aderas anchas, pechos medianos y perfectos, una c
irar y que provocan morder sin descanso, un
de viene. Solo sabe que ha vivido de orfanato en orfanato y que a los 18 años la echaron de ahí sin apena
parque unos hombres la confundieron con una mujer de cambio de servicios sexu
pidió ser el primero en entrar en en ella. Sin embargo, para sorpresa de él, al intentarlo notó que la chica era virgen, ent
rto es que para Clara algo se había quebrado dentro de su corazón. Su primer día fuera del
un indigente se apiadó de ella al verla tan jóven y le dijo dónde podría conseguir comida
mir y menos duro y frío que los bancos del parque. Por su cabeza aún no pas
e había terminado ahí. Ella le contó todo, y él prometió darle empleo remunerado al día siguiente, pero que no le dijera a
no percibían un sueldo. Y que la única que tendría ese benefici
sutil. Le puso el trabajo más fácil, le compró ropa, le rentó un anexo pequeño para que viviera ahí,
l almacén del comedor y en el anexo cuando le hacía visitas por cualquier excusa. Para ella
, se besaban y de vez en cuando el tocaba sus pechos. No quería asustarla tras lo que ella le
evolverle los favores echos al encargado. Y recordando la cara de codicia de aquellos hombres
guió totalmente desnuda. Sus ojos no podían creer lo que estaba viendo. Tenía un cue
a, Clara estaba profundamente agradecida con este
un hombre muy importante y quién la dejar
ba unos 70 años. A ese hombre Clara no le pasó desapercibida y tal como había hecho el encargado en su momento, la hizo l
as cosas que tenía en el anexo y se fue a casa
creer que ella iba a vivir en ese lugar, jam
recía ser un t
-una mujer cincuentona fué quié
r Ignacio me dijo que pasara por
lena, pero puedes llamarme Magda. -le dijo la seño
Cuántas personas viven aquí? -preguntó Cla
esposa que está en cama. -respo
rma la señora, qué t
s durante su juventud para tener hijos, desarrolló un cáncer y no volvió
to mucho. -fue lo úni
debes buscar todas tus cosas. Ven conmigo, te
l bolso. No tengo más nada. -l
o nada. Le indicó su habitación y la dejó un
ar a partir de ese momento. No era tan complicado, pues desde