omento por uno de los dos parques que tiene su pequeña ciudad, con el propósito de aclarar su mente para tener ideas sobre su próxima novela a redactar, pues está aburrida que su director y agen
vida se trata
tro de enojo y fastidio. Respira hondo mientras cierra los oj
a hablando con alguien, toma su suéter, ya que hace mucho viento esa tarde, co
no pensaron en las futuras generaciones, como la mía!―Dice ella maldiciendo en voz alta, mientras cierra la puerta de su apar
aso para salir del edificio, porque no piensa retractarse
sensación por unos segundos, levantado su rostro recibiendo alegremente los rayos del sol, mientras sigue caminando dos cuadras más antes de llegar al parque de la zona norte de su ciudad, ella levanta su muñeca y observa su reloj que indica que ya que vienen siendo a las cuatro de la tarde en su región. Cuando finalmente entra al
ce Samantha a la señorita encargada del pu
tro, Samantha se percata que es una joven de dieciocho años de edad según sus cálculos. Se sacude la
ego de observar todo la repisa con los sabores a su disposición
entrega el dinero del valor por el helado y
mpleada del local. Mientras Samantha sonríe y a
n helado a la esquina, pero al parecer está un chico con un traje negro formal, mientras ocupaba toda la ban
ceño, se acerca dec
a mano que ocupa su helado, mientras em
los lados simulando que no es con él, regresando a su lectura y sonr
a derretirse en su mano y cambia de mano para señalarlo. ―¡Ese era mi asiento, aquí dej
ngreídamente. ―No deberías dejar tus cosas tiradas por doquier. ―Le dice sin más, regre
servando conmocionados por el repentino grito enojado de la chica; por segunda vez, Samantha llama la atención de su alrededor sin querer nuevamente;
botas del chico habían dejado sobre su bolso cerca del rostro de él y del lib
an dicho que eres una mujer muy grosera? ―Pregunta el
olso con tus horrendas botas, estúpido engreído. ―Dice Samantha, ahora a la d
isa sarcástica-Soy un hombre de jerarquía, si yo digo que tú eres una ratera, ya eres una ratera; si yo digo que er
abes la Constitución, tonto engreído? ―Pregunta Samantha porque no puede creer que un adulto como él no conozca las normas básicas de convivencia, los derechos y deberes de la Constituc
ce reír; el joven se levanta de su asiento, siendo más alto
cumento y sin dar una explicación completa de sus derechos
una especie de pareja al principio, pero se percatan que no están discutiendo cosas de amor, sino de una riña sobre algo de quitar el asiento y ensuciar un bolso al principio, luego empezaron amedrentarse con insultos ella llamándolo tonto engreí
rada de superioridad y dice mientras se sujeta u
general no tuvieran importancia para él. ―¿Usted no sabe quién soy? -pregunta en un tono arrogante, engr
adoptando una pose colocando una mano en su cintur
le da una cachetada en su mejilla derecha, la cachetada no es fuerte, pero es suficiente pa
a mejilla por la bofetada, mi
clama Samantha, viendo que aun e
tirando el vaso de papel al basurero. ―A ti, ¿Quién te da el derecho de golpearme, sucia humana? ―Pregunta furioso el joven
se limpia su mejilla
o, es uno de los momentos más humillantes, porque no sólo fue su cachetada, sino que también la humillación pública po
punto de ponerse más tensas se acerca un misterioso señor al chico, que resulta siendo Frodo, el Gran Mago Druida que antes era el druida de su padre el Rey Darchris, pero desde que Elyan fue desterrado de la Ciudad Capital de Celeastein, Krystalia; le
Sam, pero no tan alto que Elyan trata de calma
lle por un momento. ― Pero, mi señor... no estamos aquí para buscar conflictos, debemos de buscar pistas sobre el paradero de su hermana, Alys... ―el misterioso chico inmed
fríamente a Samantha, por un momento tiene ganas de decirle una vez más "sucia humana"; sabe que si lo hace no sólo se avergonzar
