emplaba en el espejo. La herida en su fr
io inferior, pensativa. Esa mañana Leopold se había reunido con Harold, y aunque su compañero le hubiera confirmado que todo acabó como esperaba, se mostraba impaciente por hablar con él en persona. Emitió un profund
cubierto por el maquillaje. De lo contrario, se arriesgaba a ser fotografiada por los periodistas que últimamente frecuentaban las puertas de su casa. Natalie tuvo que telefonear a sus padres para comentarles lo sucedido -más bien, la mentira adornada con un poq
ogar, expondría a su familia al mismo peligro. Su asoc
laves conforme él se adentraba en el apartamento. Gracias a que estaba en su dormitori
unos segundos. Acomodó el pijama d
obre el pecho, sin m
debido a que él fue quien le salvó (más o menos) padecía de un profundo sentimiento de gratitud hacia su persona. La parte más racional insistía en aceptar esa propuesta como explicación. Per
En otras palabras, sigues estando igual de horrenda... Por favor, no me mires así -se apresuró a añadir, alzando una bolsa de plástico-. Te he traído algo para cenar. Puesto que no puedo llevarte a un
atalie lo hubiera
una amplia y
uscados. No nací con talento para cocinar, ni para planchar ni hacer ninguna tarea del hogar -ironizó, incorporán
¿Desde cuándo Natalie Ivanova duerme con un pijama d
n tus motes extr
origen francés que hace referencia a personas exigentes, responsables e impacientes... Escogen metas prácticamente imposibles de alcanzar, pero ese desafío les incita a extrae
ndió. Al menos,
antes de prenderse, dotando a la estancia de una brillante iluminación. Natalie comprobó la hora: apenas eran las ocho y media, hora perfecta para
ailandesa?
é por ojearlas, topándome con un plato muy común pero exquisito para esa gente -explicó, acercándose a ella-. No te preocupes por la cocina. Si
nfa
observa
d había traído un merendero, con los tallarines en remojo (el proceso para prepararlos era de dos horas, por tanto, optó adelantar algún que otro paso en su propia casa). Llevó a cabo la elaboración de una salsa, mezclando ingredient
a se desvió hacia su cuerpo: la camiseta de lycra se ajustaba a sus pectorales, como si estuviera hecha a medida. Como había mencionado en otra ocasión, Leopold era muy atractivo. Sin embargo, no le había admirado de la forma en la que hacía ese instante. Mientras él terminaba de prepara
opold a la vez que p
pecto delicioso- ha salido de un restaurante. -Natalie se sentó en una de las sillas. Cruzó la pierna derecha bajo
todo u
vida. Leopold reprimió una sonrisa y se repitió la situación en la que se encontraba: para Natalie, ese acto no comportaba nada más allá de una simple cena amistosa. Aunque no estuviera en su mente, Leopold se mantenía firme en sus pensami
interesó Leopold. Izó una mano en señ
el que un grupo de individuos competían por alcanzar el primer premio en cocina. En r
mitir que has aprobad
s capacidades -contest
n los guardaespaldas de la asociación ni dos soldados en una misión. Eran... dos personas humanas,