rine
rigo, había bajado mucho la temperatura en las últimas horas en las
anzo por las calles desiertas, pienso que debí haber sido precavida. Jamás me he aventurado a hacer algo así pero hoy por cul
an las sombras de las hojas de los árboles que se mecen con la brisa fría. Voy tan ensimismada y mirando hacia atrás que no me percato de los tres tipo apoyados en una mugrienta pared a mi izquierda. Me ajusto la capucha y camino más rápido. Pero ellos lo son más, en dos segundo están al
ándoseme y pude sentir su aliento fétido qu
ambién se me acerca. Cada vez estoy más asustada y a p
dije no soy alguien "deseable", me he esmerado mucho este último tiempo para no serlo. Yo cultivo otras áreas de mi vida y no me quedan tiempo ni es
iencia el de los dientes podrido
que hagan algo que estoy segura no
cción para hacer, repaso libros y películas que recuerde en los que haya escenas similars
ida estarás rogando por otra cosa que seguro te va
rta la mayor parte del tiempo. Creo que no hay una chica en la escuela que no esté enamorada de él...y yo no soy la excepción aunque me duele aceptar que he caido tan bajo
así que soy feliz sabiendo que solo quedará
s y mis conocimientos pero lamentablemente en estos momentos estoy e
ante mis dieciocho años. Esto no puede ser todo, quiero que la magia ocurra con quien realmente quiera, no de esta manera, no con tres tipos manoseándome y rompiendo m
tos de mugre entre las uñas. Tengo un asco terrible, quisiera evaporarme en este preciso instante. Su otra mano comienza a recorrer mis muslos y va subiendo len
e, mis ojos quedan mirando un punto en la pared externa intentando escapar de la t
ordeno a mi cuerpo que se mueva pero está inerte apoyado en la pared mientras una película de accion se reproduce frente a mis ojos. Mikael Sorokov está con un hierro dand
omo si mi cerebro dijera: Mikael Sorokov está
escomunal, erguido con sus casi dos metros, me mira de una forma ext
heri
el fl