n Rodrigo, ambos tomaban café con galletas y charlaban d

go aquí? -pregunté. Sentí q

mpático vecinito escribía? Hemos estado hablando de n

nto...bueno, voy a mi cuarto, tengo mucha

udar a Rodrigo? -preguntó mi

e la pases bien con mi mamá

oy en día -expresó mamá

reocupe

o me digas señora

Tal vez Natali

así contigo, eres muy lindo como para no dars

señora Ana! Po

hará si me s

, dis

ienes tareas por hacer, fue un

rle el día de las madres: un espejo. Sí, un espejo para que se viera y actuara cómo tal. Y vaya más aún que sabía actuar, porque apenas salió R

in entender su reacción. Estaba decidida qu

cede a ti? ¿Cuál es t

toy enten

Ah

enes que entrar

es m

mi cuarto, e

sí que puedo y lo hag

s lo que

e mi cama, se me acercó y me di

Ni siquiera

sido amable con é

fue

o fuiste.

ces diálogo alguna que u otra

entiendo,

aro que no,

arte q

, n

qué entraste con ese ge

uar -contesté so

te entien

siento

ento

qu

que

estar mal para esc

ué ibas a

secreto y hoy me pid

quié

ecreto del todo, est

es Seb

hermoso de l

rmoso por fuera

debe esa pr

, ¿De qué sirve andar con el chico más hermoso de la universidad e incluso más h

onozco sus sentimientos de lo todo

excepción, dime,

niversidad encontraba una not

arece ser de lo

, pero todo a

por

siempre me está mi

H

um

de las más grandes, espero ese tal Sebastián no te vay

igrosas pero tranqui, sé que esta noche será l

Qu

ar más hermoso y mi f

digas

e al lago e

é se te ha

es mi lugar favorito, solo

r, cuatr

, t

cuatr

entado a más nad

o sí l

Prometiste no hacerlo,

un a

migo? ¿Q

á nada así que tranq

ces, ¿Me da

iso pa

alir es

laro, pero ya

á! -le dije alegreme

agada de

y que

n un momento pa

abían de mi enamorado secreto, pero no les agradaba para nada que yo pensara era Sebastián. Esa noche me di cuenta de cómo er

vestido bien hermoso como si fuera una princesa. Mi madre estaba feliz por un lado y triste por otro. Ya eran las siete y media de la noche, faltaban treinta minutos, no obstante, me fui hacía el lugar,

me apresuré. Ya en el lago se encontraba Sebastián aco

todo es sexo eh?

el place

placer si n

cer el amor, más no d

e tenía razón res

a, y pues yo caminaba con mucho frío mirando el suelo y a las inofensivas hormigas. Al llegar, estaba allí, estaba de espalda, Sebastián estaba sin camisa, pude ver su pecho, sus músculos, sus cuadritos. Era todo hermoso.

amorado secreto -le dije apenada bajando

? ¿Yo te

. Sentí que me

No te entie

tú quién m

h

retirarme apenada que sucedió todo. Sebastián me tomó por la mano derecha detenié

s manos sobre mi cintura acerc

e impuse que se me ac

? Has dicho que

o tú. Me doy cuenta que me equi

orado

Cómo l

oy ese enamo

Cerré mis ojos y sentí que por primera vez era feliz, y es que el amor de mi madre era una felicidad enorme pero es

a has tenido rel

é sus manos de mi delgada cintura-. N

ijo y contin

án, para -le decía intent

o, Natalia, te deseo,

ame! ¡Suéltam

has venido aquí para tener sex

pensé que

sidad y eso lo sabes muy bien, ¿O a poco...a poco no me

a?! -le grité dándole u

había negado y yo no sería la excepción. En el suelo empezó a quitarme la ropa, yo gritaba con gran fuerza pidiendo ayuda. Nadie me escuch

o! ¡Ayúdenme, po

esta noche probarás lo que e

o me ha

lo pensar que allí estaba por ser abusada por Sebastián, se me quería salir el corazón y el alma. A la final, Rodrigo, me abrazó y lo alejé de mí por miedo a lo que recientemente me había sucedido. Me extendió su mano y se la di. Apenada por mi reacción me puse de pie y lo abracé. Me decía que no me preocupara. Se quitó luego su buzo y me lo colocó por el

en el lago? -me preguntó mie

legar cuanto antes a mi casa, no qui

a incomodarte -me di

e tú a mí, eh, ¿Y qu

o, no sabía

bue

s mejor ir

Digo, claro que sí, ¿

madre me vea llorando y con los ojos tristes, pero

S

í q

mi casa, no ha

rdad, Rodrigo,

a sabes que

sucedido, lo real es que, nunca pero nunca iba a olvidar que casi abusan de mí. La lluvia

ó mirándome a los ojos y a la vez mis l

amos a tu casa, puedo dormir en

en mi cuarto,

vámonos ya q