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Historia
Mi inocencia

Mi inocencia

Autor: larezguzmanl
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Capítulo 1 Inocente

Palabras:6864    |    Actualizado en: 27/12/2022

e de enero d

ta. Christine

eatro de la Ac

ueva

bía rumores

ropolitanas bastante remotas,

tro de la Opera

d y esplendor

es europeas, al

on llenar todos

olor rojo y dor

emia. Los más

precisamente p

e alejaba a los

o, le simpatizaban. Por su parte, los sentimentales se afer

por su excelente acústica, u

idas para esc

, y lo que la prensa acostumbraba a llama

a escucharla,

zas y llenas de

paciosos landós

práctico coupé

oroso como hacerlo en carruaje propio; y retir

a alusión jocosa

trepar en el p

a, en vez de es

or el frío y congestionada por

el pórtico del T

brir que los norteamericanos desean alejarse de sus d

nd Archer ab

ub, recién subía

ín. No había ni

gara tarde, pues

dre y su herma

ro en la biblioteca gótica con

oronadas de flor

n de la casa do

fumara. Pero,

una metrópoli

ue en las grand

llegar temprano

a "bien visto"

e Newland Archer como los ine

e habían domina

dos miles de

o fue de carácter personal.

ue en el fondo

aba una satisfacción más sutil

ba de un placer

oría de sus pl

momento que a

y exquisita ca

gada con el director de escena

momento más c

ma donna come

me quiere, ¡me

s de una margar

nas como

por supuesto

nalterable e incuestionable d

lemán de las ó

istas suecas, de

ón del público anglo-parlante

r, igual que

que moldeaban

dos escobilla

ograma esmalta

más aparecer en sociedad sin una flor e

mama..." ca

a!" con un est

en tanto apreta

argarita y lev

ticado semblan

Capoul, que tr

estrecha casac

su sombrero

ro y verdadero

ct

tra la pared del fondo de s

usto frente a él estaba el palco de la anciana

desde hacía tiem

que en las noch

sentada por l

amilia. En esa

en primer luga

gott, y su hija

to retirada de a

cado, se sentab

ntes del escenario. Cuando el "¡mama!" de Ma

ba de hablar durante el aria d

izó hasta las raíces de sus rubias trenzas; el r

juntaba con un

con una sola g

nmenso ramo de

u regazo, y Ne

sus dedos, cubi

aban suavemen

nidad satisfech

os ojos al

en la escenografía, que fu

dad con la Opera de París y de Viena. El pri￾m

A media distancia, algunos mon

ercado por argo

ue parecían naranjos y estaba

s. Gigantescos

grandes que

limpiaplumas f

e la parroquia p

o bajo los rosales; y aquí y al

exuberancia profética de los

ban

antado, Madame Nilsson, ves

de satín azul p

rillas colocadas cuidadosamente a cada lado de su blusa de

y asumía un a

a sus propósit

gestos, indicab

imer piso de l

bresalía en for

a der

e!" -pensó Ne

a vuelto a la jo

tiene idea de q

ló su absorto ro

aba el orgullo de su propia iniciación masculi

eremos Fausto ju

lianos...", pens

a el lugar de

obras maestras

l enseñar a su novia. Fue reci

mportaba" (la consagrada frase

soltera), y ya

anillo de com

a marcha nupcial

o en algún esc

vieja

Mrs. Newland Archer fuera una inocentona.

