mi
mente al piso correspondiente. Ahora más que nunca necesito "hacer", para evitar "pensar" porque cada vez que dejo volar mis pensamientos, l
ron que lo mejor es comenzar con el área menos conflictiva, y la energía que me
niña lleva una bata rosa y habla animadamente con Lucía, no puedo dejar de reparar en que más que una médica y su paciente parecen dos amigas disfru
anos y entonces noto algo que no había comprendido antes. No hay sonido en la habitación, ambas están en completo silencio. Su comunicación era tan natural que antes no lo había entend
ta de que ambas tienen los rostros entre alegres y emocionados. La niña seña un agradecimiento y dice que no puede creer que haya dos médicas con las que se pueda entend
bíamos compartido encuentros y trabajado juntas pero ahora es diferente, por lo que entiendo que este saludo significa que tengo su aceptación. Con una sincera felicidad que espero se exprese en mi sonrisa, le tiendo la mano y contest
ementó desde hace un año y medio cuando quedó al frente tras la renuncia del responsable anterior y yo voy realizando sugerencias que ella acept
por lo productiva que fue. Pero entonces el teléfono de Lucía suena sobre la mesa y veo que l
vemos después? Hoy L
ero jamás la hubiera podido ver como la mujer que se ve a escondidas con la pareja de una compañera de trabajo (si es que no son amigas). ¿Y qué hay de Ignacio? ¿Qué clase de hombre tiene una imagen de él feliz, abrazado a
te hace temblar hasta las medias con solo rozar la piel con la punta de los dedos, que es lógi
cia y me limito a excusarme con cuestiones de trabajo urgentes para salir huyendo del lugar. En mi afán d
algo rico. Que descanses hoy.- La escucho deci
si amiga, casi enemiga" mi cabeza da vueltas y me dirijo rápidamente al auto para buscar
u
lidez de la mía y lo revoltoso de su pelo con la perfección de mi lacio. No puedo dejar de mirarla cuando camina desnuda hacia el baño en suite de nuestra habitación. Si bien no fue fácil, pedirl
ar juntas?- Me pregunta en un tono que finge ser inquisidor
o de la mañana.- sugiero en forma traviesa con una media sonrisa mientras me ac
s atribuciones.- Dice con gracia mientras coloca pasta e
ue eso jamás significó un beneficio indebido para ella, no tendría problemas en aceptar la m
ditoría, en lo personal le cuento que sinceramente me cuesta ver a la colega que conocí ayer como una enemiga, confío en mi
cuides. Fuiste la última jefa en asumir, sos mujer y homosexual, querramos o no
ue quería de Ignacio. Sumado a eso, cuando comenzaba a definir mi orientación sexual, hizo hasta lo imposible por evitar que comprendiera que lo mejor para mí era sincerarm
ñora mayor sentada unos asientos detrás e inmediatamente siento el rubor subir por mis mejillas y temo haberla incomodado, la señora parece leer mi mente y me
as diarias, veo la hoja de atención que me tiende la jefa de guardia saliente y el primer nombre en
a fue que hace tres años comencé a estudiar lengua de señas y descubrí que con muy poco se puede ayudar mucho. Esa niña, de entonces ocho años me abrió las puertas a la comunidad sorda, que cada vez que necesitan
desaparezcan por unos momentos y así es que me encuentro conversando animadamente con ella cuando
nfiar en ella. Conversamos las tres animadamente hasta que nos toca seguir con la labor
con una sonrisa. Siento que ella entiende inmediata
transparencia que me transmiten su mirada se hace presente y
ia que me hace no percibo retos ni críticas sino aportes que verdaderamente pueden sumar. Es más que evidente que tiene mucha experienci
mbién pensará que darle una oportunidad es lo mejor. Pero la influencia que tienen a veces sobre él Lorena y Marcos me preocupa. Lorena por esa pizca de maldad y Marcos porque sus permanentes inseguridades
agino que debe ser la vorágine de llegar a la última hora de su jornada y pensar en las cosas pendientes y ella me lo conf
e no termina de comprender la invitación pero asiente rápidamente y cuando lo reafirmo con un "Perfecto, entonces mañana a la noc
de Ignacio para cenar hoy, sin Lorena, y me alegra mucho saber que tendré