DA HACIA
Macg
todo eso lo perdí cuando la perdí a ella, a Julia, mi niña hermosa, mi mujer, todo por culpa de la ambición de una persona, una sola persona que se hace llamar mi padre, el Gran Vittolo Macgregor, él, por querer mantener el poder que le da la Gran Society,
por primera vez, hace ya unos catorce años atrás, en ese tiempo ella no tendría más de catorce o quince años creo yo, pero la recuerdo tal como si fuera ayer apesar de que han pasado casi die
gual!, que me cautivó desde aquel momento en que la observé, estaba en mi auto puesto que acababa de llegar a mi empresa, más bien la empresa que mi padre me permitía manejar dizque para que fuera aprendiendo a moverme en los mundos en el que debía vivir, cuando la vi conversar con el guardia que protegía la puerta de entrada se le veía una sonrisa ca
ASHBA
doce año
un instante me había olvidado de su presencia, nos parecíamos mucho, decían que éramos como dos gotas de agua, pero como e
dor, él se enteró hace poco de su existencia, por eso viene cada viernes a buscar s
esumía como un buen padre que era, pero por desgracia no todo lo que brilla es oro,
entre más la miraba, más me encandilaba con ella y más se metía dentro de mí, "algún día serás mía, te haré vibrar con todo tu ser, conocerás el placer más maravilloso de tú existencia"
de nadie más!, y ¿por qué lo hice?, por qué hoy la muy desvergonzada llegó agarrada de la mano de un chico casi de su edad, un caribonito
de acá hay graves problemas, ese tono que al muchos escucharlos se hacían de si mismo por el terror que generaba, pero ¡vaya sorpresa que me llev
r según su estado de ánimo, y yo los estoy comprobando de primera mano, ya que al voltear a verme en su iris se denotaba un color violáceo una clara muestra de su mal humor o de su ira, pero al verme cambiaron casi de inmediato a un verde amielados, una muestra clara de la sorpresa que se llevó, pero sobre