img Entre la traición y la lealtad  /  Capítulo 4 La oración | 66.67%
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Historia

Capítulo 4 La oración

Palabras:1208    |    Actualizado en: 12/01/2023

me volteaba en mi cama sus mejillas cándidas y rosadas atormentaban mi pensamiento noble o Marilinda que puedo hacer para que este divino tormento apagu

or una madera húmeda y llena de moho había una bibli

egra en tu po

vación, ¡có

dido el deseo

la petición de s

do al encuentro con

ino has puesto

emandó, y s

s eternamente

su gloria en

stad has pue

as bendecido

e alegría con

el rey conf

dia del Altísimo,

Meier y comencé a pensar como Jesús ante la pesada carga que llevaba al ser el hijo de Dios constantemente rezaba para evitar ser infiel a su misión, pues ser el Hijo de Dios y ser arquetipo de ser humano no es un premio especial para

y lo abrí para sentirme más comprometido con mi vocación sa

hombre, man

hondos lim

pájaros a la

los primer

usco, hecho de

puro y tier

ncuentro, Vigo

oros ríos

cuerpo, y el

on reciente

undancia del mu

corazón e

o alientas, monte,

n que no te

y gracia. Vivir

z, el hombre,

pecado! ¡Mira,

hermosura en

te obligue, Señ

un día las lla

aurora de la mañana otoñal anunciaba la levantada para ir a orar en los laudes matut

to de salutation de la mañana me levanto de las cálidas sabanas a alas

s al espíritu santo Ven, para q

almas de

tu divin

zones qu

n llamamos

Dios Al

viva,

espiritu

bre nosotros l

la diestra

promesa d

as nuestra

nuestros

mor en nuest

perpetuo

debilidad de

nosotros

pronto

director y

evitemos

nozcamos

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n ti, su

iglos de

a Dio

jo que

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los de los

resencia del señor, rezamos el ángelu

l Señor anu

bra y gracia del

salve,

esclava d

mí según t

salve,

de Dios se

entre n

salve,

Dios, para que seamos dignos de a

em

Ángel nos has revelado la encarnación de tu Hijo, por su pasión y su cruz

dre Franco y Yo nos sentamos a orar y pedirle A Jesús que nos diera la fe nece

a preparar la comida y a desayunar.

ranco, - respond

el contacto diario con los feligreses y la dinámica de nuestros trabajos que consisten ir a dar clases a las universidades y recibirlas nos obliga a mantenernos en constante oración, en apoyarnos el uno al otro y

idelidad, el hombre es un mafioso, un sujeto disfrazado bajo las vestimentas militares para abusar de su poder. Lo único que te

ón todo lo que el me decía como hombre me sentía solo y vacío como sacerdote joven estaba bajo la emo

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