abia, mientras se encoge de hombros actuando en señal de victoria,
inmadurez visible de su rey,
o este. ―Dice el mago druida, mientras se acerca al oído de Elyan y susurra. ―"Recuerde que no estamos en nuestro mundo, si no en elo, suspira por breves momentos cambiando su semb
as se sacude el polvo de su gabardina negra y del libro que estaba leyendo, y le sonríe falsamente a Sam, conteniéndose lo mejor que puede por tener su orgullo herido, se despide amargamente de Samantha y en silencio empieza a caminar, con el señor de
rte está muy molesta por la pelea del momento por su orgullo y porque lo llamaron "suertudo" ya que le molesta que menosprecian su esfuerzo, pero en la parte interior es
ame así en el mundo por lo que decide buscarlo en internet, se enfurece al percatarse que no es dinero de ningún país del planeta, levanta la vista buscando con la mirada a las dos personas extrañas, observando que van saliendo del parque. ―No imp
eresante y le agrada Samantha. Si su plan era dejar en la confusión a Samantha, lo consiguió de lleno, ya que no sabe ni en qué está pensando ahora mismo Samantha, así qu
tarde, se sacude la cabeza, llegando finalmente su hogar ella sube por el ascensor hasta el sexto piso del mismo, saluda a unos cuantos vecinos que entran y salen de los apartamentos vecinos, abre su
res! ―Dice ella mientras, se acomoda en el sofá de la sala, sin éxito por lo tensa que se encuentra por lo que decide
anto... en
edad preocupado por el enfrentamiento que tuvo con esa chica humana, que ahora camina junto al chico misterioso, dent
n, le sigue una risa coqueto, arrogante y sádica mientras se tapa la boca, ya que sabe que en cualquier momento se podría toparse con Samantha de n
, mientras tiene una sonrisa desquiciada y sádica, y viendo que su señor ha i
e? Sí, se dan cuenta que somos de un mundo paralelo al este, nuestra misión de encontrar a su hermana, la princesa Alyssa se suspendería.―Expresa el m
s demasiado, Frodo... ¿los años te han convertido en un viejo temeroso? ¿Dónde está ese intrépido guerrero mago
de reprobación, lo mira como si fuera a pegarle o golpea
le lo que siento a esa chica! ―Lo dice con una cara de enojo, furia y rabia por
ran Mago Druid
conociendo al joven Elyan, desde que el Duque y su hermana, entraron a la Academia de Magia y Hechicería del Reino
debes, vas a pagar caro. ¿¡Entendiste!? -Le ordena furioso, de forma autoritaria, mientras se par
ro en ningún día de su vida, nunca lo había visto así. Frodo para t
r de la capital de Celeastein, Krystalia a este mundo, donde los humanos de aquí no tienen la menor idea de la magia...―Pregunta inocentemente Frodo a su amo. A lo que E
mira a Frodo, mientras se va calmando va baja
siquiera le molesta el druida ni nada por el estilo, su atención ya no está ahí, sino en e
la cabeza a Frodo, dejándole la cabeza sangrando ocasionándole una ligera y confusa conmoción del impacto que tuvo en la cabeza, por lo que Elyan no se pone triste, solo mira a Frodo y se
luego; además de su carpa tiene varias cosas y accesorios, lo que lo hace muy peculiar; además tiene un pequeño y delgado cuaderno ya muy usado, al cual, en los m
sa, por lo que Elyan decidió garabatear el rostro de aquella chica con la cual había tenido ese intercambi
jos, se nota que Elyan le ha dibujado con las cejas levemente inclinadas hacia abajo haciendo parecer que está enojada, se toma su tiempo y hace un dibujo sumamente increíblemente hermoso, en donde no falta ni lo más mínimo, hasta el cabello, los ojos, la nariz, las orejas, etc. Todo con muchos detall
arle unos pequeños corazoncitos alrededor, como sí el fuera un adolescente enamorado, al darse cuenta de esto, le empieza a dibujarle unos cuernos