riera tacto soc

permitieran ha

as más admira

que se acostum

lino y rechaza

era escudriñado

ces), habría descubierto el deseo de que su

e complacer, co

ncantos domina

tados; por supuesto que sin u

er la vida de es

us propios plan

nvie

fuego y hielo y que perdurar

se dio el tiemp

mantener este p

que sabía que

leros cuidados

o, flor en el oj

del club, que

os con él y vol

mirar críticame

os intelectuale

se sentía cla

gidos especímen

ablemente había leído más, pen

que cualquiera

ado, éstos dejaban traslucir

a Nueva York,

e Archer aceptara su doctrina

tivamente sentí

o -y hasta de m

lores

wrence Lefferts apartando abruptament

erts era, por

nes de "formalidades" de to

iempo que nadi

y fascinante m

explicaría su

staba, mirarlo

rva de su herm

remo de su esbelta y elegante silueta, para se

nito en alguien

ra y lucir tal estatura con un

uyo: "Si hay alguien que pue

Larry Lefferts." Y en la controversia que hubo entre el uso d

cut

uspiró, y en s

l anciano Sill

er, siguiend

on sorpresa que

por la entrad

ott. Era una mujer joven y de

bello castaño

peinado, que le daba lo que entonces se llamaba "estilo Josefina", se repetía

busto con un c

nticuada hebil

bsolutamente inconsciente de la atención que

d sobre la conveniencia de tom

onrisa y se sentó junto a la cuñada de Mrs. W

o del

Jackson habí

Todos los miembros del grupo

scuchar lo que

on era toda un

como Lawrence Le

nes de los parentescos neoyorquinos, y no sól

llas de Carolina del Sur, y la relación de la rama mayor de l

rse con los Ma

ace), sino qu

acterísticas pri

la fabulosa mezquindad de lo

nd); o la fatal tendencia de l

la locura recurr

aciones los Ch

pre rehusaron casarse, con la desastrosa exc

, bueno, pero

hwo

les genealógicos, Mr. Siller

bajo la suave pelusa de sus c

os y misterios

la sociedad neoyorquina duran

nformación era

entiva, que pasaba por ser el

fort, el banquero, y qué fue de

pareció misteriosamente (con una gruesa can

matrimonio, el

, que había deleitado a inmens

Battery, se e

es misterios,

ían guardados b

tir cosas tan privadas, sino que estaba perfectamente consciente de que la re

ía s

rupo del palc

o mientras Mr.

o a Lawrence Lefferts. Por un

s ojos azules c

retorciendo cuidadosamente

ue los Mingot

acernos traga

breve incid

un curioso esta

o que atraía la compacta ate

uel en que se

y su tía. Ade

a la dama del

maginar por q

moción entre l

o lo comprendi

a acometida d

nadie habría

eran hacerlos tr

ron; no había

ron, pues los c

le dieron la certidumbre de qu

la que la fam

"pobre Ellen O

a llegado sorp

par de días; o

d (y no lo de

tar a la pobre E

Mrs. Mingott. Archer aplaudió

des que más admiraba en los Mi

ras que su intachable linaje

ndad ni avaric

alegraba de que

impedida, por f

o) con su desgraciada prima

era algo muy diferente a pres

a, y en el mis

, Newland Archer, se anuncia

o Sillerton Jackson: ¡jamás pen

acerlos traga

upuesto, que

ón más atrevido (dentro de los límites de la Quinta Avenida)

