deadas. Era mi lugar favorito para jugar con mis amigos. Mi nombre es Gus y hoy, estamos construy
lido, pero el agua del arroyo es fresca y refrescante. Todos estamos usando pantalones c
os árboles cercanos. Es el lugar perfecto para construir nuestra barricada. Hemos estado t
agua fluye alrededor de ella. Todo parece estar funcionando correctamente
cia. Las nubes grises comienzan a cubrir el sol y el viento empieza a soplar fuerte. La corriente del arroyo se
ces de mantener nuestra barricada
unos de sus amigos. ¡Qué emoción! Los saludamos y les mostramos nue
arnos a mejorar la barricada y hacerla más resistente.
rzar la barricada. La corriente del arroyo se hace más fuerte y más
r la barricada en su lugar, pero él insiste en que tiene que irse. Sin embargo, ant
ace cada vez más fuerte y la corriente del arroyo se hace más peligrosa. A pesar
a fuerza del agua. Nos sentimos desanimados y desilusionados de no haber
duro en la barricada y estaba muy emocionado por haber construido a
que pudimos y que lo importante era haber trabajado juntos y divertirse en el proceso. Esto hiz
s peligroso. Decidimos salir del agua y buscar refugio en un lugar más seguro
nstruido nuestra primera presa y cómo habíamos encontrado un pequeño tesoro escondido entre las rocas. También recordamo
asado, habíamos pasado un tiempo increíble juntos. Nos habíamos divertido,
. Nos dimos cuenta de que, aunque nuestra barricada había fallado, habíamos hecho algunos progresos en nuestra construcci
dio cuenta de que el fracaso era parte del proceso de aprendizaje y que, a pesar de que su
o y por no haberse dado por vencido a pesar del fracaso. Esto hizo que Gus se sintiera aún mejor, y se dio cuenta
juntos, habíamos aprendido cosas nuevas y habíamos crecido como individuos y como equipo. Todos nos fuimos a casa co
o de mi hermano Gus por no haberse dado por vencido y por haber seguido adelante a pesar del fracaso. Me sor
nto me di cuenta de que era yo quien necesitaba protección. La determinación y la valentía de mi hermano me reco
ogrado. Era increíble ver cómo un niño tan pequeño podía tener tanta determinación y coraje. M
día en el arroyo. Él estaba emocionado de compartir sus pensamientos y me contó sobre cómo había a
mi hermano menor. A pesar de ser más joven, había demostrado una sab
or haber aprendido tanto en el proceso. Le dije que lo admiraba por su valentía y determinación, y que e
en. Me sentí agradecido de tener a un hermano tan sabio y val
que había aprendido de mi hermano menor. Me di cuenta de que, aunque yo era el hermano mayor, podía aprend
po, a aprender de los errores y a no darse por vencido ante el fracaso. Pero lo más importante, habíamos aprendido