jo puede sentir al 100% como es Samantha, hasta le gustó la idea de dejar los cuernos, ya que sería muy ingenioso, a la vez que sería algo que la misma Samantha
de las especias y las cebollas y ajos le llamó la atención así que trajo una bandeja de arroz cantones mixto, wantanes, y pollo agridulce esperando que el Duque, p
druida con unas bolsas plásticas
dragón? -pregun
o quería que fuera una carne de dragón "Fresca" -dice, en donde deja entrever la molestia que está sintiendo por el hech
l comentario y por poco casi bota
o mundo aquí no existen los dragones. ―Dice el
o como un niño pequeño que, para su manera de pensar, el comer lo que sea no le parece aceptable, ya que no es de su gusto, ni es de sus preferen
ón y la va comiendo, no le molesta, solo de vez en cuando se chupa los dedos, ya que no tiene un pañuelo a su lado, por eso le resulta más cómodo dejar
que están cenando, el druida saca el tenedor plástico para empezar los sabrosos camarones, carne de pollo y carne de res que venían mezclado con el arroz cantones. ―mmm... esta comida es tan deliciosa que me podría comer el otro p
muy imperativo, sin importarle la situación en la que se encuentre, decide tomar la otra comida que le
empieza a comer los platillos chinos, como
veces el joven Duque era muy influenci
el mismo puesto en el que compré, su majestad. ¡Incluso me recomendó esta platillo! Es una ch
uidas están perdidamente enamorados de ella? ―exclama furio
e más me disgustando y la persona que más odio! ―exclama con una cara totalmente
do lo contrario. ―Murmura p
á meditando algo, ya sea una forma de cómo hacerle
anza que le quiere hacer pagar, pero que a la vez la tiene que hacer parecer como si fuera un accid
ue con la siguiente pregunta hará que s
s por Frodo, parece que le ha hecho enojarse aún más y su sonrisa lo delata totalmente al ver su dibujo y ver como en verdad se siente con esa chica ruidosa y escandalosa, lo que de verdad piensa de ella. Al mismo tiempo está algo nervio
n corazones y cuernos de demonio; con la cara casi que enrojecida y con gran la ver
ioso, sin encontrar pa
r. No tiene nada que decir, nada que justif
cide no molestar más
r ahora, ya tenemos información suficiente sobre est
la carpa, que a pesar de no ser una carpa lujosa, se nota que es bien diseñada. La ve con buenos ojos al igual que a su druida, ya que lo ayuda demasia
acer es descansar en este momento, que e
de enojó, pero con gran convicción ya que sabe q
ha... muy lejos de dónde se
ndo iba a cocinar el quemador de la cocina, se percata que ya no tiene gas y ya los establecimientos
toma las llave y algo de dinero para ir a comprar
ofrece su ayuda; el anciano estaba un poco renuente, pero Samantha fue muy amable con él, haciendo que el viejo de vestimentas extrañas aceptará su ayuda incluso aceptó su recomendación sobre que comprar, ella vio que el señor quería pagar con las extrañas monedas que el chico malcriado le dio en recompensación por ha
, en la mesa y se dispone comer, y las sobras las guarda en el frigorífico, luego de pasar una media ahora decide tomarse otra duch
asiento frente a su escritorio colocando sus dedos sobre el teclado, mientras tiene su lengua a un lado de la comisura de sus labios, como pensando de que debe escribir su siguiente novela, luego de varios minutos, está apoya su
a contar, "uno", ―piensa dispuesta a golpear en la cabeza a esa misteriosa silueta con la maceta, "dos..."―Ella levanta sus brazos posicionándose, lista para utilizar toda su fuerza si es necesario y luego extiende un pie haci
idiendo con sus manos el golpe que
ontrar a una mujer en su apartamento, nuestra protagonista se agarra el pecho por el ataque de arritmia que se produjo por el sobresalto y está respirando inestablemente cayéndose de un sentón en el piso, Samantha trata de realizar las técnicas de respiración
nta apuntándole nerv
inua