ijos esperaban por él. Siempre pendientes de su
en la región? Solo un loco volvería
allí. Ese traidor debe estar muerto hace mucho, ¿quién sobrevive a la selva? Ellos no lo asesinaron, co
iglesia? ¡Desvergonzada! ¿Quieres que se den cuenta de que ni para planchar
a en que Rosa aguantaba en silencio la descarga de su marido
o era tan valiente como
uería sentir odio por él y contra ese deseo, percibió como ese veneno recorrí
n sus hijos, dejándola en casa. Ella
e. Por más que se lo afirmaron. Y ahora debía permanecer callada, au
selva. Conseguiría algo que le devolvería
a su hija, a quien había enseñado desde niña. A manera de juego la entrenó
midas. Las consideraban capaces de lo peor.
e salir de una vez por todas de esa tortur
orcido de dolor. Le odiaba con todas sus fuerzas. Si solo estuviera segura de que Harry
al borde de la escalera, y
an en la alfombra de hojas que dejaba atrás. Se fue alejand
arácnidos y de una cobra venenosa. Caminó largas horas en medio de los árb
resionada. A la vez que la c
ngel!, te pido qu
jó de resistirse. Como si c
en tono dulce al animal-. ¿¡No voy a ser desdichada, el resto de mi v
tenía, solo bast
deme la fuerza y paciencia que hagan falta
so en un lugar seguro. La cobra quedó en e
uno de sus pasos. Siempre llegaba a casa, se quitaba las cholas en la escalera y se rendía en la hamaca colgada en e
uando él llegara debía cogerla y el animalito saltaría
!, estamos en la selva -se
sillón con paci
rry. Le había alquilado una habitación en su cas
strategia. Mezclarse entre los pobla
nciano de nuevo. Aquella vez, ella no c
o. Su esposo estaría en la iglesia
nterna. Tenía tiempo suficiente. El c
ería toparse con nadie ¡Le da
n tinieblas, era
a iglesia. Escuchó
prostitución de la carne. Muchos no se cor
y la desunión. Es hora de revisar y recordar lo que la biblia
el nuevo tiempo. El momento
e forma» y apuró el paso. Empezaba
scubierto. Recién, cuando estuvo distante, pudo
servaba la luz que
les. Debe estar vigilándome. Cree que no le vi
lgo malo. Así, que se distrajo en la coc
. Y se negó a voltear, continuó
ba en el piso, muy ce
e encomendó a San
o. Se libraría de él muc
a y se sintió atemori
oy yo! -d
solo impulso corrió hacia la entrada lo
o!, no l
angustia desmedida
en la trampa que había d
se apoder