ine Spicer de St

iosamente despr

ón suficiente pa

ara, se unió e

abeza de la ac

jeros" (un marqués italiano y un banquero in

e piedra colo

ser el único color que se podía

esible tierra virgen c

ranjeras de M

una leyenda. N

re, y como ella

de mente activa corpulenta

e quedó en su ca

es privadas de la aristocracia parisina) era

muebles de an￾tes de la Revolu

e Luis Napoleón

ura) como si n

ivir más allá de

tener ventanas

ertas en lugar

hacia

Jackson) coincidían en que

don que a ojo

lquier éxito y

escendiente decía que, como s

xito con fuerz

pecie de altanera insolencia qu

da decencia y

. Mr. Manson

ía sólo veintio

la desconfianza general que provocaban los S

nte con la sociedad extranjera

orruptos y mun

ente con papistas, recibió a cantantes de ópe

rton Jackson f

amás hubo el m

agregaba siempre Jackson, en que

Mingott hací

"desamarrar" l

en la opulenci

nte, el recuerd

eron excesivamente ahorrativ

eble procuraba

no se permitía

mesa. En consecuencia, y por r

pobre como la d

esear. Sus amistades consider

el nombre de l

asociado con el

visitándola a pe

tivos y del pé

de su hijo Lovell (que tratab

l mejor chef

ecirle, riendo

a sola familia, cuando ya casé a l

lexionaba en

volvió otra v

ió que Mrs. Welland y su cuñ

ottiano que Catherine inculcar

intenso color en sus mejillas

aba observando),

nte de la conmoción, estaba sentada graciosame

, y mostraba al

co más de homb

menos en damas que tenían razone

importaban t

lla distante divinidad de la que las "formal

e Olenska llamó su atención y le pareció adecu

rturbó bastante

lestaba profundamente que May Welland estuvi

el buen gusto Pero despué

ue estaban detrá

escenas de Mefistófeles y Mar

suce

lo abandonó,

ga

tia espantosa,

en de las pregu

aprestaba a engrosar las fila

al; lo conocí

dad del conocedor-. Un tipo cas

on ojos de tupid

taba con mujeres, coleccionaba porcelana. Pag

según

cajada gener

ín pr

pasó e

su secretario. Ah, entiendo

duró mucho; s

ndo sola en Venecia. Creo que

mucho. Eso est

a ópera es cos

aba demasiad

a -se atrevió a

reverente risotada. El jove

a pretendido insinuar lo que

end

odo caso es

lland -dijo algu

mirada de sos

arte de la ca

so riendo Lefferts-. Cuando la

fec

jo un alboroto generalizado

actuar con decisión. El deseo

Mingott, de pr

compromiso con

en cualquiera d

ción de su prima

borró en form

lo hizo precipitarse por los roj

te

alco, su mirad

ella había comprendido al inst

la dignidad fa

mayor virtud,

gente de su mu

vagas complic

e que ellos se entendieran sin

lara de las explicaciones. Los

". Y los de Archer contestaron

yo que v

preguntó Mrs. Welland al saludar a su fut

acostumbraba a

mente su cabeza, apretando entre las manos

t, una robusta rubia vestida de crujiente raso,

ba

s comprometidos? Quiero que todo el mund

esta noche

e sonrojó como una aurora,

rsuadir a mam

iar lo que es

sólo con lo

una sonris

e doy permiso. Dice que juga

a atrás su silla, y de inmed

do el teatro vi

ó junto a la c

s que jugába

lviendo hacia él

espantoso, y un

estaba enamorada de tu primo

rradura de palcos-. ¡Cuántos r

zones largos las niñas -murmuró con su acento

a posarse en la

able que fuer

, el joven se es

imagen tan impr

l cual, en ese

o. No había na

encia fuera de

bastan

stado ausente

po dijo ellaque me parece es

querido teatr

chocaron estas palabras; le parecieron un modo aún m

e era

u baile anual

dejaba de asist

su baile en una

que estaba ab

preocupaciones

quipo de sirvie

dos los detalle

una de las pocas en Nueva Yo

so a la de Mrs.

dly Chivers). Y

e era de provincianos poner

llevar todos lo

a de baile que se usara para es

ientos sesenta

n sus sillas doradas apiladas e

a bolsa, daba a

compensaba cualquiera situa

social en axiomas. Una vez dijo: "Todos ten

era atrevida,

mitida en el fo

lo más distingui

ufort no era

gunos decían q

fort pertenecía

más considerad

allas (de la rama de Carolina del Sur), una

desatinada Medora Manson, q

enciones. Cuan

n los Manson y

sociedad neoyorquina (como d

; pero, ¿no pierde el derecho al

Mr. Beaufort? Se le tenía po

rrabias, sociab

Unidos premuni

el banquero ing

nson Mingott, y

posición en e

sus costumbres

osos, y cuando Medora Manson anunció el co

la larga lista d

e Me

Pero con el tiempo el producto de la locura es a menudo considerado sabiduría, y dos años después del matrimonio de la joven Mrs.

admitían que s

die sabía exactamente cómo se

sticos la consideraban incluso

collares de perl

más rubia y h

palacio de pie

, y atraía a su

over su enjoya

quien entrenaba a la servidumbre, enseñaba n

ultivar en el

los salones, seleccionaba a lo

la cena, y dicta

ad que lo hacía. Cumplía estas actividades do

o y amable paseándose por sus

ado más,

to que las g

aravilla? Creo

cidían en que e

r tan bien las cosas. Qué impor

jaba; llevaba a cuestas ese rumor con la misma facilidad que muchos otros, a

código moral.

