso como parece y todos tienen secretos...
Desde que tiene conciencia, Ana Reegan ha querido formar una hermosa familia pero sus planes no han salido como los esperaba. Los 30 ya se acercan y ella siente, cada vez más, la presión personal y social de convertirse en madre. La forma de hacerlo la tenía muy clara, hasta que, el día de su cumpleaños, en un bar, decide contarle a Alejandro Miller, su mejor amigo, todo lo que ha sentido por él desde el día en que se conocieron. ¿Aceptará Alejandro su propuesta? ¿Será él todo lo que ella esperaba o resultará que nunca llegó a conocerlo bien? ¿Podrá Ana cumplir su mayor sueño?.
Ángela es una chica introvertida la cual decide una noche irse de fiesta con su mejor amiga a un club, lo que no sabía es que esa noche conocería a Archer Spencer, el millonario que cambiaría su vida para siempre en una noche de lujuria. Luego de tres meses, ella descubre que está embarazada y grande es su sorpresa cuando se entera de que Archer no se hará responsable por el bebé viéndose obligada a ldesentendidouchar por sus propios recursos, pero, el destino tan inesperado como suele ser, la lleva un año y medio después a trabajar en la empresa de Archer sin ella saberlo. ¿Qué pasará? ¿La reconocerá Archer? ¿Asumirá él la responsabilidad de padre o se hará el ?
La vida de Paola cambia de la noche a la mañana cuando una compañera de su facultad le propone fingir ser la pareja de un millonario dueño de unas de las corporaciones más famosas del país, ella se ve obligada a aceptar dicha oferta a partir de un asalto a su padre en el que dicho millonario estuvo relacionado. Las ansias de investigar más sobre ello, la llevarán, sin darse cuenta, a que sus sentimientos por él salgan a flote. Una simple chica estudiante se convertirá en alguien conocida por todos de la noche a la mañana debido a una farsa. ¿Podrá con todo eso? ¿Será capaz de dejar los sentimientos a un lado? ¿Será este millonario el responsable de que su padre haya sido perseguido y disparado?
Nerea Jones es una chica acabada de graduar de la universidad que sale al mundo dispuesta a abrirse camino en el mundo empresarial, pero, esto no es tan fácil como ella lo cree. Su situación económica hace que se vea obligada a aceptar trabajar de niñera para uno de los CEOS más importantes, temidos y guapos de Seattle, Alex Black. Su vida se entrelazará con la de él conviviendo en la misma casa. Ella no tiene idea de que le tocará vivir un infierno a manos de este chico prepotente y egoísta cuando los sentimientos comiencen a tocar la puerta de su corazón. Ser profesional no va resultar tan sencillo como ella se espera.
——Una versión editada—— Samantha es una poderosa mujer que no se deja maniatar por nadie. Una mujer empoderada que solo quiere ser feliz. Después de un suceso que descalabra todo el esquema de su poderosa familia, llega a su vida, por obligación, el único hombre que puede amenazar su libertad y convertirse en su dueño. Sin poder evitarlo, todas y cada una de las cosas en las que cree se van al garete cuando él, la posee. Su vida se vuelve una espiral de conflictos y traiciones que vienen de la mano de mucho dolor y resistencia. Él se convierte no solo en su dueño, sino también en su protector. ¿Cómo se puede confiar y desconfiar tanto de una misma persona? ¿Será él su peor enemigo? Una novela que lo tiene todo para hacerte enloquecer. Una historia que llenará tu vida de pasión, deseo, miedo y confusión. Las más tórridas pasiones dentro de los eventos más insólitos. En el mismo momento en que él se vuelve su dueño, ella comienza a vivir sin límites. Mi dueño: Una novela para amar.
Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. La mujer que Pierce nunca podría olvidar incluso si ya hubiera acordado casarse con Kelly. *** Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. *** Dado que su amistad se había convertido en una jaula, Kelly decidió dejarlo en libertad, así como a la miserable misma. Pero ¿por qué entonces fue Pierce quien se negó a seguir adelante? Para empeorar las cosas, su diabólico hermanastro también intervino de manera dominante al mismo tiempo, pidiéndole que fuera suya. *** ¿Su príncipe azul contra su hermanastro diabólico? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio?
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
"Durante su trabajo de medio tiempo en un bar clandestino, Wendy se emborrachó accidentalmente. Cuando se despertó, se dio cuenta de que la habían confundido con una prostituta y que había perdido su virginidad. Después de tener una aventura de una noche con Charlie, un hombre increíblemente guapo, Wendy tiró doscientos dólares para defender su dignidad. Sin embargo, el comportamiento arrogante de Wendy molestó a Charlie, quien, en venganza, volvió a llevarla a la cama. ""¿Qué quieres?"", dijo Wendy molesta. ""Asumir la responsabilidad de lo que te hice"", respondió Charlie sonriente. ""¿Pero cómo?"", Wendy continuó. ""Al seguir acostándome contigo""."