nía a todo Nue

ás de veinte año

quilidad que si dijera que iba donde Mrs. Ma

e y bebería los mejores vinos,

año y croquet

lent

n su palco justo antes del aria de las joya

lizar el tercer

lrededor de sus

e eso significaba que dentro de m

la que los neoyorquinos se e

pecialmente la

eron de los pri

os lacayos para colocarla, bajo su propio told

n de baile. Tam

damas se quitaran las capas en

l dormitorio de la dueña de cas

ero de gas. Se

dicho que él su

u mujer tenían

alieran de casa adec

e diseñada audazmente con u

ujarse a través

so (como en cas

cia aquélla co

hilera de salone

l bouton d'or4

a distancia el

ña de numerosas

rquet, y más al

vierno donde la

aban su suntuo

bambú negr

ein

or de la flor

a a un joven de su posición,

con el lacayo d

cas necedades

to en la biblio

on Buhl y malaquita, donde

de baile; finalmente se unió

en el umbral de

notoriamente

de la ópera (como solían hace

como hacía una

ras por la Quinta Avenida ant

ía que los Mingott fueran demas

ido orden de l

a condesa Ole

sado en el pa

ue eso sería; y, aunque estab

ía tan quijotescamente ansioso

ometida como a

ción en

r el salón

a de colgar el discutido desn

ró con Mrs. Welland y su hija

parejas bailando

de cera caía so

ban, sobre ca

imples capullos

es5 y adornos en

l brillo de pecheras perfectam

dona

umas de aves, d

peinados,

Miss Welland, sin duda ansiosa por unirse a los bailarines, permanecía en el umbral,

ilvestres en la

lido, los ojos brillantes de

de jóvenes y

hos aplausos,

and, ligerame

destello de alegría. Era evid

o su compromi

aternal oposición que se consi

tuvo. Era su

el anuncio, y s

erido que se diera a conocer

do de un replet

enmarcar los asuntos sentimentales. Su felicidad era tan pro

perficie igualmente pura. Fue

May Welland

oven volaron suplicantes en bu

ir: "Recuerda q

lo que hay

mensaje hubi

corazón de Archer; pero prefer

una razón sublime y no simplem

rodeaba a M

medio de sonri

bir su cuota de

ia al medio del

por la

dremos que ha

n los ingenuos ojos de May, mi

l Danub

stó. Sus labi

us ojos permane

aravillosa. "Querida", susurró Archer, estr

s del comprom

salón de baile,

ramental. ¡Qu

, con aquella pu

d a s

la pieza, co

Sentados tras un alto abanico de helechos y

Wel

ice lo que me

l

odía esperar

l cabo de un i

gustado que no

n ba

irada comprensiva-. Pero d

y solos, ¿n

o que ella siempre lo entendería; siempre diría lo correcto

reme

odo es que qu

pue

a por el invernadero, se aseguró de su mom

en sus labios.

u proceder la c

do en una part

nvierno, y al s

los lirios de

io, y el mundo

vios como un v

e a mi prima E

, como si habl

spertar, y re

a invencible r

a la extraña desconocida había

hacerlo -dijo, inventand

a, pero resuelta a salir con

rque yo tampoco se lo dije. Y n

. Pero, ¿no e

adecuada pa

refle

hecho de inme

asado unas hora

xplicarle que t

que lo supiera nadie más. De o

que ella es parte de la famil

stá un poco.

miró des

dorado! Por s

ón hacia el atestado salón de ba

rá v

o minuto dec

inuto? -repi

onando su sorp

que podí

-contestó la joven con sencill

ra lo suficient

aunque todos

nces mi tía tuvo

ta a

dijo Archer co

uy com

aba más en s

límite aquel ritual en que ambos habían

n bien como y

adera razón de l

más le mostrar

erfectamente c

de mancha en

Ellen O

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